Aviso

 El miércoles 16 el pueblo Misak hizo justicia con alias Belalcázar, instrumento de la brutalidad de un imperio, acto de reparación que llega 485 años después de los crímenes que perpetró, y al caudillo que hoy nos sojuzga, ¿hasta cuándo le aplicaremos justicia? L

os delitos que le imputan a Belalcázar son Genocidio, despojo, acaparamiento de tierras, desaparición física y cultural de comunidades, tortura, asesinato, hurto, enriquecimiento ilícito, imposición de costumbres y creencias, desarmonización espiritual. Prontuario similar al del caudillo que van a excarcelar, gracias al empleado que él colocó en la Fiscalía; trato igual al que da la Justicia Penal Militar a los Policías que matan colombianos inocentes.

 

Las autoridades intentan llegar a la vereda Munchique para confirmar e investigar los hechos.

El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) denunció este domingo una nueva masacre ocurrida en el departamento colombiano de Cauca, con saldo de ocho personas asesinadas (incluido al menos un menor).

A través de su cuenta en Twitter, Indepaz precisó que la masacre tuvo lugar en la vereda Munchique, ubicada en el municipio de Buenos Aires.

La información confirmó la alerta emitida este domingo por la activista colombiana de Derechos Humanos, Francia Márquez Mina, sobre la presunta masacre varias personas en el municipio de Buenos Aires, departamento Cauca.

 

“El gas lacrimógeno puede hacer a los individuos más susceptibles para desarrollar Covid-19”; esta fue una de las conclusiones a las que llegó un estudio publicado por la Facultad de Leyes de la Universidad de Toronto, Canadá. A pesar de ser ilegal desde hace décadas, en virtud de la convención de armas químicas, su uso sigue siendo habitual por el Escuadrón Móvil Antidisturbios -Esmad- en Colombia, especialmente durante la actual emergencia sanitaria por la pandemia de la Covid-19.

El 9 de septiembre, el Esmad hizo uso -como es habitual- de su arsenal de armas “no letales” en los desalojos a la comunidad indígena en el sector de la Viga, Pance en Cali, Valle del Cauca. No tuvo reparo en utilizar gas lacrimógeno contra la población, quienes tuvieron que retirarse sus tapabocas para intentar aliviar los efectos del mismo.

Dicha situación se presentó de igual manera en la ciudad de Popayán, Cauca, donde distintos sectores sociales se dieron cita para marchar en contra de la agudización de la violencia en el país, especialmente en el departamento del Cauca donde, hasta la fecha se han registrado nueve masacres.

 

El movimiento Colombia Humana denunció varios allanamientos realizados por la Policía Nacional contra varios de sus integrantes en Bogotá, Soacha y Villavicencio.

Al parecer, la Policía adelanta un operativo denominado ‘21N’ en el que busca supuestos responsables de alterar el orden público en las recientes manifestaciones contra el abuso de la fuerza pública llevadas a cabo los días 9, 10 y 11 de septiembre, que dejaron varias personas muertas y heridos en la capital.

Según las versiones de los miembros de este movimiento, la Policía procedió con las capturas de Greissy Perilla y Justo Villarraga, un profesor de 73 años, quien desde hace un tiempo lidera una veeduría ciudadana por el metro subterráneo y al parecer padece cáncer.

 

El Che Guevara dijo que el verdadero revolucionario es motivado por el amor, es decir, el amor hacia los oprimidos, los pobres, los niños muriendo de enfermedades prevenibles. Esa frase de él es cierta pero muchos reformistas y su ala más hippy la han aprovechado para vendernos la falsedad que la revolución es un acto de abrazos, velatones y respeto hacia nuestros enemigos. Nada más lejos de la realidad y también del pensamiento del Che.

Primero debemos tener claro que el amor es lo que nos motiva, luchamos por un mundo mejor, por un amor hacia el prójimo y contra el capitalismo que no conoce el amor sino el precio que le puedo poner a cualquier sentimiento. Ahora luego del asesinato de 13 personas en Bogotá a manos de la Policía, salen los de siempre hablando de amor, perdón y reconciliación y como el odio no tiene cabida en nuestra lucha. ¿Es cierto que no podemos odiar? De eso se trata este artículo.