Aviso

 

Tan espantoso para todo el mundo, el año 2020 ha sido relativamente clemente con Venezuela. Claro, los bloqueos y los ataques desde el exterior no han cesado, y hasta, por momentos, se han intensificado. Pero la revolución bolivariana, que acaba de cumplir 22 años, ya está curtida en esas batallas. Lo notable es que, aquí, contrariamente a lo ocurrido en casi toda América Latina y en particular en los países vecinos (Colombia, Brasil), la pandemia de Covid-19 ha sido controlada. Pocos contagios, escasa mortalidad. Mientras la economía por su parte, en circunstancias muy dificiles, conoce un espectacular repunte. Con un aumento inaudito de la producción agropecuaria y de las actividades comerciales. Además, la nueva legislación está favoreciendo una llegada importante de inversión extranjera. Estos nuevos aires, después de varios años de dificultades, se han traducido politicamente por una contundente victoria del chavismo, el pasado 6 de diciembre, en las elecciones legislativas.

América Latina, ¿hacia una nuevo ciclo progresista en 2021? | Razones de  Cuba 

Prontamente, quizá durante el primer trimestre del 2021, ya sabremos si las vacunas lograron atajar la pandemia y el mundo se dirige hacia la normalización.

Sólo después, veremos si el esperado efecto rebote en el área económica puede hacerse realidad o si, por el contrario, habrá nuevas oleadas del covid-19 y la recuperación se retrasa más de lo previsto.

Para América Latina, este 2021 es crucial. La política estará caracterizada por sensibilidades abiertas que van a seguir manifestándose durante el año y que ya podríamos ir agendando.

Por lo pronto, ya sabemos que en febrero y abril habrá presidenciales en Ecuador y Perú, respectivamente. Luego, en noviembre, le tocará el turno a Chile, entre otros países.

 

Diciembre es un mes en el que las festividades de fin de año y la proximidad de uno nuevo atrapa la atención de la gente y las expectativas e incógnitas de qué deparará el futuro crecen, pero ahora los temores tienen más espacio. No hemos tenido un buen año, el 2020 pasará por nuestras vidas como un tiempo malo.

En el mundo, millones de personas perdieron sus empleos, muchos millones más reciben salarios inferiores a los que tenían hasta febrero pasado y son millones las víctimas de la pandemia. Han sido meses de incertidumbres, de días en los que la búsqueda de información para saber si las cosas cambiarán terminan en frustración, que se suma a la ya existente y lo hará a la que está por venir. Leemos con interés informaciones de los organismos especializados que un día nos dicen que la recesión económica está aquí para quedarse varios meses, después nos hablan de que la recuperación económica está en marcha y que se elevan las acciones de algunas grandes empresas en las principales bolsas de valores; sin embargo los salarios no se recuperan, los millones de desocupados siguen sin conseguir dónde trabajar y continúan falleciendo las víctimas de la pandemia. En un ejercicio de

2020: Año de Victoria Popular, por Adán Chávez | Ciudad Valencia 

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Nos acercamos al final de un año caracterizado, además de la batalla librada por la humanidad contra la pandemia del Covid-19, por la profundización de la criminal arremetida del imperialismo norteamericano y sus lacayos contra nuestros Pueblos, en su afán por intentar imponernos anacrónicas doctrinas supremacistas.

Se trata de una ofensiva multifactorial, que se expresa en los órdenes político-diplomático, económico-financiero-comercial y comunicacional, y que está orientada a procurar lograr en el caso venezolano el aislamiento y sometimiento de la Revolución Bolivariana; una tarea a la que se suman algunos gobiernos de extrema derecha de la región y el mundo, y la gran mediática internacional, quienes coordinan una campaña permanente que busca derrocar al Gobierno Bolivariano que dirige el compañero Presidente Nicolás Maduro, acabar con la institucionalidad del país y minar la moral de quienes respaldan el proyecto de amplias transformaciones iniciado en el año 1999 por el comandante Hugo Chávez, a partir de un perverso plan diseñado para afectar la cotidianidad de la gente.

La desigualdad: causa y consecuencia de la pandemia | Pasqualina Curcio |  Últimas Noticias 

El hecho de que EEUU siga encabezando la lista, no solo del país con mayor número de personas contagiadas con covid-19, sino con la mayor tasa de incidencia y de mortalidad, debe llamarnos la atención. Se supone que se trata de la “superpotencia más poderosa y hegemónica en lo militar, tecnológico, económico y energético”, por lo menos eso es lo que dicen y repiten. La cuarta parte de los casos registrados en el mundo están en territorio estadounidense. Cuba y Venezuela van casi de últimos en la lista.

El acceso a pruebas que permitan un diagnóstico temprano para activar inmediatamente los protocolos de aislamiento y contener la propagación de la enfermedad ha sido un factor determinante en los niveles de contagio, así como lo ha sido la mayor o menor exposición al virus. No es igual tener acceso gratuito a las pruebas de diagnóstico, que tener que pagarlas. No ha sido igual el resultado en países que dieron prioridad a la salud por encima de la economía y acataron un confinamiento estricto, que aquellos países que dieron más importancia a los mercados como ha sido el caso de EEUU.