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Con un decreto el gobierno le permitirá a los empresarios pagar hasta dentro de 6 meses este incentivo. También podría dividirse en tres pagos

Con el decreto 770 de 2020 el gobierno Iván Duque le permitió a los empleadores pagar hasta dentro de seis meses si así lo requiere, o en tres pagos la prima de junio. Hay preocupación entre los trabajadores ya que la crisis que se vive en la contigencia contra el Coronavirus ha generado muchas necesidades acumuladas en estos tres meses por los trabajadores.

 

En un contexto con un Nicolás Maduro acusando a Colombia de estar enviándole contagiados de Covid, este fin de semana que pasó unos 1.500 venezolanos que querían regresar a su país quedaron represados en cinco ciudades, luego de que el Presidente de Venezuela decidiera ampliar la cuarentena de los retornados de siete a 14 días.

Como esa medida de aislamiento de los retornados se lleva a cabo en la frontera luego de que cruzan, se ralentizó el paso y aún ayer había aglomeraciones de venezolanos esperando en Cúcuta, Bucaramanga, Arauca, Ipiales y Bogotá. 

Como todo el país lo ha visto, se trata de una población en la absoluta pobreza, que perdió la poca posibilidad de sustento que tenía en Colombia tras la pandemia y que prefiere regresar a Venezuela a pasar con los suyos estos días duros.

 

Todo comenzó como algo ajeno, como algo que siendo de otros no nos puede tocar. La noticia se mezclaba con los chismes del día o con la cotidiana violencia a la que nos acostumbramos. Por eso no fue difícil la indiferencia, esa sensación que nos dice que algo está pasando pero que alguien más lo tendrá que arreglar. Después supimos que la enfermedad había llegado a Europa y comenzaba a azolar sus centros cosmopolitas. De nada valió el cierre de las ciudades o la prohibición de viajar: la aldea global se convirtió a la postre en el mejor caldo de cultivo para la muerte que vendría y también para el miedo. A continuación contemplamos los féretros embalados en camiones militares, las fosas interminables de Nueva York y los cadáveres pudriéndose en las calles de Guayaquil . A veinte años de comenzar este siglo la covid-19 se enseñoreaba como el primer fenómeno global desde el fin de la Guerra Fría: una infección sin control, una peste, una pandemia.

 

El pueblo colombiano no merece recibir el trato de colonia que le confiere Estados Unidos y cuyos máximos responsables son los actuales gobernantes Álvaro Uribe Vélez e Iván Duque Márquez, quienes han subordinado su política a las órdenes de Washington y lo más preocupante es que el pueblo colombiano resulta víctima y asiste con sufrimientos e impunidad a esa política neocolonial que impone Estados Unidos y la repugnante indignidad de sus más altos dignatarios en tiempos de Pandemia.

Colombia, hoy 1 de junio, está cerca de los 30,000 contagiados por el virus Covid-19, también cercano a los 1000 fallecidos y cerca 800 niños de 0 a 9 años, contagiados con dicho mortal virus. Estos son los datos oficiales del Ministerio de Salud colombiano. Los que no se cuentan aquí, son otras cifras de los que no tiene asistencia médica, los afectados por las leyes que el senador Álvaro Uribe en la década del 90 los despojó de la seguridad social con la ley 100.

 

Coronashock es un término que se refiere a la forma en que un virus golpeó al mundo con fuerza avasalladora; y a cómo el orden social en los Estados burgueses se desmoronó, mientras que el orden social en las partes socialistas del mundo parece más resiliente.

Este es el segundo de una serie estudios sobre el coronashock, cada uno dividido en varias partes. Se basa en un conjunto de artículos escritos por Ana Maldonado (Frente Francisco de Miranda, Venezuela), Paola Estrada (Secretaría de la Asamblea Internacional de los Pueblos y Capítulo Brasil de ALBA Movimientos, Zoe PC (People’s Dispatch), y Vijay Prashad (director del Instituto Tricontinental de Investigación Social).