El Ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, no se fue por las ramas y puso en su sitio a ciertos gobernadores que están utilizando sus cargos para sabotear la estrategia de Paz total del presidente Gustavo Petro orientada con mucho acierto a superar la estructural e histórica violencia política y social enraizada en los territorios y ejecutada por los ejércitos privados de poderosos gamonales con amplio dominio político, institucional y electoral.
Estos gobernadores, claramente vinculados a las franjas de la ultraderecha neonazi, son una herencia del gobierno uribista de Iván Duque, y rápidamente se encuadraron en el esquema del “golpe blando” contra el gobierno nacional que encabeza el presidente Gustavo Petro, manipulado e instrumentalizado por el Fiscal Barbosa, la Procuradora Cabello y en general por el bloque oligárquico reaccionario que manipula la red mediática hegemónica al servicio de poderosos banqueros y conglomerados financieros y militaristas.
En Colombia hay 32 gobernadores en los correspondientes departamentos, pero solo 3 o 4 de ellos, se han dado licencia para desafiar abiertamente la autoridad nacional legitima.
Los más beligerantes son los gobernadores del Meta, Juan Guillermo Zuluaga; el de Antioquia, Aníbal Gaviria; el de Cundinamarca y el del Quindío, Jaramillo, presidente de la Federación de departamentos.
Zuluaga es un avatar de la más recalcitrante ultraderecha ganadera y cleptómana, que supuestamente se hizo a la sombra de Carlos Nader, un poderoso narcotraficante que en la actualidad goza de especial protección en Villavicencio/Barrio Primavera (https://www.las2orillas.co/regreso-el-narco-carlos-nader-simmonds-colombia/ . Zuluaga es un actor que se mueve en la fantasmatica uribista utilizando el tema de la inseguridad para tapar su presunta corrupción con dineros públicos. Su reclamo (y rabieta) no confesado tiene que ver con el control que se hace por las auditorias sociales sobre la bicoca de casi 4 billones de pesos del Sistema General de Regalías que quiere utilizar en la compra de votos para elegir nuevo gobernador del Meta. Se quedó sin plata para pagar voto a 50 mil pesos, que es el sistema con el que se perpetúan.
El gobernador del Quindío es una simple marioneta que viene de sonoros escándalos con el ex senador Mario Castaño, hoy recluido en la cárcel la Picota.
Gaviria, de Antioquia, es un prospecto neouribista que pretende ganar puntos agitando el fantasma del comunismo.
Velasco lo que ha hecho es sincerar las verdaderas intenciones golpistas de estos caudillos regionales en plan de reelegirse con testaferros.
