Cuando se habló de la revolución molecular disipada, muy pocos entendieron el terrorífico mensaje y quedó la incertidumbre, hasta que en las redes sociales aclararon su significado neonazi. Si por el contrario, se hablara de una dictadura narco molecular disfrazada, muchos entenderían de inmediato y no habrá necesidad de aclarar a qué país se refiere.
Es que comparados con los paramilitares que actúan en Colombia, los nazis eran unos simples muchachos traviesos. Quizás más parecidos al sionismo, quienes han sido sus entrenadores y asesores. Tal es el horror que le ha tocado padecer a la población durante décadas.
Uno de los libros que mayor impacto produjeron en mi juventud, fue "La hora 25" del rumano Virgil Gheorghiu, que trata sobre la Segunda Guerra Mundial. En el relato, el protagonista es acusado falsamente de ser judío, por un gendarme que deseaba a la esposa del señalado; a partir de ahí se inicia toda una vida de persecuciones, discriminaciones, maltratos, torturas, hasta llegar a los campos de concentración.
Nunca pensé que tal horroroso recuerdo juvenil, fuera superado en maldad, por lo que he visto en Colombia. Todas las atrocidades que se puedan imaginar, han ocurrido allí. Dantesco. Quienes hayan leído la Divina Comedia, verán que a la población, le ha tocado sufrir los tormentos de los nueve círculos infernales; la clase media se ubica el purgatorio y los narcogobernantes en su cielo, pero en la realidad protegidos no precisamente por querubines.
Un artículo de la publicación digital Diario 16 de España, que ha circulado recientemente sobre el narcofascismo, describe muy exactamente lo que ocurre en Colombia (https://diario16.com/narcofascismo-la-peligrosa-mezcla-entre-fascismo-y-narcotrafico-que-esta-irradiando-colombia/); las guías de las mafias gobernantes, son ilegalidad, riqueza, impunidad; quien se oponga es comunista y debe ser exterminado, bajo la complacencia de los imperialistas y el silencio o la inoperancia de las instituciones mundiales, en este caso. Es que la Corte Penal Internacional, es como el sistema VAR en el fútbol, pero con la pantalla apagada; es muy activa para condenar africanos y comunistas.
La narcoderecha cuenta con cuatro anillos de seguridad identificables; primero, las fuerzas armadas; segundo, las empresas de vigilancia privadas; tercero, los paramilitares; cuarto, los combos de los barrios. La fachada de la legalidad es lo que permite entender cómo es posible que los sicarios, con armamento de guerra, fusiles AK47, R15, metralletas, pistolas, vehículos, recorran la ciudad sin ser detectados. Sus integrantes pueden saltar de un nivel a otro, según la actividad a desarrollar. Es lo más parecido a una estructura molecular, pero de un explosivo.
Es inaceptable el que las mafias cometan sus fechorías desde el estado. Lo primero es muy difícil de evitar como ciudadanos, pero lo segundo sí es posible.
Los colombianos y los pueblos del mundo tenemos derecho a vivir en paz, protegidos y en condiciones de vida digna.
Los cantos del pueblo colombiano retumbarán victoriosos.
Mayo 14 de 2021