Aviso

 

El centenario de la muerte de Vladimir Illich Ulianov, Lenin, es una ocasión apropiada para invitar a las jóvenes generaciones de militantes a recuperar el formidable legado teórico del gran revolucionario ruso, muerto cuando aún no había cumplido los 54 años de edad. Víctima de un grave atentado perpetrado a menos de un año del triunfo de la revolución -más precisamente el 30 de agosto de 1918- por Fanya Kaplan, una activista del anarquismo ruso que lo acusaba de haber traicionado a la revolución. Tiempo después una de las balas alojadas en su pulmón y que no pudo ser extraída por sus médicos  comenzó a generar dificultades de todo tipo que escalaron hasta llegar a una serie de infartos cerebrales que le ocasionaron primero una parálisis y finalmente su prematuro, y para la causa del socialismo, desgraciado fallecimiento.

Un mundo sin Piedad 

La muerte de Piedad Córdoba representa una gran pérdida para el campo popular. Una luchadora incansable en defensa de la paz y de los derechos humanos. Se fue una de las imprescindibles. Contexto reproduce la entrevista hecha para el libro “América latida. Voces de una región en constante movimiento”, en la que remarcaba que “ser mujer política implica resistir diversas formas de violencia, no solo las más evidentes”.
 

“La ONU señaló que ser mujer en América Latina es altamente arriesgado. Es decir, por el solo hecho de ser mujer, hay riesgo. A eso agréguele ser mujer afro, política y estar comprometida con la paz y con los derechos humanos en un país en el hablar de esos temas es ir en contra corriente. De tal forma que decir que ha sido difícil, es quedarme corta en la descripción”, aseguraba Piedad Córdoba.

 

La expresión del título no la dijo Karl Marx, salió de la boca de un ignoto economista vulgar perteneciente al CEMA, universidad privada, que defiende y difunde las falsedades de la economía académica ortodoxa en sus inmensos manuales de embrutecimiento del alumnado que paga para ello.

Parecido en esto a otro no menos vulgar y enceguecido empleado de los esclavistas llamado D.F. Cavallo, quien se creía, y se cree, un genio no descubierto de la economía reaccionaria y su supply side economics (Economía del lado de la oferta), moda ya fenecida hace décadas; ¡a qué niveles de delirio llega la pusilanimidad de este energúmeno a quien todavía prestan micrófono e imagen en las empresas monopolistas de la “expresión periodística”, blanqueando sus fracasos y derrotas.

 

1

Sí, ya lo sabemos. Cuando la concentración de capitales llegue a su extremo, los trabajadores expropiados expropiarán a los capitalistas expropiadores. ¿Y después? Declararán la propiedad social de los medios de producción. ¿Y después? En el socialismo, trabajará cada quien de acuerdo con sus capacidades, y será remunerado según su trabajo. ¿Y después? En el comunismo, trabajará cada quien de acuerdo con sus capacidades, y será remunerado según sus necesidades. ¿Y después? Caerán las vendas de la ideología, y veremos el mundo tal cual es, y no como nos lo representan los intereses de clase. ¿Y después? Terminará el Reino de la Necesidad, y comenzará el Reino de la Libertad. ¿Y después?

Milei no es libertario, ni lo será nunca. Aquí reside su gran engaño a toda la sociedad, su estafa forma parte, claramente, de una larga historia de fabricación de una verdad alternativa a partir del uso del recurso de la mentira que utiliza el pos fascismo para distorsionar toda lógica. 

El libertarismo es antes que nada un producto made in USA y tiene dos principios articuladores, utopía y mercado, la mismas que profesa Javier Milei en una tierra cultural, política e institucional muy distinta.

Libertad, expresión soñada, anhelada, batallada, conquistada, perdida y vuelta a conquistar. Son experiencias que narran historias de pueblos, en las que hombres y mujeres, aun hoy, con errores y aciertos, con más o menos claridad sobre ella, siguen siendo capaces de ir detrás de las promesas de la libertad, sueños siempre colectivos que han permitido ampliar las libertades.

¿Se acuerdan del tríptico de “Libertad, Igualdad y Fraternidad” de la Revolución Francesa? El entusiasmo por ¡viva la libertad! de campesinos y negros en pos de alcanzar la  igualdad social en tensa confrontación con el monarca déspota que ejercía el poder sin límites legales, no tuvo su concreción inmediata en la histórica revolución. El espíritu de aquellos que montaron la ilusión libertaria ya tenía la firme decisión de marginar a la fraternidad, de no incorporarla como ideal político, el proyecto en mente consistía en que tanto la libertad como la igualdad no fuesen para todos.