Aviso

 

Darnos cuenta de los interese económicos, las transgresiones y las guerras detrás de los bienes que consumimos cada día es toda una odisea.

La guerra por las materias primas no es nueva. Las necesidades de diferentes naciones por tratar de desarrollar sectores de su economía, apoderarse de mercados para su venta y capturar países con reservas de commodities que garanticen la disponibilidad constante para ese progreso, es legendario. Esta evolución ha seguido una lógica a lo largo del tiempo: competir por el dominio de la producción, mantener las fuentes de recursos y compradores, y finalmente, apoderarse de los lugares geográficos donde se encuentran las reservas.

  

Israel está vendiendo al mundo una historia para mostrar que todo lo que comete en Gaza constituye “autodefensa”. Pero, ¿qué tan efectiva es su estrategia?

En este trabajo del régimen sionista israelí por limpiar sus crímenes, de maquillarlos o al menos tratar de contrarrestarlos nos hemos encontrado en estos días, con una sostenida campaña de relaciones públicas, que ha implicado la visita de cientos de periodistas a los territorios palestinos históricos ocupados, que denominan Israel, para tratar de mostrar desde el terreno —nunca mostrando la devastación en ciudades palestinas devastadas hasta los cimientos— que las acciones de exterminio del ejército israelí son de “autodefensa”.

Xenofobia, racismo, miedo irracional al «otro», supremacismo blanco, patriarcado, mentiras flagrantes, son rasgos de esta extrema derecha que se presenta como «disidente», como «rebelde», como líder de una subversión antisistema. 

Declaración de la Casa de las Américas

La Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) acaba de lanzar su más reciente ofensiva, entre los días 21 y 24 de febrero. Dedicada, como indica su nombre, a promover los «valores conservadores» en el mundo, la CPAC es hoy vitrina de una ostentosa concertación de las fuerzas del nuevo fascismo.

Entre los conocidos representantes de la extrema derecha que desfilaron por el estrado de la Conferencia, sobresalió Santiago Abascal, líder del partido español Vox, quien volvió sobre los delirios de la llamada «Iberosfera», denunció la amenaza del «socialismo» y atacó con groseras calumnias a la Revolución Cubana. Heredero de la decadente España imperial tantas veces derrotada por nuestros mambises, se permitió emplear, de modo grotesco, la consigna de «Viva Cuba libre».   

 

“No olvidadizos sino olvidadores/ he aquí que también llegan/ entre otras herrumbradas circunstancias la degeneración/ las taras del olvido, la falsa amnesia de los despiadados/ Es ilusión de estos olvidadores/ que los otros las otras los otritos/ no sigan recordando su vileza/pero son fantasías sin futuro ni magia/ si la sangre de ayer alcanzó a Macbeth/ cómo no va a alcanzar a estos verdugos de pacotilla y pesadilla/ […] ocurre que el pasado es siempre una morada/ pero no existe olvido capaz de demolerla”. -Mario Benedetti, “Olvidadores”, en El olvido está lleno de memoria, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2000, p. 15.

30 años de la Constitución Política de Colombia: los retos pendientes | EL  UNIVERSAL - Cartagena 

Mucho se ha hablado acerca de la dilación en el nombramiento de una nueva fiscal general, en reemplazo de los funcionarios cuestionados por sus relaciones con la delincuencia, sus indebidas actuaciones políticas y por su inoperancia administrativa. Las trabas que se han presentado para dar cumplimiento a esta tarea constitucional, han derivado en hondas discusiones académicas, jurídicas y otras de impacto social. Es bueno advertir que muchas veces los que creen que ganan con sus trabas, en el corto plazo; generan otras discusiones de mayor trascendencia y pierden en el largo plazo, por las fuerzas sociales que provocan. Es el camino inevitable cuando se precisan y urgen transformaciones.

De una manera simple, una constitución es un contrato social que, por medio de normas, leyes, acuerdos, definiciones e instituciones, permite la sana convivencia entre los ciudadanos.