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Preocupante... mentiras por todas partes. Vivimos en el país de políticos y empresarios mitómanos y corruptos.
Una cascada de errores, de incompetencias y corrupción de los contratistas, interventores y asesores privados; pero también fallas y omisiones al interior de EPM, es lo que devela la auditoría forense de la catástrofe de Hidroituango. Mal diseño, mala ingeniería, mala construcción, mala administración de obras, mala matriz de riesgos, mala interventoría. La evaluación de Luis Pérez es contundente. "Informes de avance de obra con datos falsos. Errores graves de Contratistas y de EPM. Todos los males en uno. Todo en uno. Y es como si nadie se hubiese equivocado" . Ya se entiende por qué los contratistas y el CENTRO DEMOCRÁTICO quieren revocar el mandato al alcalde Quintero. Quieren socializar las pérdidas de más de 10 billones de pesos causadas por incompetencia técnica y corrupción de empresas privadas y funcionarios de EPM ineptos, alevosos y deshonestos.
Prepárese para pagar cuentas de servicios más altas si los contratistas no se responsabilizan de los daños causados.
Ya lo mencionaba en mi artículo: "La ingeniería colombiana ¿en crisis?", cuando advertía, que era motivo de preocupación y reflexión para la academia los problemas de la ingeniería nacional manifiestos en las fallas y sobrecostos en proyectos como Reficar, el puente Chirajara, el edificio Space e Hidroituango, entre otros escandalosos.
Decía: "En estos proyectos se ha diagnosticado que las principales causas de las fallas y sobrecostos son las incompetencias técnicas en diseño y gestión de proyectos, en unos, y la dudosa consistencia ética, en otros. Problemas asociados a atributos nucleares de la calidad en la formación de nuestros ingenieros". Así lo confirma la Auditoría Forense al proyecto Hidroituango contratada por EPM.
Y afirmaba: "Estos eventos nos señalan la imperiosa necesidad de revisar la naturaleza de la formación de los ingenieros colombianos, porque a las facultades de ingeniería del país nos cabe mucha responsabilidad en el desempeño técnico y ético de sus egresados".
Por eso el compromiso es que debemos procurar formar "ingenieros con el talante ético para dirimir los conflictos entre beneficios económicos personales o corporativos, y los impactos ambientales y sociales de sus decisiones. Ese es el desafío. Y esa consistencia ética tiene que ser observada y vivida por el ingeniero en sus experiencias de aprendizaje en la universidad, así como también en otros espacios educativos: la escuela y la familia".