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La burbuja de los prejuicios frente a la luz de la esperanza en la lucha contra la Covid en China 

Si estos occidentales pudieran abandonar su mentalidad de encontrar fallas y observar más de cerca la lucha de China contra el Covid con lo que los chinos llamarían una actitud de "buscar la verdad a partir de los hechos", ciertamente llegarían a una conclusión más justa.

A los ojos de algunos occidentales, la palabra "manjar" representa numerosas posibilidades y una diversidad considerable: espaguetis, pollo Kung Pao, tacos y papas fritas, entre otros.

Sin embargo, se niegan a aceptar las posibilidades similares y el potencial de diversidad incrustado en la palabra "antipandemia".

Lo más probable es que estas personas sean las mismas que rechazan el hecho de que conceptos como "modelos de desarrollo", "modos de gobernabilidad", "vías democráticas" y "estándares de protección de los derechos humanos" también son "plurales" de facto.

Fidel supo convertir los reveses en triunfos y trasmitir al pueblo la confianza en la victoria. 

 

El pensamiento y las acciones de Fidel constituyen lecciones valiosas para los revolucionarios y comunistas de todo el mundo. No menos importante es el inmortal legado de Fidel de convertir un impedimento en un triunfo.

El ataque del 26 de julio de 1953, que dirigió Fidel Castro contra los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, fue un revés. Sin embargo, el alegato de autodefensa de Fidel en el juicio por las agresiones, conocido como La historia me Absolverá, que comenzó el 16 de octubre de 1953, resultó una sobresaliente victoria. En condiciones muy difíciles como prisionero, el acusado se convirtió en acusador. Fidel acusó no solo al aparato militar y estatal de Batista, respaldado por Estados Unidos, sino además acusó, como colonia estadounidense, a todo el sistema político, económico y social que existía en Cuba en aquél momento. Y ofreció una salida a ese callejón sin salida.

 

por Thierry Meyssan

Mientras vemos con horror el resurgimiento de grupos fascistas, nazis o adeptos del ‎antiguo imperialismo japonés, también constatamos que no fueron esas ideologías las ‎causantes de la Guerra Mundial. La verdadera causa fue la alianza entre gobernantes ‎dispuestos a lo peor. La misma configuración está reproduciéndose hoy. ‎Si no reaccionamos ahora, en pocos meses se hará posible el estallido de una Tercera ‎Guerra Mundial.‎

La Segunda Guerra Mundial debe servirnos de lección. Aquel conflicto no fue una tempestad ‎inesperada en un cielo sereno. No fue una lucha entre Malos y Buenos. La Segunda ‎Guerra Mundial fue el producto de la conjunción de una serie de fuerzas capaces de destruirlo ‎todo. ‎

 

por Thierry Meyssan

El presidente republicano George Bush hijo y los demócratas Barack Obama y Joe ‎Biden han destruido la libertad de expresión en Occidente. Por dos décadas, la prensa ‎ha venido mirando hacia otro lado para no ver todo lo que contradice los discursos ‎oficiales de Washington y ha optado por repetir todo tipo de idioteces. Sin embargo, ‎Donald Trump ha centrado su campaña para la elección presidencial de 2024 en el ‎regreso a la libertad de expresión. Por ahora, es el único candidato que adopta esa ‎posición. ‎

Donald Trump pronunció, el 15 de diciembre, su primer discurso como candidato a la nominación ‎del Partido Republicano a la elección presidencial. Y dijo tener como prioridad el regreso a la ‎libertad de expresión en Estados Unidos, precisamente en momentos en que las revelaciones de ‎Elon Musk –los llamados Twitter Files– y las de la America First Legal Foundation demuestran ‎que toda la información que se transmite está manipulada. ‎

 

Por: Gabriel Ignacio Gómez, profesor titular, Facultad de Derecho y Ciencias Políticas UdeA

«... Las humanidades y las artes incentivan el pensamiento crítico y, en tal sentido, en lugar de aceptar dogmas irrefutables, interpela el conocimiento existente, sospecha del poder, interroga nuestras condiciones de vida e indaga por nuevas miradas del mundo....»

 

Hace unas pocas semanas se suscitó un debate en redes sociales con ocasión de un mensaje de Twitter en el cual un profesor de cátedra de economía sostenía que la Escuela de Artes y Humanidades (EAH) de la universidad en la cual imparte clase, había causado mucho daño a dicha institución y a la sociedad, por generar, supuestamente, “sentimientos anticapitalistas y antiliberales”. Días después, en una columna de
opinión, el mismo profesor reiteraba su malestar en contra de la EAH y los “rellenos” por su responsabilidad en los resultados electorales pasados1.