Aviso

 

La publicitada reunión privada del expresidente de Colombia Uribe Vélez rodeado de su familia y de todos los animales domésticos perros, gatos, marranos y caballos amansados que lo acompañan; con el sacerdote jesuita Francisco de Roux actualmente presidente de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad de Colombia, quien estuvo todo el tiempo acompañado de los comisionados Lucía González y Leyner Palacios; celebrada este 17 de agosto de 2021, en su conocida hacienda sinuana del “ubérrimo”, programada mediáticamente con mucha antelación y con un guión escrito publicitado e impuesto de antemano por el entrevistado para dar “su” verdad ante tal Comisión; ha sido analizada desde muy variados ángulos:

Desde la Historia, ¡histórica! Desde la política, abrebocas electoral para el año entrante. Desde la literatura, el gamonal y el capellán de la hacienda. Desde la ética, dos hombres uno sub judice en espera de ser juzgado por la Corte Penal Internacional y otro un asceta pacifista master en economía de la Sorbona de París y en el London School of Economics. Desde la religión dos versiones del catolicismo, la del lefebvrismo integrista de la Tradición Familia y Propiedad enfrentado a la posmodernidad global de la poderosa y rica compañía de Jesús. Desde la filosofía, la verdad absoluta de la metafísica contra la verdad múltiple y compleja de la verdad posmoderna “de cada quien según su propia verdad”.

La industria manufacturera experimentó un decrecimiento del 5.3 por ciento entre abril-junio. 

 

De acuerdo al DANE, entre las causas de la caída está la disminución de las exportaciones y el aumento de las importaciones.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) informó que este miércoles que el Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia decreció en un 2.4 por ciento en el segundo trimestre del año, reflejo entre otras variables, de la situación de inestabilidad que atraviesa ese país.

El director del DANE, Juan Daniel Oviedo, ahondó que entre las principales causas se encuentran la caída de las exportaciones en un 3.9 por ciento, y la disminución en materia de formación bruta de capital (18.3); aparejado a un aumento del 6.5 por ciento de las importaciones, y un tres por ciento en el gasto de consumo final.

 

De nuevo nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó se ve en la necesidad de dejar constancia ante el país y el mundo sobre los últimos hechos de los cuales hemos sido víctimas por parte del paramilitarismo que sigue actuando a sus anchas en nuestra región sin ser molestado por ninguna autoridad competente, pues cuenta con su apoyo económico y político, lo que los hace fuertes para someter al campesinado a sus proyectos.

La coyuntura de nuestra zona se torna cada vez más dramática. El paramilitarismo avanza en su afán de control absoluto del territorio y nadie le creerá al que defienda las excusas de las instituciones: “no sabíamos nada”; “no teníamos tropas en la zona”, “es que la gente no presenta denuncias ante las instituciones competentes”. La convicción de todo el mundo es que no hay justicia, no hay a quién acudir; la fusión del paramilitarismo con el Estado es más que evidente. Muchos campesinos están optando por vender sus tierras y abandonar la región, como en los peores tiempos de los 80 y los 90. La única legalidad que se respeta es la ilegalidad del paramilitarismo y de sus imposiciones. Pero en medio de esa hecatombe, lo vergonzoso: ahora se invita a rendir declaraciones contra nuestro proceso de vida como

El paro nacional le dejó lecciones al sindicalismo colombiano. 

El más reciente Paro Nacional en Colombia que marcó un hito en la historia, dejó clara una realidad: Los sindicalistas ya no somos los “chachos de la película”. En pocas palabras, progresivamente hemos ido perdiendo el protagonismo.

Soy consciente de que mi planteamiento desatará una tormenta sin precedentes, y no faltará quien se rasgue las vestiduras. Sin embargo, antes que contemplar la posibilidad de considerarme hereje y que se proponga mi lapidación, pido me concedan unas pocas palabras con las que sintetizo mi argumento:

1.- La corrupción y la politiquería han infiltrado el sindicalismo. Para nadie es desconocido que algunos de quienes se denominan dirigentes, establecen nexos con los patrones, lo que por supuesto, va en detrimento de los trabajadores. De la mano con esta realidad, otra igualmente desalentadora: hay quienes comprometen su labor con los partidos tradicionales, los mismos que legislan para golpear a quienes deberían defender: los obreros.

 

La inmensa mayoría de la población rechaza la administración del régimen del uribista y narco-presidente Iván Duque, según la empresa de encuestas de opinión Invamer.

De acuerdo a la consulta, entre el 63 y el 67 por ciento de los consultados reprobó la gestión de Duque.

Los habitantes de Bogotá, la capital, son quienes más castigan a Duque con un 86 por ciento, mientras que en el sur y occidente del país el rechazo alcanza un 73 por ciento.

La juventud es el sujeto social y etario que capitanea la desaprobación del narco-gobierno.

Las causas del rechazo podrían situarse en la violencia estatal contra las movilizaciones sociales, y la crisis social, económica y sanitaria.