Aviso

 

La noche del miércoles 9 de septiembre se convirtió en la síntesis de la indignación y la manifestación social contra la violencia policial en Colombia. Esta noche fue asesinado Julián González, un joven de 27 años al que le dispararon dos veces en el pecho. Su caso podría ser fundamental para entender el repertorio de violencia en el que ha participado la policía en compañía de algunos ciudadanos durante las últimas manifestaciones.

El asesinato de Javier Ordóñez fue el detonante de una de las noches más violentas en la historia de Bogotá. En distintos puntos de la ciudad, las personas se encontraron para manifestarse y demostrar su descontento social ante el actual contexto local y nacional.

Esa noche se evidenció el abuso policial en varias zonas de la capital, que ha persistido en las protestas convocadas para los días siguientes. Las denuncias de heridos por armas de fuego aumentaban al mismo tiempo en que la noche avanzaba. Asimismo, los videos que evidenciaban golpizas, torturas y disparos de armas de fuego por parte de uniformados acompañados de civiles inundaron las redes sociales.

 

No debemos salvar a López, ni rodearla, como quiere Petro, tampoco debemos dejarla hundir y ahogarse, sino debemos hundirla y ahogarla, hasta que nunca más en la dolorida historia de este país se atreva a presentarse a elecciones.

Gustavo Petro hizo una llamada para rodear a la alcalde de Bogotá, Claudia López.  Según Petro, la Policía no obedece a López como debe por ley y por supuesto ella no tiene nada de culpa. El Espectador reportó.

“Salgamos a la calle, cuando ustedes digan”, fue el mensaje que le mandó principalmente a la Alianza Verde, partido de la alcaldesa, para que juntos participen en la protesta. “Creo que es un momento de resistir pacíficamente, alegremente, pero masivamente en las calles”,

 

El pasado martes 8 de septiembre, la policía colombiana mató en Bogotá con descargas de una pistola Taser a Javier Ordóñez, abogado de 46 años, generándose al día siguiente una ola de fuertes protestas en la capital colombiana, que luego se extendieron a otras ciudades como Cali, Medellín, Popayán, Pereira y Manizales.

Por las redes sociales circularon los vídeos cuando los policías sometían a Ordóñez colocándole las rodillas sobre el cuello, y por lo menos durante dos minutos le daban choques eléctricos con la pistola. En los vídeos se puede oír cuando el abogado le decía a los policías: “Ya, por favor, ya, no más. Por favor, no”, y a las personas que filmaban exigiéndole a los policías que lo dejaran tranquilo que estaba pidiendo “por favor” que no continuaran con las descargas eléctricas.

Se repetían así, con mucho parecido, las imágenes del asesinato en Estados Unidos de George Floyd a manos de la policía. Un nuevo caso de la brutalidad policial que se repite una y otra vez en el marco capitalista.

 

“Maldito sea el soldado que apunta su arma contra el pueblo”.

Simón Bolívar

El pasado 7 de septiembre del 2020 miembros de la Policía Nacional asesinaron a Javier Ordóñez, luego de ser agredido y torturado. Este hecho indignó a los colombianos; los cuales se manifestaron con una serie de movilizaciones en repudio al abuso policial y las masacres en el país, evidenciando la crisis social y el desgobierno que se vive.

Las movilizaciones convocadas en los días siguientes a la muerte de Javier serán históricas. Su masividad,  formas de convocatoria y acciones evidenciarán la crisis que se vive en el país. En ellas los jóvenes jugarán un papel fundamental exponiendo temas como la brutalidad y violencia policial[1] , las masacres y el tratamiento de guerra a la protesta social, elementos incrustados en la doctrina militar.

 

El año 2019, marcó un crecimiento de las protestas multitudinarias en las principales capitales del mundo, el caso de los chalecos amarillos en Francia, han sido emblemáticos, no solo por la participación de cientos de franceses que no estuvieron de acuerdo con las medidas del gobierno, países como Alemania donde las protestas fascistas se han vuelto, amenazantes a los jóvenes que salen a expresar su descontento con el gobierno, otras protestas se han tomado las calles en varias ciudades de EEUU, latinos y negros, protestan por el racismo y la brutalidad de la policía. En Colombia también se presentaron varias marchas reclamando al gobierno mejoras en el salario mínimo, cumplir con el acuerdo de paz y parar la violencia contra líderes sociales, ex guerrilleros.

El 2020, parecía que lo que iba a determinar las agendas, era las protestas a nivel mundial, los jóvenes ya habían alcanzado la calle y no se iban a dejar sacar de este espacio logrado, fue justamente cuando apareció la alarma por un virus, el coronavirus, que amenaza la humanidad entera, este virus es tan violento, que tiene su forma de contagio la