Aviso

 

Sobre el estallido social y político que se da en Colombia desde el pasado 28 de abril se están utilizando varias categorías y conceptos para nombrarlo, intentar su caracterización y descubrir su esencia.

Ya hay suficientes análisis sobre el origen de la conmoción social que afecta al país. Hay estudios acertados sobre las dimensiones del desbarajuste del aparato productivo y la economía (Fedesarrollo habla de perdidas equivalentes a los 6 billones 200 mil millones de pesos, más o menos 2 mil millones de dólares). El Dane dio a conocer estudios sobre la descomunal caída en la pobreza y miseria de millones de personas que han perdido sus empleos, ingresos y demás fuentes de subsistencia. El enfoque político insiste en la crisis de representatividad, en la perdida de legitimidad de las instituciones y en la quiebra de la gobernabilidad y la gobernanza del aparato de gobierno.

Obviamente, la crisis sanitaria ha exacerbado todos los indicadores del colapso orgánico que sacude el sistema nacional colombiano.

 

Desde las cuatro de la mañana del seis de junio arribaron a Bogotá delegaciones de todo el país. Representantes de cientos de asambleas populares de municipios y departamentos se reúnen en Bosa. Su objetivo es consolidar un pliego y programa que recoja las exigencias de las comunidades movilizadas.

En el Colegio Claretiano, más de mil personas se reúnen para construir colectivamente un programa y una agenda que den salida al Paro Nacional. A las 11:00 am iniciaron la instalación de la Asamblea Nacional Popular.

Luego de realizar actos culturales y memoriales, los participantes presentaron las metodología para los dos días de trabajo. Además, expusieron informes de derechos humanos y una cartografía de la movilización en el país para luego dividirse en cuatro mesas. Estas mesas abordaron los temas de Política y Programática, Plan de acción, Derechos Humanos y Organizativa, las cuales tuvieron como finalidad recoger propuestas para atender la coyuntura del #ParoNacional.

 

Como parte de las diversas expresiones que en estos 30 días de Paro Nacional, de confrontación al gobierno de Iván Duque y al régimen genocida uribista, indignados-as, hemos comprobado el colapso ético y político de los partidos de las derechas y la “gente de bien”; participando en el levantamiento del pueblo contra el hambre, la miseria y la represión brutal, constatando el rechazo general a las imposiciones económicas y sociales del capital imperialista, dictadas a través de los organismos multilaterales:

Llamamos al país y al pueblo:

A instalar la Asamblea Nacional Popular – ANP, en Bogotá los próximos días 6, 7 y 8 de junio, del presente año, como un mecanismo amplio y democrático de articulación y proyección de las luchas populares, territoriales, sectoriales y poblacionales.

A partir de la resistencia todos y cada uno de los procesos, puntos y acciones de movilización y lucha, la Asamblea Popular será un espacio de encuentro de las asambleas comunitarias, cabildos, las primeras líneas, las comunidades étnicas, las organizaciones de los pueblos, afros, negros, campesinos e indígenas, congregaciones religiosas, de fe y espirituales; organizaciones comunitarias, sociales y políticas, de trabajadores-as, de mujeres, feministas, obreras, obreros y sindicales, de profesores, barriales, juveniles, estudiantiles, barristas y artistas, colectivos LGBTIQ+, de la diáspora, ambientalistas, animalistas; académicos e intelectuales del pensamiento crítico, todos y todas comprometidas con la democracia y las reivindicaciones de las mayorías.

 

Una de las consignas principales del Frente para la Liberación de Vietnam durante la penosa, sangrienta y larga agresión Imperial a ese laborioso y heroico pueblo asiático, fue: “Negociar y combatir, combatir y negociar”.  Por esta razón cuando en abril de 1954 se instalaron las primeras negociaciones entre la potencia imperial de Francia y el Vietminh en Ginebra, Suiza; la delegación Imperial se alojó en el mas lujoso hotel de esa ciudad, mientras la delegación vietnamita compró una austera pero consistente casa en un lugar estratégico de la ciudad donde alojó a su delegación, y que 20 años después la victoriosa república socialista de Vietnam convertiría en su embajada.

¿Por qué los dirigentes vietnamitas actuaron así, sorprendiendo al Mundo globalizado? Sencillamente porque en la mentalidad de ese sufrido pueblo, además de la famosa y citada “paciencia asiática”, existía un cabal conocimiento del enemigo que los estaba bombardeando y exterminando y de sus pérfidas intenciones futuras. Y como su fueran unos excelentes médicos además del diagnóstico de la enfermedad y del adecuado tratamiento, poseían la claridad y visión de largo plazo para prospectar el futuro basados en los indicios reales del presente. Es decir tenían prospección.

La radicalidad de Duque aviva la inconformidad 

Las manifestaciones que dan solidez al Paro Nacional siguen creciendo en participación y beligerancia, sin que dejen su distintivo original: ser pacíficas. Ahora, ¿por qué persisten estas marchas? La respuesta es una sola, la negligencia del gobierno del presidente Iván Duque a sentarse a negociar.

El más reciente comunicado de los organizadores, es claro. “El gobierno nacional presentó un nuevo documento sobre garantías que deshace el preacuerdo logrado el pasado 24 de mayo, insiste en militarizar las protestas y no acepta cumplir lo establecido en la normatividad, la jurisprudencia y los estándares internacionales.” Sobre esa base, resulta imposible que cesen las manifestaciones por las calles de Cali y de Colombia.

Lea el texto completo del Comunicado haciendo Clic Aquí

Esos cinco puntos sintetizan la fundamentación para que se sigan desarrollando actividades que reflejan la inconformidad de diferentes expresiones populares. De hecho, el próximo 9 de junio nos aprestamos a una nueva jornada de protesta masiva y organizada.