Aviso

Armando Benedetti. Laura Sarabia 

Pululan los comentarios y las reflexiones sobre el Consejo de Ministros realizados el pasado 4 de febrero a la vista de millones de colombianos y de ciudadanos de otras latitudes, gracias a la televisión, la radio, las redes sociales y la inteligencia artificial.

Se trató de un ejercicio de transparencia y participación ciudadana en el funcionamiento del gobierno que ha impactado, dada la naturaleza cerrada y excluyente del Estado colombiano, construido a lo largo de 200 años por las camarillas oligárquicas que han hecho del mismo, a punta de violencia criminal, un instrumento de dominación y acumulación de aberrantes privilegios hacendarios, financieros e inmobiliarios.

Es muy probable que este primer ejercicio liderado por el presidente Gustavo Petro hubiese presentado algunas fallas, que será necesario corregir para entregar otras versiones más cualificadas, pero la conclusión, como lo quiere la ultraderecha, no es la de cancelar este nuevo escenario que ha tenido un poderos impacto en millones de ciudadanos.

Ojalá se programen 3 o 4 Consejos de Ministros abiertos semanales a la manera como se dan las “mañaneras” en la presidencia de la republica de México.

Del evento ocurrido el 4 de febrero en la Casa de Nariño, quiero subrayar un proceso político de importantes implicaciones en la estabilidad del actual gobierno y la continuidad del proyecto de transición política democrática a la paz, la justicia y la protección de los recursos del medio ambiente, que es preciso proteger.

En el fragor de la controversia desatada por los ataques de la Vicepresidente de la Republica, Francia Márquez, contra Benedetti y Sarabia sobre presunta corrupción que ella debió denunciar hace rato; por la pintoresca intervención en ese mismo sentido de la Ministra Muhammad, de Medio Ambiente, haciendo gala, con lágrimas postizas, de un feminismo postmoderno trasnochado, en un hibrido con su gestión ambiental neoliberal y nepóticas (pues su familia de carboneros de Cimitarra quita y pone ahí en su despacho); el desatino del Ministro de Educación, disminuido por la ineficiencia de su gestión con las universidades y la porosidad de Sebastián Caballero en la Oficina de infraestructuras educativas; y el despiste desproporcionado del Secretario General; el presidente Petro atinó a lanzar una advertencia clave para indicar que lo que estábamos presenciando era el canibalismo de cierta izquierda que, con su infantilismo, fantasías y falta de rigor, estaba propiciando un golpe a la cohesión y estabilidad del actual gobierno, mismo objetivo que ha tenido el intento golpista fallido de la ultraderecha en los últimos 30 meses, desde agosto del 2022.

Para esta “izquierda caníbal” el enemigo principal no es la ultraderecha neofascista representada por Uribe Vélez y su plantilla de francotiradores que aspiran a recuperar la presidencia, aupados por el ascenso del fascismo a nivel global y la nueva presidencia del señor Trump. Los enemigos son Benedetti y Sarabia, hágame el favor.

El desubique de estos personajes es patético. Hacer de Armando Benedetti y de la Canciller Sarabia los enemigos principales del proyecto progresista es un descache absoluto. Es buscar el ahogado rio arriba, como le escucha uno decir a la gente cuando ve a alguien equivocado.

Benedetti, Velasco, Roy Barreras, Guillermo García Realpe y otros connotados lideres liberales son parte de la coalición política que permitió el triunfo electoral de Gustavo Petro en los comicios del 2022, y en esa condición hacen parte del gobierno, con todo derecho. Feliz el señor Uribe y sus compinches (asesinos y corruptos hasta la medula) con el “trabajito” de estos esquiroles de la “izquierda” en pleno gabinete del gobierno popular que lidera el presidente Petro. Que idiotas útiles; que rémora política estorbando el diligente trabajo del primer mandatario popular de los colombianos.

Levantar un falso moralismo (fundamentalista a la manera de las iglesias neomedioevales) y un etéreo feminismo postmoderno (reaccionario y falso por lo demás en la perspectiva de la lucha de clases) es de un perverso que da vergüenza en los medios de la izquierda popular y revolucionaria.

Para completar el cuadro, el presidente debió escribir, a renglón seguido, un mensaje que completa su aguda lectura del montaje orquestado por la “izquierda caníbal” en el salón de gobierno.

Lo cito: “En esta entrevista (al Ministro de Cultura que renuncio) se dicen mentiras, no por culpa de Correa, sino por dejarse engañar, o no leer, las normas.

El que puse de director del DAPRE o secretario general de la presidencia (JER), comenzó a decir que el jefe de despacho es el jefe de los ministros y levantó mucha indignidad y por poco acaba el gobierno, como quiere la extrema derecha

No señor, le dije al secretario general de la presidencia, al menos lea cual es la función del cargo antes de irradiar un infundio desastroso.

De acuerdo a las normas, el jefe de despacho tiene un jefe: el secretario general de la presidencia o director del DAPRE.

El secretario de presidencia tiene un jefe: el presidente de la república.

Los ministros y ministras tienen un jefe: el presidente de la república” (https://x.com/petrogustavo/status/1887592853360288086?t=WFCtEg46XJtTlXMHZls3NA ).

Es hora de un timonazo en la alta dirección del gobierno, presidente Petro.

Hay que hacer a un lado lo que estorba y nubla la mirada en la coyuntura.

 

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