Aviso

Acerca de la ANC se sabe hasta el momento que de los 500 constituyentes que serán elegidos de manera directa, secreta y universal, 250 serán por sectores sociales ‒nueve en total‒ y 250 de manera territorializada.

El debate sobre la ANC trae el de la mayoría. La convocatoria puede/debe ser la oportunidad para recuperarla. Para eso es vital que el chavismo exprese lo más democrático, abierto y popular, de sí.

El ataque a la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) fue en bloque: los Estados Unidos, sus gobiernos aliados en el continente, los grandes medios de comunicación internacionales, la derecha venezolana toda, y los exchavistas que ya saltaron

para otro lado ‒¿cuál lado?‒. Visto desde ese enfoque la decisión de Maduro fue acertada, se trató de una propuesta política que puede quebrar el curso de acumulación sostenido por el plan golpista.

 

En las calles pasó lo que la derecha había anunciado, aumentaron los niveles de violencia, la combinación de elementos que buscan desatar los hilos de la confrontación civil. El martes el epicentro estuvo en Carabobo, en cerca de once puntos, con saqueos a supermercados, tiendas, destrozos, incendio de la Defensoría del Pueblo, del Inces, robo de un camión de arroz en la autopista Valencia-Tocuyito ‒con ataque al conductor que fue internado con fractura cráneo-cefálica‒ un guardia nacional bolivariano (GNB) herido, un policía nacional bolivariano, dos policarabobo heridos y uno muerto, tres muertos por haber volcado una camioneta que evitaba una barricada, y otro por recibir un disparo que ‒hasta donde se sabe‒ fue dado por el dueño de un supermercado que iba a ser saqueado. Además fueron heridos de bala tres GNB en Petare, secuestradas gandolas en Lara ‒con quema de la de Pdvsa‒, saboteado el sistema eléctrico en Nueva Esparta, y tuvieron lugar destrozos y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en varios puntos de Caracas y del país.

 

El miércoles las imágenes no fueron diferentes. El epicentro estuvo en Caracas, donde un joven fue asesinado de un disparo en el cuello, hubo más destrozos, enfrentamientos, fuego, guayas, imágenes de alto impacto mediático, y una dirigencia ‒en particular Freddy Guevara‒ que se mostró en la delantera coordinando a los grupos de choque. El jueves, fue asesinado un estudiante en Anzoátegui. Un mensaje claro, los métodos también.

 

***

 

Acerca de la ANC se sabe hasta el momento que de los 500 constituyentes que serán elegidos de manera directa, secreta y universal, 250 serán por sectores sociales ‒nueve en total‒ y 250 de manera territorializada. Se sabe también que no se tratará de una nueva Constitución sino de una reforma/ampliación de la misma ‒ya el presidente describió los principales puntos del debate‒. En cuanto a la retórica y voluntad que rodeó el anuncio, esta fue sintetizada en la idea de “poder constituyente original”, una imagen que remite a una de las etapas más poderosas del ciclo revolucionario.

 

Si el anuncio tiene un peso central en la confrontación con la derecha, también debe ser leído en su impacto a lo interno del chavismo y, de manera más general, de la sociedad venezolana. Respecto al chavismo permite poner un objetivo amplio y estratégico para el movimiento: todos para allá. Lo hace en la etapa más compleja del chavismo, que venía ‒con anterioridad al inicio del ciclo de alza golpista‒ marcado por un predominio de sus formas más verticales, cerradas al protagonismo popular, a todo espacio que no respondiera a la lógica de acto y aplauso, y con tendencias de restauración, en particular en el campo. Un chavismo sin espacio para las comunas ‒que ahora reaparecen en el discurso‒ para la escucha, con una dirigencia ensimismada, sin apuesta a las formas y sujetos creada por la misma revolución, con solamente la palabra Clap en los discursos en los territorios.

