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Acostumbrados al desastre | Al Mayadeen Español 

Ya no hay conflictos pequeños y delicados en los cuales Europa se inmiscuya y estos la conllevan a mantenerla encendida en negociaciones obteniendo ganancias tras cada una de sus intervenciones. Originan trances en todos lados y tras esto intervienen para controlar e imponer sus métodos.

Trabajadores alemanes se suman en masa como algo normal a lo repetido en Francia, Italia, España o Londres; protestas. En todos lados estallan y sus calles a un solo grito reclaman respeto para sus reivindicaciones. Algunos en Europa creen que el nivel de conflictividad en que se meten es un favor que le hacen a otros.

Mientras en un juzgado de la ciudad de Nueva York la escritora E, Jean Carroll lanza el epitafio más fuerte escuchado en contra del candidato Donald Trump y con este entierra al enemigo de millones. El magnate multimillonario es delatado por sus destacadas desviaciones sexuales. A la escritora en su aguijada voz se le alcanzan a escuchar tres palabras: Trump me violó.

Un mundo multipolar y el dólar 

Hablar del dólar es hablar de la hegemonía-supremacía de Estados Unidos en tanto imperialismo global. La historia mundial corrobora esta afirmación en la medida en que, entre otros instrumentos de dominio, ha sido con esa moneda y su sistema financiero y monetario, desde Breton Woods, que ha asegurado y reproducido no sólo su geopolítica internacional, sino, además, las relaciones imperialismo/colonialismo/dependencia.

Cuando los mecanismos de esa relación fallan o se muestran insuficientes para mantenerla, entonces el Estado, el capital dominante y las burguesías imperialistas —con el contubernio de las lumpenburguesías y oligarquías de los países dependientes— activan desde la inducción de las crisis económicas, monetarias y financieras, las guerras de baja intensidad y los golpes de Estado (ortodoxos, blandos, parlamentarios o judiciales), hasta la intervención militar abierta para restablecer y mantener un estatu quo acorde con sus intereses globales y geopolíticos. A lo largo de su historia, América Latina, Asia y África han sido testigos y víctimas de ello, primero como colonias y, después, como países dependientes y subdesarrollados que, para sobrevivir, tienen que reproducir las relaciones imperialismo-dependencia-colonia en beneficio del intercambio desigual, la superexplotación del trabajo, de las transferencias de valor, de plusvalía y de riqueza hacia los centros capitalistas avanzados.

Los Brics podrían derivar en un esquema integrador que vaya más allá de lo puramente económico. 

El momento de la expansión de los Brics, el severo discurso político de sus miembros, miembros potenciales y aliados, las repetidas visitas de altos diplomáticos rusos y chinos a África y otras regiones del Sur global, etc., indican que estos se han convertido en los nuevos países del Sur, plataforma de geopolítica, economía y diplomacia.

Hace 30 años la pluripolaridad distaba de ser una realidad en el mundo, bajo la hegemonía estadounidense desde el colapso de la Unión Soviética a principio de la década de 1990. Sin embargo, hasta la actualidad la humanidad ha dado importantes pasos hacia una geopolítica plural, teniendo como protagonistas a estados con economías emergentes que desafían al poder occidental.

Desde 2009, cuando se realizó la primera cumbre del grupo BRIC, entonces integrado por Brasil, Rusia, India y China, el mundo comenzó el tránsito hacia una forma de integración que apunta a un verdadero equilibrio político mundial.

 

La formación de los imperios en la era del capitalismo, siempre se vinculó al dominio sobre territorios y países. Ese proceso nació en el siglo XVI, con el mercantilismo, época que se extendió hasta el siglo XVIII. América, como continente, fue colonizada por grandes potencias europeas, a la cabeza de las cuales se colocó España, un reino unificado y centralizado precisamente en 1492 por los Reyes Católicos.

El dominio colonial español permanentemente tuvo como adversarios a Inglaterra y Francia, aunque los conflictos fueron menores con Portugal y otras monarquías europeas. El mercantilismo en Europa y el coloniaje en América fueron las dos caras de la misma moneda.

 

La importancia de estar informado y no dar nada por hecho.

“Esto siempre ha sido así”, “siempre se ha hecho así”, ¿Cuántas veces habremos oído estas afirmaciones? Cuando se toma conciencia de que algo tiene su origen en el “principio de los tiempos” entonces dejamos de cuestionarnos por qué son así las cosas y es en ese preciso momento cuando asumimos cualquier tipo de situación como cierta e irrebatible.

Si investigamos un poco, nos daremos cuenta que la mayoría de las cosas que damos por hecho, tienen un origen mucho más cercano de lo que podríamos imaginar y que se instituyó por el deseo, generalmente, de una única persona o grupo de personas que contaban con autoridad suficiente para poder implantarlo, después el imaginario colectivo hace el resto, crea mitos que justifican el hecho en concreto, transfiere a sus descendientes sus ideas y así sucesivamente hasta llegar al presente, en esa transmisión se suele omitir las verdaderas causas que dan origen a esa convicción y a partir de ese momento, casi nadie lo cuestiona, empieza a formar parte de la tradición, certezas y el día a día de toda la población.