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Este 30 de julio sobre las 2 de la tarde fue asesinado Luis Carlos Gómez, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Aterrado, ubicada en el municipio de Cimitarra, Santander.

Según información recopilada por testigos de la comunidad los hechos se presentaron en cercanías del Batallón Cajibio, el cual se encuentra ubicado en inmediaciones de la vereda. El líder comunal fue agredido con arma de fuego en la estación Cantimplora luego de que saliera de su trabajo.

De igual forma personas cercanas a Luis Carlos Gómez, señalaron que este no tenía amenazas en su contra, por lo tanto las razones de su asesinato aún son motivo de incertidumbre y miedo al interior de la comunidad.

 Todos los 20 de julio deberían ser una fecha de esperanza y de regocijo, pues es el día del «Grito de Independencia«, si a esto podemos llamar independencia. Contrario, es un día lúgubre, cargado de un falso heroísmo y honor desde la historia oficial. En la celebración encontramos a la misma clase gobernante que luego de 210 años ha explotado y sacado provecho al famoso «grito«,  y a una inmensa mayoría de colombianos que lucha  y construye desde sus territorios independencia y soberanía. 

En medio de este contexto, a Bogotá arribaron el 20 de julio dos Marchas por la Dignidad, la Libertadora y la Comunera; nombradas así por los hitos del pasado. Hitos de hombres y mujeres que dieron su vida por la libertad; y que sus gestas hoy son reproducidas por cientos de comunidades que construyen desde sus territorios. A estas dos marchas  sumamos la primera Marcha de la Dignidad  que recorrió desde Popayán  hasta Bogotá y que es ejemplo de dignidad y resistencia.

 

Indígenas del pueblo Embera Katío, desplazados de sus territorios en el Chocó por proyectos extractivistas de multinacionales, se encuentran en las calles de Bogotá desde hace meses y denuncian no haber recibido ninguna ayuda por parte del Gobierno; en cambio sí han sido víctimas de constantes abusos policiales.

Los indígenas se encuentran en el parque ‘Tercer Milenio’ ubicado en el centro de la capital del país, luego de haber sido desalojados violentamente y en múltiples ocasiones por parte de la Policía Nacional.

 

En el marco de las múltiples violencias que se viven en los territorios que son aquejados por un sinnúmero de actores y factores; la ONG Global Witness dio a conocer su más reciente informe titulado «Defending Tomorrow» en el que aborda la crisis climática y las amenazas contra defensores del medio ambiente y el territorio en el año 2019.

Según el informe, el 2019 fue el año más violento en la historia, del que se tiene registro, pues se alcanzó la cifra récord de 212 asesinatos en contra de ecologistas que luchan, entre otras, cosas contra los efectos de la minería, los proyectos agroindustriales y la deforestación. Esto implica un alarmante promedio de más de 4 personas asesinadas por semana.

 

Este martes, hombres armados asesinaron al excombatiente de FARC en proceso de reincorporación: Unaldo Castillo y Yoimar Jiménez, integrante de la Unidad Nacional de Protección -UNP- quien también era firmante de paz.

El hecho se presentó en  la vereda Sabanas, zona rural del municipio de Urrao, Antioquia; donde hombres armados atentaron en contra del esquema de seguridad del también excombatiente José Ignacio Sánchez, promotor de las actividades de la Comisión Especial de la Verdad en el noroccidente del país.

Según versiones preliminares, el atentado estaba dirigido contra José Ignacio, pero en él resultaron asesinados Unaldo Castillo y Yoimar Jiménez, este último, integraba el esquema de protección del excombatiente en calidad de escolta de la UNP.