Aviso

 

Una de las líneas que identifican a los fascistas es su odio a todas las expresiones de la cultura, la diversidad y la vida popular.

Esa ha sido su traza a lo largo de la historia: ejercen el discurso único de su clase de privilegiados, la segregación racial, la uniformidad gris disfrazada de orden y la muerte como mecanismo predilecto frente al contrario.

El fascismo es la manera de actuar de las fracciones más extremistas de la derecha, defensoras acérrimas del sistema capitalista de desigualdad y exclusión social imperante, y de las peores formas de violencia contra la otredad.

Su violencia económica va aparejada con la física, militarista y, además, con la simbólica, y por eso atenta contra la cultura progresista y libertaria.

Es lo que hace ahora la avanzada fascistoide del uribismo en Cali pagando para hacer desaparecer los murales llenos de color y luz que denuncian los feminicidios, los falsos positivos y la violación de los derechos humanos en paredes y avenidas de la urbe.

 

La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de Colombia alertó ayer sobre la “preocupante” situación debido al aumento de la violencia durante las manifestaciones en el marco del paro nacional contra el Gobierno de Iván Duque, ya que asegura tener evidencias de que surgieron “grupos de civiles armados” en al menos 27 ciudades del país.

El último informe de Monitoreo de Riesgos y Prevención de Afectaciones a los Derechos Humanos en Colombia de la JEP resalta el “surgimiento de prácticas de autodefensa y paramilitarismo para atemorizar a las personas que participan en la protesta social”.

La JEP tiene evidencias del surgimiento de “grupos de civiles armados” en al menos 27 ciudades que realizaron 56 acciones violentas entre el 28 de abril y el 30 del pasado mes de mayo.

Estas acciones van desde amenazas hasta los homicidios registrados en las ciudades de Dosquebradas, Pereira, Caicedonia, Tuluá, Cali y Palmira. Asimismo, identificó 12 casos de violencia sexual que afectan a manifestantes y uno que afectó a una mujer policía en el transcurso del paro nacional.

 

Durante la movilización del lunes 28 de junio en Medellín, la misión médica cercana al barrio Moravia registró la activación del «código fucsia» (abuso sexual con penetración) de una menor de edad que fue abusada sexualmente por un agente del Esmad.

Según informó la Veeduría a la Fuerza Pública #639, la denuncia fue recibida aproximadamente a las 7:00 p.m. del 28 de junio. La joven de 15 años fue trasladada al Hospital General de Medellín Luz Carlos de Gutiérrez, donde al día siguiente confirmaron que efectivamente fue víctima de acceso carnal violento.

La menor fue atendida por una unidad masculina de Atención Pre Hospitalaria de línea blanca, en compañía de una integrante de Veeduría a la Fuerza Pública #639. Esta la remitió al punto de misión médica hasta que llegó la unidad femenina para brindarle un tratamiento adecuado. Entretanto, la situación fue reportada a la línea de emergencias 123 con el objetivo de que se hiciera la evaluación correspondiente.

Luego de varios minutos, cuando la menor de edad decidió continuar con el procedimiento a pesar de su estado de shock, la unidad médica fue atacada con un gas lacrimógeno, por lo que tuvo que ser remitida al Hospital General de Medellín Luz Castro de Gutiérrez.

  

Los poderosos no se inmutan con las salpicaduras de la sangre derramada, La Tiranía se hace sorda al grito de dolor de los empobrecidos y las gentes de bien no tienen hambre, ni sed de Justicia… !Pero si hoy la vieja Colombia esta sembrando nuestras hijas e hijos… es porque mañana una Nueva Colombia tendrá Cosecha!. Matiz Gustavo

 

El dolor nos embarga ante la partida el día de hoy 30 de junio de 2021, en la ciudad de Barranquilla, de nuestro compañero Oscar Cipriano García Granados, baluarte del sindicalismo obrero en la USO, militante comprometido de nuestra fuerza social y política, ejemplo de liderazgo social y popular en la región del Centro Oriente colombiano, luchador integral por la vida y la emancipación; ser humano maravilloso. Su pérdida es irreparable.

Aunque sufrimos su partida, encontramos consuelo en el acompañamiento que junto a su familia recibimos durante más de un mes deseando y luchando por su recuperación; la esperanza estuvo a nuestro lado todo el tiempo, sus amigos, compañeros, sus camaradas, su pueblo hasta el final nos juntamos para hacer lo que fuera posible para mantenerlo con nosotros. Agradecemos infinitamente ese amor, esa amistad, ese respeto y admiración.

El compañero Oscar, llanero recio, trabajador, disciplinado, fuerte y con temple para la lucha, era alegre y profundamente humano y tierno con los suyos, por eso ese vació es imposible de llenar tanto en los escenarios de lucha como en los de solidaridad, afecto y fraternidad en los que también era un hombre intachable.