Por: Ricardo Robledo
En muchos momentos de la vida es común encontrar situaciones que son evidentes, pero que no se captan como tal y, entonces, se hace necesario puntualizarlos.
La percepción que una persona tiene de la realidad es individual. Por eso, cuando alguien quiere hacer una propuesta social, tiene que salirse de ese plano personal y enriquecerla con la discusión desde diferentes puntos de vista, para que, precisamente, pueda ser social.
Es el caso de la propuesta de reforma a la salud en Colombia, presentada por el gobierno en el 2023. Para un ciudadano es difícil conocer al detalle la forma en que funciona el sistema de salud y qué se quiere cambiar y no se puede quedar en su percepción como usuario. De seguro, toda persona adulta ha viajado en carro, pero su conocimiento del vehículo, no es el mismo que puede tener el conductor, el mecánico o los involucrados en su construcción.
En lo que respecta a la mencionada reforma, se sopesa la pertinencia de su propuesta, así como la del equipo de trabajo que está impulsándola; se cree que, en los dos casos, lo son. No se puede confundir el afecto o la admiración, con la validez. Como ciudadanos hay que informarse y ser convencidos por los proponentes acerca de las bondades que traería la nueva situación, basándose en la relación que ha tenido el ciudadano con el sistema presente, que es sobre el cual ha construido su conocimiento. Aspecto que no debe ser desestimado.
Considerado ese punto, hay que tener presente que lo que se toma como la validez o certeza de un proyecto, no asegura su triunfo, que sería, en el caso, la mejora del sistema. Con la ley 78 de 1986, sobre la elección popular de los alcaldes, se creyó que se ampliaría la democracia en el país; pero el resultado real fue el fortalecimiento del poder local oscuro y la captura de las instituciones y sus recursos por parte de este.
Se cree que la propuesta está dotada de un plan detallado con todos los insumos y la responsabilidad que le corresponde y que se seguirá con la rigurosidad que garantizará el éxito. El hecho de que, por ejemplo, un equipo de fútbol entrene toda la semana, no quiere decir que el domingo va a ganar, se espera que sí, pero tendrá que luchar contra sus contrincantes. Nadie entrena para perder. Así mismo habrá de tomarse la reforma, se tendrá que luchar, no se implementará sola.
Las fuerzas a las que se enfrenta la propuesta, son poderosas. Muchas veces, las cosas funcionan si las personas quieren, por muy coherente y acertado que sea lo propuesto. En este punto es bueno recordar que, en 1948, Jorge Eliécer Gaitán tenía la mejor propuesta para el país y ya se sabe la suerte que corrió. O sea, que habría que preguntar, ¿bueno para qué país? ¿el de los ricos o el de los pobres?
Entonces acerca de este tipo de propuesta no se puede preguntar si es buena o mala, sino a cuáles intereses beneficia. Toda la confianza, el respaldo y participación para la implementación de un mejor sistema de salud para la población colombiana. No hay duda.
Febrero 28 de 2023