Al cumplirse hoy un año del histórico anuncio del inicio del proceso para restablecer relaciones entre Estados Unidos y Cuba, se constata lo provechoso de apostar por el diálogo, si bien subsisten escollos como el bloqueo económico.
Sucesivas rondas de conversaciones concretaron la voluntad expresa de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, quienes en alocuciones casi al unísono el 17 de diciembre de 2014, coincidieron en la voluntad de recomponer los vínculos interrumpidos durante 54 años, tras la ruptura de nexos por parte de Washington.
La decisión, además de valentía política, entraña la oportunidad de demoler el muro entre los dos países, afirmaron no pocos analistas.
No es fácil, reconoció el mandatario estadounidense. "El cambio es duro, en nuestras propias vidas y en las vidas de las naciones. Y aún más cuando llevamos el peso de la historia en nuestros hombros", sostuvo. El gobernante cubano insistió en que "debemos aprender el arte de convivir, de forma civilizada, con nuestras diferencias".
Como parte del acercamiento, en ambas capitales se abrieron de manera oficial embajadas el 20 de julio, hecho considerado como el primer paso de un largo y complejo camino hacia la normalización de las relaciones diplomáticas.
Previamente, en abril, los mandatarios de ambos países por primera vez en más de medio siglo, conversaron frente a frente durante la VII Cumbre de las Américas que tuvo lugar en Panamá.
Poco después, la administración demócrata excluyó a la mayor de las Antillas de la unilateral lista de supuestos Estados patrocinadores del terrorismo, en la cual, según las autoridades de la isla, nunca debió estar
Otro punto importante resultó la creación en agosto de una Comisión bilateral con el objetivo de analizar y avanzar en distintos ámbitos donde es posible la cooperación.
Hasta el momento, se concretaron acuerdos significativos sobre temas como combate al narcotráfico y a la trata de personas, protección de ecosistemas marinos y reapertura del correo postal.
En lo que va de año, varias delegaciones de congresistas, senadores y hombres de negocios viajaron a La Habana para explorar nuevas oportunidades de comercio, sobre todo en el ámbito de la agricultura.
Asimismo en el Congreso estadounidense se presentaron diversas iniciativas dirigidas a modificar la aplicación del bloqueo y desmantelar la prohibición de viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba.
En opinión del gobierno cubano, el cerco económico, comercial y financiero impuesto por Washington en 1962 constituye el principal obstáculo para la completa normalización de los vínculos.
Aunque la administración demócrata anunció en enero algunas medidas para aumentar los viajes y el comercio con la isla, las disposiciones resultan todavía limitadas, mientras permanece intacto el basamento jurídico que solo puede ser desmantelado por el Congreso para eliminar el bloqueo.
Desde el discurso sobre el Estado de la Unión, el 20 de enero, Obama llamó varias veces al Congreso a acabar con dichas sanciones.
El 11 de septiembre, el gobernante norteamericano renovó por un año más la llamada Ley de Comercio con el Enemigo, que sustenta el embargo económico impuesto a Cuba.
No obstante, con esta acción el jefe de la Casa Blanca mantuvo su autoridad ejecutiva para relajar las sanciones.
Funcionarios de la cancillería cubana han reiterado que el jefe de la Casa Blanca dispone de amplias facultades para vaciar aspectos vitales del bloqueo.
Para el futuro, permanecen pendientes temas mucho más complejos, algunos considerados lesivos para la soberanía del país caribeño, los cuales deben ser resueltos de cara a la aspiración de alcanzar vínculos normales.
En este sentido, figura el reclamo por la derogación de la denominada Ley de Ajuste Cubano y la política de pies secos-pies mojados, que enrarece el clima migratorio entre los dos países.
De igual forma, quedan como asuntos álgidos la devolución del territorio ocupado por la Base Naval de Guantánamo, la eliminación de las transmisiones ilegales de radio y televisión, así como la cancelación de los programas dirigidos a socavar el sistema y ordenamiento político cubano.
Representantes de Cuba y Estados Unidos mostraron el 8 de diciembre disposición a continuar el diálogo sobre bienes nacionalizados a ciudadanos estadounidenses en la isla a partir de 1959, y sobre los daños provocados a los cubanos por el bloqueo económico.
La reunión informativa en La Habana sobre las compensaciones mutuas pendientes de solución entre ambos Estados demostró que es posible la negociación y el entendimiento sobre la base del respeto a la igualdad soberana.