 

Es importante remarcarlo, no para hacer un decálogo de críticas, sino para mirar de frente los errores que han llevado a la situación de fragilidad chavista, y superarlos en esta apuesta ANC. Es imprescindible abrir las puertas, dejar de lado la dedocracia para elegir candidatos, romper con la lógica de proteger el cargo/puestodepoder y dejar que se exprese el tejido social chavista que está en los territorios y los sectores. De lo contrario la lógica de tutelaje, de “el pueblo no está listo”, asfixiará una iniciativa lanzada por Maduro en el momento de mayor crisis del país. En cuanto al chavismo que se asume como “no oficialista”, “crítico”, etc., le será necesario disputar, meterse, presentar candidaturas, asumir el papel histórico que muchas veces ha nombrado, pero no ha logrado ‒o pocas veces‒ llevar adelante. Cada uno está ante su propio desafío.

 

Pero el llamado a la ANC no es al chavismo sino al conjunto de la sociedad. Ahí tiene que estar la fuerza reunificadora. La derecha querrá decir que es algo controlado por el gobierno para quitarle el peso histórico que debe tener, y reducirlo a política pequeña. El chavismo por el contrario debe abrir, ser generoso, no atar el juego, convidar a una sociedad que se encuentra ‒retomando los análisis preciclo violencia‒ más lejos que cerca de una disputa política con la cual una parte creciente ya no se identifica. El hastío, el alejamiento, la percepción de un conflicto/negociación superestructural y no popular, son algunas de las tendencias que se acrecentaron en esta última etapa. La polarización vivida estas semanas ha vuelto a reavivar debates, a convocar a la disputa: se sabe, cuando el enemigo ataca al chavismo, este se hace más fuerte. Es necesario aprovechar esa fuerza y sobre la dimensión de lo que está en juego volver a convocar, a acercar a los desencantados por errores propios, lógicas excluyentes, por el peso de una economía atacada de guerra, que no se estabiliza y recae sobre los más humildes y las clases medias.

 

El debate sobre la ANC trae el de la mayoría. La convocatoria puede/debe ser la oportunidad para recuperarla. Para eso es vital que el chavismo exprese lo más democrático, abierto y popular, de sí.

 

***

 

Si la derecha no se pliega al llamado a la ANC, ni se quiebra en su frente interno, entonces la agudización violenta seguirá. Es difícil predecir qué formas podrá tomar, aunque no así saber los resultados. Necesita muertos y los crea día tras día. Le sirve para alimentar la matriz comunicacional, desatar más odio en su base social que está convencida de que son el gobierno y sus “colectivos” quienes han matado a cada una de las víctimas. Son el arma que despliegan ante la ausencia de otros elementos que no han dado la respuesta esperada: no tienen ni barriadas, ni Fuerza Armada Nacional Bolivariana, ni intervención extranjera. Trabajan para lograrlo.

 

El chavismo tiene por su parte que, dentro de este escenario, lograr transformar sus claves comunicacionales. El andamiaje internacional contra el gobierno es inmenso y efectivo. La matriz instalada mundialmente es adversa, sostiene que Venezuela está bajo una dictadura que reprime a un pueblo hambreado que pide elecciones. Esto está basado en la fuerza de los grandes medios de comunicación articulados entre sí ‒que han logrado construir ese sentido común‒ y en la debilidad mundial de las izquierdas que, en términos generales, no posee medios, intelectuales, y generadores de opinión de peso suficiente para influir masivamente en sus países. Pero es también parte de una limitación estructural propia, la de sostener un esquema comunicacional donde la palabra e información esté condensada casi exclusivamente en el presidente: genera, hacia dentro del país, lentitud ante los ataques diseminados por redes sociales, y hacia afuera reduce la capacidad de desarmar las matrices, ya que todo se concentra en un hombre y abona a la idea autoritaria del poder chavista. Abrir en política es también abrir en comunicación.

 

El tiempo es ya. Está en juego el país. Se sabe que en caso de tomar el poder político la derecha desataría todas las fuerzas de una revancha histórica, desplegaría los heraldos negros sobre Venezuela. La ANC es una oportunidad clave, tal vez la última. No podemos perderla: requiere toda la fuerza, inteligencia y unidad del chavismo.