Aviso

 

2020 será crucial para la vida del páramo de Santurbán y la de millones de santandereanos, pues este año el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) deberá expedir una nueva delimitación del páramo.

El Páramo de Santurban es un ecosistema estratégico localizado en el Nororiente de Colombia con una extensión de casi 145 mil hectáreas y con más de 30 municipios en su territorio (tanto de Norte de Santander como de Santander). Se trata de un “estrella hídrica regional” que suma varios parques naturales como: El Parque Natural Regional Sisavita; el Parque Natural Regional Santurbán-Salazar de las Palmas; el Parque Natural Regional Santurbán–Arboledas; el Parque Natural Regional Santurbán Mutiscua-Pamplona; el parque natural Regional Páramo de Santurbán; el Páramo de Berlín; y el Complejo Lagunario del Norte, con 42 lagunas.

 Desde el pasado 28 de julio, cuando Bogotá llegó a las 100 muertes diarias, los seis crematorios públicos de Bogotá, ubicados en los cementerios del Norte, del Sur, de Fontibón y el Serafín, funcionan las 24 horas al día. El humo negro y espeso sale sin parar. Los hornos tienen capacidad para cremar entre 94 y 106 cuerpos al día. El Coronavirus convirtió a estas chimeneas en incansables chimeneas industriales. Sin embargo la capacidad de esto ya no alcanza frente al necesidad de enterrar el número de muertos por COVID 19 que se incrementó de manera sostenida durante el mes de julio. El último reporte del 30 de julio del Instituto Nacional de Salud, señaló 141 fallecimientos ese día.

 Todos los 20 de julio deberían ser una fecha de esperanza y de regocijo, pues es el día del «Grito de Independencia«, si a esto podemos llamar independencia. Contrario, es un día lúgubre, cargado de un falso heroísmo y honor desde la historia oficial. En la celebración encontramos a la misma clase gobernante que luego de 210 años ha explotado y sacado provecho al famoso «grito«,  y a una inmensa mayoría de colombianos que lucha  y construye desde sus territorios independencia y soberanía. 

En medio de este contexto, a Bogotá arribaron el 20 de julio dos Marchas por la Dignidad, la Libertadora y la Comunera; nombradas así por los hitos del pasado. Hitos de hombres y mujeres que dieron su vida por la libertad; y que sus gestas hoy son reproducidas por cientos de comunidades que construyen desde sus territorios. A estas dos marchas  sumamos la primera Marcha de la Dignidad  que recorrió desde Popayán  hasta Bogotá y que es ejemplo de dignidad y resistencia.

 

Este 30 de julio sobre las 2 de la tarde fue asesinado Luis Carlos Gómez, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Aterrado, ubicada en el municipio de Cimitarra, Santander.

Según información recopilada por testigos de la comunidad los hechos se presentaron en cercanías del Batallón Cajibio, el cual se encuentra ubicado en inmediaciones de la vereda. El líder comunal fue agredido con arma de fuego en la estación Cantimplora luego de que saliera de su trabajo.

De igual forma personas cercanas a Luis Carlos Gómez, señalaron que este no tenía amenazas en su contra, por lo tanto las razones de su asesinato aún son motivo de incertidumbre y miedo al interior de la comunidad.

 

En el marco de las múltiples violencias que se viven en los territorios que son aquejados por un sinnúmero de actores y factores; la ONG Global Witness dio a conocer su más reciente informe titulado «Defending Tomorrow» en el que aborda la crisis climática y las amenazas contra defensores del medio ambiente y el territorio en el año 2019.

Según el informe, el 2019 fue el año más violento en la historia, del que se tiene registro, pues se alcanzó la cifra récord de 212 asesinatos en contra de ecologistas que luchan, entre otras, cosas contra los efectos de la minería, los proyectos agroindustriales y la deforestación. Esto implica un alarmante promedio de más de 4 personas asesinadas por semana.