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Colombia: Vargas Llosa y la violencia 

Demostrando que los años lejos de tornarlo más sabio han potenciado su obcecación y su fanatismo Vargas Llosa declaró hace un par de días en Madrid que la elección de Gustavo Petro en la próxima elección presidencial de Colombia sería un grosero error. Según el novelista peruano Petro es “un candidato muy peligroso que puede empujar a Colombia cada vez más hacia soluciones de tipo colectivista y estatista, es decir, a un populismo.” Por supuesto, se trata de opiniones que carecen de fundamento. A esta altura de su vida Vargas Llosa no se preocupa por estudiar seriamente los temas sobre los cuales opina sino que emite despreocupadamente sus “ocurrencias”, productos cerebrales que no deben confundirse con las ideas, que son expresión de un razonamiento complejo por completo ausente en aquéllas. Quien quiera ver un completo catálogo de sus “ocurrencias” no tiene más que leer su último libro, La Llamada de la Tribu, para comprobarlo.

 

Han pasado casi veinte años, un período considerable para enjuiciar efectos, y podríamos ser optimistas si pensamos en la impunidad con que a fines del siglo pasado se exaltaba en el periodismo comercial argentino, en los medios de incomunicación de masas en general, el “tecnodesarrollo” de productos transgénicos; la inocencia y/o la “docta ignorancia” con que se hablaba entonces de las fórmulas de la agroindustria y de las virtudes “milagrosas” del glifosato –el herbicida apto para la sobrevida de plantas transgénicas, mejor dicho el ‘matatodo’ salvo la planta que tiene un gen protector propio u obtenido mediante transgénesis que es lo más común─, y lo que dio lugar a una nueva industria; la ingeniería genética, prestamente rebautizada biotecnología; el prefijo “vida” vende mucho, los laboratorios bien lo saben.

Seguimos acumulando “bombas de tiempo”; el papel de Argentina como el de la inmensa mayoría de los estados “nacionales” sigue siendo nefando, anodino o cómplice en las conferencias mundiales sobre biodiversidad u otras de índole similar organizadas desde la ONU, para atender la problemática ambiental.2

2018,  elecciones en Colombia: primera y segunda vuelta 

El domingo 27 de junio de 2018 se celebró la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia. El resultado del recuento preliminar ubicó a los dos candidatos que alcanzaron la mayor votación  y que por esa situación pasan a la segunda vuelta el 17 de junio. Por un lado quedó con más del 39 por ciento el candidato de la ultraderecha colombiana, Iván Duque, respaldado por el ex presidente  Álvaro Uribe dirigente de facto del Partido Centro Democrático, el cual no tiene nada de centrista y menos de democrático. El otro aspirante que aspira a ocupar la presidencia colombiana es Gustavo Petro, ex alcalde de Bogotá, exmilitante del Movimiento 19 de Abril (M-19), economista y candidato postulado por Colombia Humana. 

Los resultados de la primera vuelta de las elecciones colombianas, sin duda van a condicionar una serie de alianzas para la segunda vuelta. El tercer sitio de las elecciones del 27 de mayo, lo ocupó Sergio Fajardo, candidato de la Coalición Colombia, aspirante que alcanzó más de 23 por ciento de la votación (casi 4,6 millones de votos).

 

1 La situación se torna más peligrosa para Venezuela después del domingo 20 de mayo. Lo demuestra la reacción dentro del país, y en el exterior, de aquellos que se han trazado como objetivo el derrocamiento del gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro. Un proceso comicial impecablemente democrático, con un sistema electoral blindado contra el fraude y cualquier otra manifestación delictiva, con amplísima participación de observadores y acompañantes del mundo, así como la presencia de varios candidatos de oposición, fue condenado como nunca había ocurrido. Al comienzo del proceso, en medio del proceso y, posteriormente, cuando éste culminó y  la autoridad competente, el Consejo Nacional Electoral, anunció al país el resultado.

2 La desesperación que se apoderó de la derecha mundial desde el momento en que fue convocada la elección del 20M, ejemplo, los “venezolanos” entre comillas y los extranjeros: de estos léase, en primer término, el presidente de los EEUU y los halcones que lo acompañan; los gobernantes de la Unión Europea -donde destacan dos inefables personaje, el mandatario francés Macron- más los cipayos latinoamericanos, fue algo nunca visto. Algo insólito.

 

Mucha razón tienen quienes afirman que es más delito crear un banco que robarlo, y por tanto todo banquero es un delincuente que se enriquece gracias a los fondos de miles o millones de ahorristas, en especial cuando hacen quebrar a las entidades bancarias. Y en el contexto de la actual crisis venezolana, esto no es diferente, y los banqueros tanto del sector público como del sector privado están aprovechando muy bien la desgraciada coyuntura que tiene en la pobreza y en la miseria a la mayoría del pueblo de Venezuela. Así, ¿cómo es posible que por operaciones bancarias como consultas de saldo, retiros de fondos y transferencias electrónicas se estén cobrando comisiones elevadas, lo que representa una carga más para la débil economía de millones de venezolanos?

De manera que los banqueros en Venezuela no podían dejar pasar la oportunidad de enriquecerse aún más, ahora a costa de una situación socioeconómica tan nefasta para Venezuela. Ciertamente es posible que la cantidad de dinero