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Desde el departamento del Magdalena y la región Caribe los maestros iniciaron La Marcha por el Hambre, acontecimiento histórico de carácter socioeconómico desde la perspectiva clasista. La Marcha estuvo a cargo del sector magisterial, mismo que marcaría por décadas la memoria de las movilizaciones populares.

Partieron de Santa Marta el 24 de septiembre de 1966, departamento del Magdalena, entre 400 a 800 maestros. 86 llegaron a Bogotá el 21 de octubre a la Plaza de Bolívar luego de caminar 28 días. En su recibimiento la plaza se encontraba llena. Recorrieron 1600 kilómetros en los cuales encontraron la solidaridad y vivas de las personas que al lado de las carreteras animaban su caminar, en medio de un cubrimiento periodístico que dio cuenta por varios medios de este acontecimiento sindical.

La marcha tuvo como antecedente, el Paro de Maestros, que inició en marzo de 1966 y que no dio oportunidad de volver a las clases durante varios meses. Posteriormente se levantó, por el  pago de los salarios que el Gobierno adeudaba a las y los maestros ubicados en las regiones al interior del país. Pero en el Caribe colombiano no fue pagado; por eso desde allí se origina la marcha.

 

Avanza la movilización social y esta vez, con la ‘Primera Caravana Humanitaria Por la Vida y la Defensa del Territorio en el Cañón del Río Micay’ que iniciará el 22 y terminará el 26 de octubre, se visitarán el municipio Argelia y el corregimiento El Plateado. Actividades culturales y políticas resaltarán a las comunidades que a pesar de la violencia continúan defendiendo la vida y el territorio.

Marylen Serna, integrante del Movimiento de Mujeres por la Vida en el Cauca, y vocera del movimiento social y político Congreso de los Pueblos, explicó que: “la crisis humanitaria en el Cauca siempre ha existido, siempre hemos tenido situaciones de mucho riesgo. Hay ataques al movimiento social, a las formas de movilización, a las formas de resistencia y protesta que se han desarrollado en este Departamento”.

 

A través de un plan coordinado, viviendas, vehículos y locales comerciales de municipios de Córdoba, Sucre y Bolívar, Magdalena, La Guajira, Caldas, Chocó y Antioquia amanecieron con grafitis y panfletos de las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). La aparición de estos mensajes ha causado temor entre las comunidades ante el dominio territorial que se demostró con estas acciones.

Con el mensaje “AGC presente” escrito en paredes de tiendas, fachadas de casas y calles amanecieron municipios como San Pedro de Los Milagros, Medellín, Cocorná, Urabá, Ituango, Sabanalarga, en Antioquia, San Andrés islas, Mariquita en Tolima, Nuquí, Bahía Solano, Carmen del Darién y Acandí en Chocó.

 

El contexto internacional está caracterizado por la agudización de la contradicción capital – trabajo expresada con la entrada del capitalismo global a una recesión económica, superior a la presentada en 1929 y la segunda guerra mundial; donde los trabajadores y capas medias tendrán que soportar el impacto de la reactivación financiera de las economías, donde las elites políticas y empresariales ganan y los sectores populares pierden a partir de la estrategia de los Gobiernos, empresarios y agentes del sector financiero con la reactivación de la economía; pues con ello se fortalece el modelo de acumulación capitalista en detrimento de las conquistas logradas por los trabajadores y la sociedad en general como parte del reacomodo del modelo neoliberal a partir del tratamiento mezquino que le dan a la pandemia a escala mundial, quedando al descubierto la crisis del sistema capitalista.

 

El legado del movimiento campesino seguirá escribiéndose en nuestra memoria histórica. Es deber de todos conocer y reconocer cuáles han sido las apuestas y posturas del campesino organizado.

En el marco de la ceremonia de celebración del noveno aniversario de la Asociación Nacional Campesina José Antonio Galán Zorro – ASONALCA; las comunidades campesinas realizaron el lanzamiento de la 2.ª Reedición del libro La tierra es pa’l que la trabaja. Una compilación de los documentos oficiales e históricos de la primera parte de la historia de la ANUC.

Aunque el documento recoge solo la primera etapa de la organización campesina nacional, la reedición de este compilado es un aporte de ASONALCA para la reconstrucción histórica de la lucha campesina. Fue este movimiento campesino desde 1970 el que brindó las bases y herramientas para la transformación de nuestro territorio.