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Petro recibió la banda de jefe de Estado de manos del presidente del Senado, Roy Barreras, pero terminó de colocársela la senadora María José Pizarro, hija de Carlos Pizarro, líder del grupo guerrillero M-19, al que perteneció el nuevo Presidente colombiano.  

Miles de ciudadanos fueron partícipes de un hecho histórico: la asunción de Gustavo Petro y Francia Márquez como presidente y vicepresidenta del país.

Tra su investidura, el presidente Gustavo Petro enfatizó que durante su administración se potenciarán políticas en pro de proteger la vida. 

 

El presidente se comprometió a cumplir con el Acuerdo de Paz, respetar el medio ambiente, propiciar integración regional, generar espacios de diálogo y combatir la desigualdad.

Gustavo Petro y Francia Márquez fueron investidos este domingo como presidente y vicepresidenta de Colombia por el presidente del Senado de Colombia, Roy Barreras, acto que contó con la participación de la filarmónica de Bogotá, la espada de Bolívar, invitados internacionales y miles de asistentes en la histórica Plaza de Bolívar.

Tra su investidura, el presidente Gustavo Petro enfatizó que durante su administración se potenciarán políticas en pro de proteger la vida y la implementación del Acuerdo de Paz, donde tendrá como eje central el cumplimiento de la Constitución de 1991.

Estas son las alarmantes cifras de violencia que deja el Gobierno de Duque en Colombia (y el reto pendiente para Petro) El incumplimiento del acuerdo de paz y la poca presencia estatal en los lugares más apartados del país son algunas de las razones que están detrás de los números que empañan el posconflicto. 

El Gobierno de Iván Duque se despide con una impronta de violencia signada por el goteo continuo de asesinatos de líderes sociales y excombatientes y por la reaparición de las masacres, un fenómeno que no se presentaba desde hacía décadas en Colombia. 

Si bien a Duque recibió a un país que recién se reconfiguraba tras la firma del Acuerdo de paz entre el Estado y las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a finales de la Administración de Juan Manuel Santos, distintos analistas y organizaciones de defensa de los derechos humanos consideran que su comprensión de esta compleja etapa de posconflicto fue insuficiente.

La Comisión de Empalme del Departamento Administrativo de Presidencia de la República (Dapre) del Gobierno colombiano de Gustavo Petro realizó tres anuncios importantes sobre lo que será la nueva gestión de la Oficina de Atención e Integración de Migrantes.

Carácter presidencial

El primer anuncio tiene que ver con “darle continuidad y resorte presidencial al tema migratorio, porque Colombia es referente en estos momentos de integración de migrantes en América Latina y a nivel mundial”, informó Iván Mauricio Gaitán, coordinador de empalme para asuntos migratorios, este lunes durante la presentación del informe del Dapre.

 

El conflicto colombiano tuvo una huella aún más brutal en pueblos étnicos y afro, cuyos miembros durante décadas no fueron considerados seres humanos por los actores armados, y sus territorios y cuerpos fueron los más afectados por la violencia, según reveló un nuevo capítulo publicado este martes por la Comisión de la Verdad.

Se trata del capítulo étnico, titulado “Resistir no aguantar”, del informe final de esta Comisión, que incluye 3.849 entrevistas con indígenas, pueblo negro, afro, raizal y palenquero y rrom, y que relata cómo el conflicto se ensañó con estos pueblos.

Tanto así que algunos de los 115 pueblos indígenas del país ya están al borde de la extinción.

Según la Corte Constitucional, en Colombia hay 71 pueblos indígenas en situación de exterminio físico y cultural.