Aviso

Ultimátum de EE. UU. a Maduro: pide que cumpla compromisos antes de abril |  Internacional | Portafolio 

Es una forma particular de recular que niega cualquier ilusión de amistad, como la que muchos izquierdistas y demócratas ingenuos animaron con Obama, Carter o Kennedy.

En realidad se trata de un calculo con riesgos, como todo calculo en política.

A menos de 24 horas del reconocimiento hecho por Blinken al candidato antichavista, apareció Mathew Miller, Vocero presidencial, con un mensaje opuesto: "Todavía no estamos en ese punto", aclaró.

Y el 7 de mayo la jefa del Comando Sur completó la señal: "La solución en Venezuela debe ser política, no militar".

El fantasma de otro Guaidó lastra a EE.UU. frente a la oposición en Venezuela 

El portavoz de la Casa Blanca, Matthew Miller, aclaró el lunes que, aunque Washington asume que el candidato Edmundo González ganó las elecciones, no lo reconoce aún como presidente: "Todavía no estamos en ese punto [de reconocerlo como presidente]. Estamos en estrecho contacto con nuestros socios en la región, especialmente Brasil, México y Colombia, para encontrar un camino a seguir".

Días atrás, las declaraciones ofrecidas tanto por el subsecretario, Brian Nichols, como por el propio secretario del departamento de Estado, Antony Blinken, se interpretaron como de explícito reconocimiento a González como "presidente electo".

 

El scroll infinito y la velocidad del consumo capitalista han acelerado la indivualización de nuestra vida y han convertido los momentos de sosiego en un bien de lujo

Vivimos en una sociedad hiper: Hiperconectada, hiperdiagnosticada, hipermedicada, hipersexualizada, hiperinformada, hipercapitalizada, hiperestresada, (y así hasta el infinito). Vivimos acelerados, sometidos por las necesidades que nosotros mismos vamos generando. Somos el coyote detrás del correcaminos. Una suerte de idea inacabada, un propósito que no se cumple. Nuestra sociedad es la viva imagen de la insatisfacción. La frustración por una vida que nos consume y nos obliga a hacernos preguntas con el propósito de llenar ese vacío que nos une como sociedad.

 

La violación de la Tregua Olímpica ha servido para excluir a Rusia de los Juegos de París 2024, pero no para hacer lo mismo con Israel, que ha podido participar de una competición que, desde sus orígenes, ha tenido trasfondo político.

Los Juegos Olímpicos de París dieron comienzo el pasado 26 de julio con el desfile sobre el río Sena en el que tomaron parte, junto al resto de países participantes, las delegaciones de Israel, Palestina y Ucrania. 15 atletas rusos y 17 bielorrusos desfilaron también, formando el equipo de Atletas Neutrales Individuales (AIN en sus siglas en inglés), la manera en la que el Comité Olímpico Internacional (COI) ha permitido su participación después de haber expulsado a sus respectivos comités olímpicos nacionales por “profanar la Tregua Olímpica al invadir Ucrania durante los Juegos Olímpicos de Beijing 2022” y por “violar la Carta Olímpica al apropiarse de territorio donde había instalaciones bajo el control del Comité Olímpico Ucraniano”, según explicó el propio COI.

 

El nuevo sistema mundo capitalista euroasiático se afianza

A primera vista, podría parecer que los países gestionan su seguridad y defensa de la manera más simple posible, es decir, a través de la dicotomía entre guerra y paz. Esta percepción puede estar alimentada por noticias recientes como la operación militar rusa en Ucrania, el holocausto en Gaza, los golpes de Estado y guerras civiles en varios países africanos y latinoamericanos, así como la creciente tensión militar en el este de Asia, incluyendo Taiwán, el Mar de China Meridional y la península de Corea.

Sin embargo, es una simplificación pensar que estos eventos son fenómenos nuevos o surgidos de la nada. La realidad es que estas situaciones están profundamente entrelazadas con factores económicos, como la incapacidad del actual modelo económico occidental para ofrecer un futuro mejor a amplias porciones de la población. Además, la idea de que el caos y la incertidumbre globales surgen espontáneamente ignora los intereses y beneficios que ciertos actores pueden obtener de un mundo inestable.