Aviso

 

No sé su estatura ni tampoco cómo es su rostro, pero la imagino. Creo que es mediana, de tez morena y cabello negro, liso y llega a la mitad de su espalda. Me parece interesante no verla, solo escucharla y leerla. El tono de su voz es un poco agudo y su acento alargando las palabras al finalizar cada frase. Del Cauca, sin duda alguna.

Ya siento que puedo practicar eso que llaman empatía. Siento su lucha, sus ganas de salir adelante, quisiera abrazarla para expresarle mi cariño por haber abierto a mis ojos a través de las palabras que conforman su vida.

No imaginé que en mi búsqueda llegaría a ella. Llegó a mí en un +57 320 y luego pasó a un contacto de WhatsApp con el nombre Claribel Mosicue. Es Claribel, no Claribeth como le dije cuando la saludé.

 

Pese al confinamiento, numerosas organizaciones de la sociedad colombiana se pronuncian en contra de la barbarie e indolencia del régimen, a la vez que llaman a la movilización y la lucha contra este Gobierno tiránico.

Distintas organizaciones de la sociedad colombiana rechazan la escalada violenta que ejecuta el régimen contra población inocente, ante la que el Arzobispo de Bogotá, Monseñor Luis José Rueda Aparicio, ha dicho que “podemos estar con ‘tapabocas’ pero no podemos callar ante la creciente violencia que se ensaña contra nuestros pueblos, como un monstruo destructor que crece en nuestro país” [1].

 

La Unión Patriótica es el acumulado de resistencia, lucha y dignidad del pueblo colombiano, es la mayor muestra de paz que una colectividad ha dado en la historia del tiempo reciente, sus orígenes se encuentran en la esperanza del pueblo por una Nueva Colombia y la lucha por la Paz con justicia social, la memoria para la acción de la Unión Patriótica obliga a denunciar, recordar, estudiar, debatir, analizar y contar el GENOCIDIO POLÍTICO CONTRA LA UNIÓN PATRIÓTICA.

El pasado fin de semana la dirección nominal de la Unión Patriótica realizó su VII Congreso de donde se informa que se decidió participar en la campaña electoral  del 2022 y se anuncia candidato a la Presidencia y al mismo tiempo llaman a la unidad. No hay coherencia en llamar a la  unidad y no dar oportunidad a otras candidaturas para caminar hacia un espacio unitario en contra de la derecha genocida que hoy gobierna. En un proceso unitario lo último a elegir debe ser el candidato, la prioridad deber ser lo organizativo y programático, para unir desde el debate, la batalla de ideas y el consenso.

 

El embajador representante de la República Bolivariana de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Samuel Moncada, denunció este martes que el expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, es el jefe histórico del cártel de políticos, militares, narcos y paramilitares que gobierna a través de las masacres, desapariciones y corrupción en ese país.

A través de su cuenta en la red social Twitter @SMoncada_VEN, señaló que “Esta verdad mortal en Colombia es la clave para la agresión a Venezuela”.

En su publicación, Moncada expone un video que evidencia los nexos de Uribe durante su mandato presidencial, con el narcotraficante y exjefe paramilitar, Salvatore Mancuso, extraditado a Estados Unidos en 2008 y aislado en una cárcel de Atlanta, Georgia donde paga una condena de 15 años y 10 meses.

 

La región de los Dos Ríos se ubica entre los departamentos de Bolívar y Antioquia. Es una zona que afronta la criminalización y el asesinato de líderes y lideresas sociales. A la fecha, durante el año 2020, se han registrado 17 asesinatos, 35 amenazas y 9 capturas. El 29 de agosto fueron asesinados Omaira Alcaraz, de la Junta de Acción Comunal -JAC- de la vereda Alto San Juan, Sur de Bolívar, Fernando Gaviria García, de la Asociación de Familias Agromineras del Sur de Bolívar y Antioquia- AFASBA- y presidente de la JAC, y Jorge Iván Ramos, del partido FARC.

Históricamente, los habitantes del Sur de Bolívar, el Bajo Cauca y el Nordeste Antioqueño han tenido la minería como una de sus actividades económicas principales. Las grandes reservas de oro que existen en el territorio sirven desde hace siglos a muchas de las familias de la región. Sin embargo, en la actualidad, grupos paramilitares como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia -AUC-, los Caparrapos y el Clan del Golfo mantienen una constante guerra por el control de la zona.