No existen dos realidades, ni varias, lo que cambia es la visión, la cual depende de la relación que se tenga con los hechos reales y de los intereses de cada quién. No existe pues una realidad imaginaria o soñada que se adapte, o que habrá de adaptarse, a la visión particular de las personas, las cuales casi siempre difieren entre sí, así se digan de izquierda.
En el fondo de esas visiones particulares, hay una concepción "a priori" de la realidad, según la cual, no es la práctica ni la lucha social de los pueblos lo que determina la certeza de una interpretación, sino la concepción de algunos individuos especiales. No se quiere descalificar toda visión, pero sí llamar a considerar, qué parte de ella está construida sobre la experiencia y cuánta sobre la incertidumbre, que siempre surge cuando se hacen propuestas para el futuro.
En el caso específico de la situación social creada con la presidencia lograda por la coalición del Pacto Histórico, esa es la realidad política actual del país. Hay que tener en cuenta que el que quiere calificar, establece unas líneas de referencia y es válido preguntar por la pertinencia de esas líneas, obviamente construidas previamente y con el riesgo de un contenido "a priori".
Entonces la validez de lo real no debería depender de la propuesta o visión que cada cual tiene en su cabeza, sino de una construcción colectiva o social, enriquecida siempre y creada por la participación y decisiones de los seres humanos. Es algo muy parecido al tiempo socialmente necesario como determinante del valor. Pretender lo contrario, es persistir en el vanguardismo y en las concepciones iluminadas que en la práctica desconocen el peso de lo colectivo y de la realidad social, siempre sujeta a la negatividad dialéctica; es decir, que siempre debe ser transformada, así hubiesen llegado al poder los que se consideran a sí mismos como los revolucionarios más radicales o los más fieles interpretes del marxismo y del materialismo histórico.
No se trata de interpretar el mundo, sino de transformarlo, han explicado los clásicos. Es el valor de la negatividad, que en un término general es el concepto marxista de la revolución permanente; entonces, la revolución no es un estado absoluto al que se llega, sino una construcción constante.
En la Ciencia de la lógica, Hegel habla de lo universal, lo particular y lo individual. O sea, que el individuo, quien actúa desde alguna instancia, no puede escapar totalmente de la esencia de lo universal; es decir, en el caso de la sociedad capitalista, las personas somos portadoras de la ideología burguesa; esto se ha repetido con el lema: la ideología dominante en una sociedad, es la ideología de la clase dominante. Lo cual también aplica para los revolucionarios.
Es bueno hacer algunas reflexiones:
- Hay que dejar de soñar con la destrucción del capitalismo en la mente y dedicarse a hacer acciones ciertas y más humildes, de transformación de la sociedad realmente existente, que reconozca la presencia de otros seres humanos, dotados de capacidad pensante con la opción de alcanzar pensamientos válidos.
- Hay que tener presente que las estrategias se despliegan en tácticas, que ambas son acciones que hacen los seres humanos, que pueden tener más desenvolvimientos y que son válidas por períodos.
- Es necesario deshacerse de las expresiones vanguardistas de "hablarles a las masas" y empezar a hablar "desde" o "entre". Más cuando se sabe que siempre hay coherencia entre el decir, el pensar y el actuar. Esa creencia antigua de que los dioses del Olimpo determinan el destino de las personas ya fue transformada en la sociedad, ahora son los dioses del mercado, los que cumplen esta tarea.
- Es pertinente abandonar esa especie de positivismo de izquierda que, partiendo de considerar al marxismo como el pensamiento más desarrollado de la historia, se olvida de las especificaciones sociales.
- Se debe conocer la historia del país.
- Es preciso considerar el peso de las fuerzas dominantes en el país, así como también las del poder popular.
Hay que persistir en la unidad con estudio, inteligencia, paciencia, humildad, tesón, temple, diálogo, crítica y autocrítica.
Julio 12 de 2022