El violento asalto el domingo a las tres sedes del poder político en Brasilia por hordas de bolsonaristas radicales dañó buena parte del patrimonio histórico y artístico y de los espacios privados en los que trabajan a diario las máximas autoridades brasileñas.
La lista incluye cuadros, esculturas, vidrios, puertas, ventanas, ordenadores, televisores y todo tipo de mobiliario de estos edificios de corte futurista proyectados por el célebre arquitecto Oscar Niemeyer en la capital brasileña. En su furia, los atacantes usaron palos, grandes martillos, piedras, vallas y todo lo que tuvieron a su alcance.
En el Palacio de Planalto, sede presidencial, donde el pasado 1 de enero el presidente Luiz Inácio Lula da Silva recibió la banda presidencial de su tercer mandato, ni siquiera se salvó el cuadro de 'Las mulatas', del pintor Di Cavalcanti. Según O Globo, los manifestantes llegaron a perforarlo por seis lados.
Otras obras de arte fueron destruidas en el gabinete del ministro de la Secretaría de la Comunicación, Paulo Pimenta, que mostró en sus redes cómo quedó todo, y la sala de la primera dama, Rosângela Silva, más conocida como Janja, también quedó destruida.
Los bolsonaristas no pudieron entrar en la sala presidencial, que se encuentra en el tercer piso, porque tiene mayor seguridad y cerraduras especiales en las puertas.
Sí entraron en la sala del Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia de la República (GSI), donde no solo la arrasaron, sino que también robaron armas y municiones.
También destruyeron la galería histórica de fotos de los presidentes brasileños que adorna el vestíbulo de Planalto.
En el Congreso, un edificio icónico con dos altas torres alzados sobre dos cúpulas, una de ellas invertida, resultó dañada la vidriera Araguaia, obra de la artista Marianne Peretti, y ubicada en el salón verde de la Cámara, al lado del hemiciclo.
También se cebaron con algunos despachos de los diputados y con el Plenario del Senado.
En el STF, destrozaron el hall con bustos de las máximas autoridades de la República, arrasaron la sala de los plenarios y varios despachos de los once jueces. Uno de los videos que se hizo viral fue el de la puerta arrancada con el nombre del juez Alexandre de Moraes, enemigo del expresidente Jair Bolsonaro, contra el que el magistrado abrió varias investigaciones.
La Policía y el Ejército empezaron a desalojar este lunes el campamento donde se concentraron en Brasilia los bolsonaristas y que se encuentra frente al Cuartel General del Ejército. Muchos de los bolsonaristas llegaron al campamento hace dos meses en protesta por la victoria de Lula frente a Bolsonaro.
Desde que se produjo la invasión a primera hora de la tarde del domingo, que evocó el ataque similar ocurrido en el Capitolio de Washington el 6 de enero de 2021, han sido detenidas, según Globo, 1.200 personas.
El mandatario convocó una reunión ministerial este lunes en el Palacio de Planalto –en un intento de dejar claro que el Gobierno sigue ocupando sus edificios– para hacer un balance de la situación y ver qué medidas se tomaran próximamente. Esta tarde, el mandatario se reunirá con los gobernadores de los diferentes estados.