Aviso

 

Inundaciones bíblicas, calor abrasador, sistema de red colapsado, animales que se desploman, aguas que suben, cosechas que se marchitan, economía al borde del abismo y millones de desplazados. Bienvenidos al futuro del cambio climático… Pakistán.

El calentamiento global ha escrito en Pakistán, un país poblado por millones de personas, los primeros capítulos de una historia de terror que no parece haber llegado a su fin. Pakistán ha pasado de un año (2022) de inundaciones bíblicas a otros de calor sin precedentes. La normalidad ha huido, perseguida por un ogro de un tenebroso apocalipsis en ciernes.

 

El estrangulamiento a los impuestos directos, para favorecer a los ricos, vuelve imposible ejecutar políticas sociales, pues se carece de recursos internos.

Los neoliberales, los anarco-capitalistas, los empresarios que se ven representados por esas ideologías y los gobiernos surgidos bajo sus consignas, desconocen la historia económica y social del capitalismo y de América Latina. En consecuencia, hoy son sus “enemigos” el Estado, los impuestos, los derechos laborales y ambientales, los movimientos sociales, las reivindicaciones populares.

Desde que la primera Revolución Industrial (mediados siglo XVIII) instauró el capitalismo en Inglaterra y otros países europeos, los empresarios acumularon riquezas escandalosas y poder político, porque los Estados no intervenían en la economía, no existían leyes laborales y tampoco impuestos directos. Frente a ellos contrastaba la explotación a los trabajadores y la miserable vida que llevaban con sus familias.

 

En Estados Unidos, diferentes grupos de atletismo femenino (desde fútbol hasta el tenis) han luchado por una equiparación de salarios con sus colegas hombres desde los años 70s.[i] Según el imperio del mercado que rige no sólo la economía de los países sino sus formas de pensar y de sentir, la diferencia se justificaría por la ley de la oferta y la demanda. La misma ley que hasta no hace mucho justificaba que las mujeres pagasen más en seguro médico que los hombres porque requerían algunos cuidados particulares relacionados a su aparato reproductivo. En gran medida todavía es así.[ii] Necesitan más servicios, que paguen más. Pero aceptar que las sociedades y la existencia humana se organicen completamente bajo las leyes del mercado es, por lo menos, cuestionable y arbitrario.

 

Argentina y Ecuador, paradigmas de las tensiones que vive América Latina

Los análisis de tipo económico que predominan en el ambiente público por la influencia decisiva que han alcanzado los medios de comunicación conectados con los intereses de las élites empresariales latinoamericanas, se caracterizan por desligar los datos de las condiciones históricas y sociales de la región. No es un fenómeno nuevo. La CEPAL (1948) lo advirtió desde sus primeros estudios que, además, insistieron en la necesidad de distinguir la teoría económica proveniente de los países centrales y que se asume como de validez universal, frente a la que requieren las realidades de esta parte del mundo, que no se ajustan a las concepciones extranjeras y que, por lo tanto, exigen crear conceptos y teorías propias.

 

¿Estamos obligados a hacernos esta pregunta?

A medida que transcurre el exterminio sin piedad contra el pueblo palestino por  la banda sionista de okupación llamada “Estado de Israel”, crecen  con igual intensidad  la tragedia y soledad de ese pueblo, la  inquietud por su futuro y la repulsa y el asco mundial contra esa organización de psicópatas de Israel al mando de Netanyahu, comandante supremo del crimen organizado en Oriente Medio. Con sus soldados, sus apoyos diplomáticos en Europa y EEUU y las armas que recibe de  este último país y de su propio comandante supremo de la guerra internacional, se cierra el círculo opresor al indefenso pueblo palestino, Dentro  de ese círculo se quema a bombazos  con especial tino a los niños y niñas para evitar que siga multiplicándose la población. Asesinarles sistemáticamente, premeditadamente, como en el holocausto nazi o el genocidio indio, es propio de criminales de la peor especie. Y estos lo son.