Los jefes de los tres poderes del Estado en Brasil rechazaron los actos terroristas de los bolsonaristas radicales en Brasilia.
Los jefes de los tres poderes del Estado en Brasil publicaron una nota conjunta este lunes en la que dicen que "rechazan" los actos terroristas de los bolsonaristas radicales en Brasilia y piden a la población que "defienda la paz y la democracia".
La nota "En Defensa de la Democracia" está firmada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva; por el presidente interino del Senado, Veneziano Vital do Rêgo; por el alcalde, Arturo Lira; y por la presidenta del Supremo Tribunal Federal (STF), Rosa Weber.
Los máximos representantes de los tres poderes se reunieron este lunes para analizar la grave crisis vivida en la capital brasileña el domingo, cuando miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro invadieron y causaron graves daños en las sedes del Parlamento, la Presidencia y la Corte Suprema.
"Los poderes de la República, defensores de la democracia y de la Carta Constitucional de 1988, rechazan los actos terroristas, vandálicos, criminales y golpistas ocurridos en la tarde de ayer (domingo) en Brasilia", indicó el texto.
La nota también señaló que los jefes de poderes están "unidos para que se tomen medidas institucionales" y argumenta que el país necesita "normalidad" y "respeto".
“Hacemos un llamado a la sociedad a mantener la serenidad, en defensa de la paz y la democracia en nuestra patria”.
En el encuentro con Lula da Silva estuvieron presentes otros jueces del Supremo como Luís Roberto Barroso y Dias Toffoli, además de varios ministros del gabinete, como el jefe de Casa Civil, Rui Costa, o los titulares de Hacienda, Fernando Haddad; de Justicia, Flávio Dino; y de Defensa, José Múcio, entre otros.
El mandatario comenzó la jornada de este lunes con una serie de encuentros de alto nivel en su despacho, el único lugar que se salvó de la depredación realizada el domingo por bolsonaristas radicales que intentaron derrocarlo.
Lula optó por despachar desde su oficina en el Palacio de Planalto para mostrar que los actos violentos de los radicales de la ultraderecha no paralizarán a las instituciones.