Aviso

 

Las luchas y resistencias indígenas por la defensa de la vida y el territorio, entran en confrontación directa con los planes de extracción de recursos y los megaproyectos de las empresas multinacionales, lo que genera un Genocidio, similar al perpetrado por los imperios europeos desde 1492.

El especialista en cultura indígena latinoamericana John Maximino Muñoz Téllez, afirmó que «la mayor masacre de la historia de la humanidad ocurrió aquí, en nuestra Latinoamérica y ni un triste museo del holocausto, 60 millones de indígenas ‘masacrados’ por el imperio español, unos 400 mil cada año” [1].

A 528 años del inicio de la resistencia indígena el Etnocidio continúa por los mismos fines de despojo; en Colombia existen 102 Pueblos Indígenas, 8 en aislamiento voluntario, el 69 por ciento en grave riesgo de exterminio físico y cultural, según la Corte Constitucional 39 de estos en inminente riesgo de extinción [2].

 

En medio de la conmemoración del 12 de octubre, desde Contagio Radio realizamos un balance alrededor de la población de nuestro país que es a menudo víctima de agresiones en los territorios nacionales y que en el ‘Día de la Raza’ tanto como en su diario vivir, enfrentan las amenazas que surgen desde los actores armados legales e ilegales y la desatención estatal.

Población joven en riesgo

En el 2018 se emitió el más reciente informe Forensis de Medicina Legal, que dio cuenta de 710 menores de edad entre cero y 17 años fueron asesinados. En promedio, dos diarios. El rango con más casos es el comprendido entre 15 y 17 años, con 545 casos. Entre 2018 y 2019, 883 menores de entre 0 y 10 años fueron asesinados en el país, según cifras del Instituto de Medicina Legal.

 

Desde tempranas horas del día 10 de octubre se empezaron a congregar los pueblos agrupados en el Consejo Regional Indígena del Cauca -CRIC- en el sector de El Pital y Monterilla. Las 157 autoridades ancestrales oficiaron el inicio de la Minga Social y Comunitaria por la Defensa de la Vida, el Territorio, la Democracia y la Paz; junto con el himno de la Guardia Indígena y un acto protocolario con presencia de los distintos gobernadores y congresistas como Feliciano Valencia.

Allí, señalaron las cuatro demandas de esta Minga: Territorio, Vida, Democracia y Paz. Pilares que reúnen las reivindicaciones no solo de los pueblos indígenas sino también de los distintos sectores sociales recogidos en esta movilización.

 

El pasado 10 de octubre fue asesinado Oswaldo Rojas, líder comunitario de Gengado sobre la vía que comunica el caserío de Llano Rico a Cetino, en la vía que conduce a Brisas, territorio colectivo de Curbaradó en el Bajo Atrato. Organizaciones sociales señalan que el asesinato fue cometido por las autodenominadas Autodefensas Unidas de Colombia (AGC).

Según la Comisión de Justicia y Paz, personas que se desplazaban en moto sacaron por la fuerza a Oswaldo de su lugar de trabajo una hora antes de los sucesos; posteriormente los armados vestidos de civil lo mantuvieron amarrado de manos por varios minutos hasta que cerca de las 3:00 p.m. se escucharon disparos.

El líder fue asesinado cerca de una plantación de teca, allí los paramilitares dejaron tirado el cuerpo del líder para después marcharse en sus motocicletas en las que según la Comisión, «suelen movilizarse más de treinta de los paramilitares de las AGC».

 El debate sobre la verdad del Conflicto Interno se avivó cuando la extinta guerrilla de las FARC asumió responsabilidad por el Magnicidio del jefe conservador Gómez Hurtado. La eliminación de las cabezas de las fuerzas opositoras en Colombia es una tradición que conservan las clases dominantes, como lo demuestran los Magnicidos perpetrados desde cuando mataron a Gaitán en 1948, asesinato que abrió el actual periodo de Conflicto Interno. El balance de Magnicidios es diciente: un líder del establecimiento, por 11 de las fuerzas opositoras.