Aviso

 

Al finalizar el 2020 cumplió 4 años de firmado el Acuerdo de Paz con las FARC, que para las élites dominantes ha constituido un éxito, pero para Colombia no lo es.

Para la minoría que manda en el país, el post Acuerdo le sirve para no asumir responsabilidad por el estado de Guerra en que mantiene a Colombia, con el que extermina a sus opositores buscando que nada cambie en la vida del pueblo. Para lograr este resultado el régimen al principio se complementaba con la mafia, hasta que esta terminó convirtiéndose en la facción burguesa hegemónica, experta en corromper y matar para perpetuarse en el poder.

Este modelo de pacificación oligárquico, que solo sirve a una minoría, es un desastre y a la vez un reto para la gran mayoría que hoy exige Paz con justicia social y cambios, en una ruta de Solución Política del Conflicto que garantice acabar con la corrupción, el empobrecimiento, la depredación ambiental, el sometimiento a intereses foráneos y sacar la violencia de la política.

acuerdo de paz 

Al cumplirse 4 años de la firma de los Acuerdos de paz entre el gobierno del señor Juan Manuel Santos y un sector de las Farc (el de Timochenko e Ivan Márquez) han surgido diversos análisis sobre dicho acontecimiento y sobre el fenómeno de la violencia y la guerra en Colombia.

Casi todas las reflexiones se enfocan en el proceso de implementación de cada uno de los temas incluidos en el texto del pacto para resaltar su evidente fracaso, salvo por la desmovilización y entrega de armas de casi 14 mil combatientes de la resistencia agraria, asunto que era de la mayor prioridad de la elite dominante, representada por el señor Santos y su equipo negociador en La Habana, y también para Timochenko, Lozada y la vieja rosca enquistada en la dirección política de la guerrilla de Marulanda, articulada a los servicios de inteligencia de las Fuerzas Militares y de la policía.

La destrucción de los elementos programáticos de los pactos de paz del Teatro Colon (2016) no son solo obra del uribismo y del actual gobierno de Duque, también es la consecuencia de la maniobra artera de la administración del señor Santos, quien acudió a varios artilugios para impedir una paz

 

La REDHPANA, el Colectivo Sociojurídico Orlando Fals Borda, el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (CSPP), la Corporación Reiniciar y el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) denunciaron las constantes y sistemáticas violaciones a los derechos individuales y colectivos que se vienen cometiendo en contra de las comunidades negras, indígenas y campesinas que habitan el territorio de Nariño. Se trata de asesinatos, desapariciones forzadas, desplazamientos masivos, estigmatización, amenazas y todo tipo de agresiones que se han intensificado durante el mes de diciembre.

El profesor Luis Anay salió a pescar el 22 de diciembre en horas de la mañana sin tener regreso. Su embarcación apareció días después con la pesca en estado de descomposición y sin ocupante. La comunidad buscó incansablemente a la víctima, cuyo cuerpo sin vida fue finalmente encontrado el día 27 de diciembre con signos de violencia.

Luis Anay se destacó por sus inalcanzables esfuerzos para llevar la enseñanza a las zonas rurales de Tumaco y por años fue un símbolo de lucha y de perseverancia para los niños y niñas y para los mayores de la región.

 Tras los asesinatos se encuentran los intereses de la industria del narcotráfico y el agronegocio, las cuales reciben el apoyo incondicional del régimen uribista de Iván Duque y los altos mandos de las FFAA

Prácticamente en los descuentos de 2020 fue asesinado el líder campesino Norbey Antonio Rivera, en Popayán, departamento del Cauca.

La Asociación Campesina de Trabajadores de Argelia, Cauca, informaron que Rivera «desde muy joven aportó a nuestro trabajo social y campesino. Norvey había anunciado con anterioridad haber recibido amenazas, por esa razón se había desplazado del corregimiento del Plateado a la ciudad de Popayán, donde fue asesinado».

La agrupación también indicó que «actualmente, las organizaciones sociales, los líderes y lideresas hemos recibido constantes amenazas por parte de grupos armados que disputan el territorio. Organizaciones, como el Coordinador Nacional Agrario, CNA, fueron amenazados, asesinados algunos de sus dirigentes, y despojados».

Los tres reyes magos de la miseria que llegan a Colombia 

En un país en el que el ajuste al salario mínimo fue del 3.5% mientras que para los congresistas fue del 5,12%, es decir, 1,67 millones el panorama luce ensombrecido. En pocas palabras, mientras que un obrero raso a duras penas se ganará un millón de pesos en el 2021, ellos percibirán 34 millones.

El panorama es sombrío. En la distancia se escuchan los cascos de los camellos que transportan a los tres reyes magos que traen la miseria a Colombia. En medio de la polvareda que levantan en el desierto, se aprecien sus figuras. No son las de Melchor, Gaspar y Baltazar, sino la de los ministros de defensa, Carlos Holmes Trujillo; del trabajo, Ángel Custodio Cabrea y de hacienda, Tomás Carrasquilla.

¿Sus regalos? Tres reformas que golpearán a la gran base de la población. La reforma económica que traslada al pueblo la crisis económica del país; la reforma pensional y, por último, la de carácter laboral que terminará con las pocas garantías de que pudieran gozar los obreros.