Aviso

 

Escuchadas las más recientes argumentaciones de la derecha en Colombia, resulta ahora que el centro democrático, nunca fue partido de gobierno ni sus miembros trazaron las políticas lesivas al pueblo; pero extrañamente, sus posiciones de criminalizar a la protesta social, coinciden con lo ejecutado por las fuerzas represivas a su mando, con muertes y lesiones oculares para los manifestantes.  

Según lo que han expresado, fueron algunos militares quienes asesinaron y cometieron crímenes, "mancillando su uniforme". Entonces, la lógica real es que, quienes trazaron las políticas represivas, consideran criminales a quienes las ejecutaron fervorosamente, con pasión y bajo mandato, pero solo se solidarizan con el acto de ponerse una gorra policial. Hasta ahí creen que llegó su responsabilidad. 

En el fondo, es que con el nuevo gobierno y con los informes de la Comisión de la Verdad, ya queda muy difícil ocultar los crímenes. Entonces, comienzan a preocuparse por su evidente responsabilidad ante el horror que impulsaron, propagaron y apoyaron; y quizás algo de vergüenza social. Tal como les pasó a los nazis cuando fueron derrotados y obligados a abrir los ojos para reconocer el rastro inhumano y sangriento que dejaron. 

Pero la derecha que ha operado en Colombia, conserva algunos sueños: vaticinan que el gobierno del Pacto Histórico va a chocar con los narcotraficantes cuando trate de aplicar sus políticas, principalmente las de recuperación de las tierras despojadas a millones de campesinos desplazados de forma violenta. O que se verán obligados a negociar con los mafiosos, para conformar así un gobierno de delincuentes, que es al que están acostumbrados, es su normalidad. Es decir, la derecha está esperanzada en su "primera línea" para que todo quede oculto y volver al poder político. 

La narcoderecha en Colombia, ya no recuerda quién fue el ñeñe Hernández, ni memo el fantasma, ni el embajador salamanca, ni que una avioneta salió cargada de droga desde una base antinarcóticos, ni la extraña muerte del presidente de Haití, ni que el comandante del ejército expresó, en nombre de todos sus dirigidos, su pesar por la muerte de un jefe de sicarios y que iba dejar el país contaminado de muchos de sus clones. Tampoco recuerdan sus numerosos hechos de corrupción; indolentes ante una sociedad desigual, oprimida y llena de necesidades.   

Pero en el país se abren las puertas para un cambio, para encontrar la punta del ovillo, hasta que la dignidad se haga costumbre y Colombia se convierta en la potencia mundial de la vida. Adelante con los pueblos del mundo y con la espada de Bolívar. 

Agosto 12 de 2022 

Additional information