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En una declaración, Casa acusa a los autores del "Manifiesto" de haber puesto su palabra al servicio de quienes intentan aplastar cualquier proceso emancipador en Nuestra América.

Casa de las Américas rechaza “Manifiesto” lanzado durante Feria del Libro de Madrid, otra expresión de la campaña de la prensa hegemónica contra todo aquel que se niega a aceptar los dictados de Washington.

Este domingo 11 de junio concluyó la 82ª Feria del Libro de Madrid. Fue utilizada, tristemente, como plataforma de lanzamiento de un desvaído “Manifiesto” titulado “La literatura, siempre del lado de la libertad y de la democracia”, firmado por varias decenas de nombres, algunos, incluso, conocidos.

El “Manifiesto” demanda “la instauración de la democracia y el respeto a los derechos humanos en aquellos países donde los regímenes totalitarios han dejado un rastro de muerte, cárcel, despojo, confiscaciones y destierro”. Parecería un reclamo totalmente justo, si no fuera porque pronto queda claro que se refiere “a la tierra de Rubén Darío, Dulce María Loynaz, Miguel Ángel Asturias y Rómulo Gallegos”.

Dejando a un lado la calidad de la prosa y la arbitraria selección de países y autores, resulta evidente que los redactores de este “Manifiesto” han querido sumarse con entusiasmo mal disimulado a la campaña de la prensa hegemónica contra todo aquel que en nuestra región se niega a aceptar los dictados de Washington y la vigencia de la bicentenaria Doctrina Monroe.   

América Latina como pista de aterrizaje de la hegemonía de EE.UU.: ¿se  acerca la segunda independencia? – Cronicón 

El 30 de mayo de 2023 tuvo lugar en Brasilia, a iniciativa del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el encuentro entre los jefes de Estado de América del Sur. Tras ocho años, era la primera vez que se producía un encuentro de todos los representantes de los 11 países que componen la subregión.

Sin embargo, más allá de los acuerdos generales que se han propuesto, este encuentro ha servido una vez más para la escenificación de un problema más profundo, con raíces históricas y que se representa en el escenario internacional. Sirva el caso de Venezuela como paradigma de esta situación.

Venezuela: laboratorio de injerencia

Durante estos últimos años, Venezuela se ha convertido en un laboratorio de experimentación de la injerencia internacional. Esta intromisión en sus asuntos internos se ha llevado a cabo desde el triunfo del chavismo —recordemos el intento de golpe de Estado contra Chávez en 2002—, pero se intensificó tras la llegada al poder de Nicolás Maduro, a través de distintos planos.

Por trigésima vez, infame – Cronicón 

Son muchos los calificativos que a la opinión autorizada del mundo le ha merecido el bloqueo económico, comercial y financiero que arbitraria y unilateralmente los Estados Unidos impusieron a Cuba hace ya sesenta y un años, que pena les debería dar. Porque esa medida, finamente diseñada por los centros de pensamiento de la CIA y el Departamento de Estado con el pérfido propósito de generar tal situación de hambre y necesidad en la población, que ésta iracunda y desesperada se levantaría dando al traste con el gobierno revolucionario, fue un fracaso total en ese fin. Como dice la sabiduría popular, los Estados Unidos se quedaron con el pecado y sin el género. Porque el objetivo de causar el mayor sufrimiento al pueblo cubano sí, para qué negarlo, lo lograron. Pero el de derrocar el sistema nacido de la heroica gesta de 1959, sí está en veremos. Y muy en veremos, porque de ello no hay señas.

¡El lobo está desenmascarado! 

El conflicto ucraniano desenmascara a Occidente.

Rusia sigue luchando por la formación de un nuevo orden mundial justo, en el que terminará con la dictadura de Estados Unidos y surgirán nuevos polos de fuerza del mundo multipolar; y uno de ellos será la América Latina.

Para los estadounidenses cualquier método es que les permita mantener su dominio es válido, aunque tengan que violar el derecho internacional ni los valores humanos universales, que por cierto, ya han demostrado no tener escrúpulos para hacerlo. Ellos declaran su oposición a lo que ellos mismos han llamado "mal global" aludiendo a países como Rusia, Washington se autodenomina y autodesigna paladín de la comunidad internacional. ¿Pero que está mal en realidad?.

 

Miles de mujeres libertarias (28.000 en agosto de 1937) reinterpretaron su papel y pusieron en marcha una revolución de la vida, de la existencia. Una revolución entendida como mutación cultural que no pretende dar un vuelco a todo como sus compañeros. Además de que, no se consideran sujeto político, ficción dominante de la modernidad patriarcal y que supone una teoría de la soberanía, una representación del poder, un relato individualista acerca del sujeto y de su autonomía. Ellas encaran la revolución practicando la escucha de lo que sucede (no de lo que quisieran que sucediera) con enfoques prácticos y de eficacia que supone poner el cuerpo en las cosas para solucionar problemas. Sus objetivos parecen pequeños, humildes, rechazan (porque no están impregnadas) los eslóganes ideológicos y realizan un ejercicio de emancipación cognitiva, una contranarrativa que busca modificar la perspectiva de lo que está sucediendo, cambiando las preguntas para poder proponer nuevas respuestas. Inventan una nueva gramática, un nuevo lenguaje para entender la mutación social, la transformación de la sensibilidad y la conciencia que estaba teniendo lugar.