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El poder ha sido y será el anhelo de los mortales, tal vez sea la forma más cercana de sentirse inmortal o en mi opinión hacerse inmortales en la historia de la humanidad. ¿Qué pasa cuando un mortal por cualquier circunstancia logra obtener esa fuerza y potestad que todos hagan su voluntad? ¿Cuánto tiempo podrá mantener este dominio? Y por último ¿cuál es elemento que se debe tener en cuenta  para ostentar dicha fuerza? Estas preguntas que planteadas las responderemos en el desarrollo de este ensayo tomando como referente el libro Poder  de Ferrero y llegaremos a unas conclusiones que el autor presenta y que en este ensayo quisiera resaltar desde la visión que nos brinda dicha obra y con mi opinión la cual está acorde con el autor con respecto al elemento que sostiene el orden  social y de los grupos sociales. 


El autor menciona y desarrolla dos grandes personajes de la historia y los relaciona y analiza en el contexto del poder, como estos genios alcanzaron hacerse al poder y  controlar todo un sistema político y social, pero que no lograron afianzarse y con sus actos demostraron un gran temor a pesar de tener un gran poder.

Cesar y Napoleón fueron grandes en su tiempo y lograron cada uno en su forma hacerse al poder y tratar de perpetuarse con este.  En este caso el autor manifiesto Y narro sobre el gran  Cesar y como termina este intento de permanecer, apropiarse  del poder “Nombrado dictador perpetuus en la primera quincena de febrero, Julio César se encaminó el 15 de marzo, solo y sin armas, a la sesión del Senado. Sesenta puñales bien afilados le esperaban dispuestos a liberar, de una vez por todas, a la República de la dictadura perpetua” (Ferrero, 1998) este fue el resultado o la reacción de aquellos que vieron amenazados ante aquel que pretendió hacerse del control del poder. 


En mi opinión, julio cesar pensó que con un acto de esta magnitud sin asomo alguno de temor, demostraría que él era capaz de ejercer el poder sin esfuerzo alguno pero  olvidó que todos los soberanos son por definición animales rabiosos dispuestos a matar a la menor señal de peligro que amenace su poderío. (Ferrero, 1998).


Ahora bien, pareciera que la regla general es que el temor se evidencia en aquellos que logran obtener el poder por los medios de la imposición y su posterior  férrea defensa de cualquier amenaza por insignificante que sea coloco a temblar al genio que se apodero del poder, todo esto pareciera que aquel que llegó a la cúspide del autoritarismo entendiera que la fragilidad de esa posición es aterradora y algo diminuto puede crear un caos cuando se pretende gobernar  con esta fuerza tirana. 


Explica el autor en su libro en cuanto a pesar de la gran indulgencia que se le brindaba al nuevo gobierno regente en Italia esta Jamás había conocido antes unos gobernantes tan suspicaces y recelosos, que si bien todo lo controlan saben que dicho poder es volátil y pretenden evitar a toda costa lo inevitable la crítica y las voces como sucedió con Napoleón quien entendía y temía esas opiniones en los diarios quien a pesar de enfrentar ejércitos y balas las prefería antes que periódicos llenos de críticas,  Estaba claro que los nuevos amos tenían miedo. Pero miedo ¿de qué? ¿Acaso no eran ellos los dueños del poder? Sin embargo, no todo estaba tan claro como parecía a simple vista; faltaba algo por concretar (Ferrero, 1998).


Ese algo, ciertamente no es la ley en sí, toda vez que en los casos expuestos todos utilizaron las herramientas de poder a su disposición creando nuevas leyes o en otros casos fuero torciéndolas  a su conveniencia para  agudizar su control  y poder, pero con todo y  sus esfuerzo normativo creados para generar  autoridad  e imposición no alcanzaron mantener su forma y sus ideas para gobernar.


Cuando se impone un régimen se corre el riesgo de un descontrol de poderes que busca mediante este la perpetuación del nuevo  orden pero que resulta contrario al efecto esperado y hace que voces se escuchen que los descontentos se multipliquen y tarde que temprano se hará difícil controlar con más leyes y autoridad lo que ahora se pretenden imponer. La posible forma de perpetuarse en cuanto a estos  regímenes de facto se refiere es una línea de tiempo, porque el tiempo todo lo puede y lo amolda convirtiéndolo en costumbre que son aceptadas por los pueblos. Es por eso que el factor tiempo en mi opinión juega un papel fundamental en la aceptación de estos régimen de poder absoluto.


Como se expresa en el libro “el inevitable coste del rodaje en el aprendizaje del poder” (Negrilla fuera de texto), que pretende con base en imponer y ajustar para controlar no dará resultado en cuanto no se cuente con la complicidad del tiempo quien es el único que desgasta, apacigua y moldea, es por esto que aquel que ostenta el poder de forma irregular buscara  defenderse a capa y espada buscando el transcurso al Estatus quo.


Para comprender  el  aspecto que se hace trascendental y fundamental se debe analizar la forma y medios como se llega al poder, de qué manera  se logra hacerse al control por parte del gobernante (usurpación, golpe de estado, elección divina) ya que esto determinara su resistencia o rechazo de los regidos al momento de tratar de implementar su modo de gobernar.


De forma más clara no lo puede expresar el autor cuando dice el “Poder alcanzado a través de un golpe de Estado llevara implícito una maldición, un inmenso castigo, que se concretaba en la demoniaca servidumbre de atemorizar a quien de él se apropiaba por métodos espurios, antes incluso de aterrorizar a quienes en principio debieran estar destinados a sufrir el castigo de la violencia en justa y lógica correspondencia a su desafección o a su tibieza?” (Ferrero, 1998)


Para concluir, la usurpación y la tiranía son en mi opinión frenesíes de aquellos que buscan hacerse inmortales y que no pueden hacer más que temer ante un poder que no les pertenece que fue adquirido con el pago de  un alto costo y que sus consecuencias como dice el autor parecen estar escritas en las reglas de los dioses  “el que a hierro mata a hierro”. El poder sin el consentimiento de los asociados resulta vacío, frágil, débil y sin esencia,  por si solo el poder se va secando y termina agónico como pidiendo piedad y una aceptación.


Es entonces que el  elemento fundamental que nos habla el autor y que  comparto a plenitud es que  la legitimidad.  Expresado el autor cuando por fin entendió de la siguiente forma: “La revelación fue decisiva y a partir de aquel instante empecé a ver claro en la historia y en mi destino... Pero antes de exponer el cómo y el por qué, es necesario que explique, que me detenga a desvelar el significado de la palabra legitimidad”.


Sin este elemento de legitimidad se hace insostenible cualquier régimen o gobierno que pretenda direccionar un país o una conglomerado social por muy fuerte y poderoso que  se presente o muy fino y alumbrado que parezca debe tener la aceptación de todos para pueda actuar y trascender.


Bibliografía:

Ferrero, G. (1998). El poder: los genios invisible de la ciudad . tecno.

Diccionario de la real academia española disponible en: http://www.rae.es/