Como parte del plan de exterminio en marcha así como mantuvo retenidas toneladas de alimentos ahora también se escamotea la provisión de frazadas.
Nada es casualidad, en el sistema capitalista el proceso de acumulación por desposesión implica sobreexplotar a las clases sometidas y dominadas mientras continúa la orgía de la timba financiera.
Es evidente que el sistema considera como población sobrante a millones de personas que además del hambre padecen las temperaturas extremas según la estación.
Si el calor arrecia entonces la deshidratación pone muchas vidas en peligro y es más el acceso al agua potable es un grave problema para muchas personas en los barrios de varias ciudades en la Región Argentina.
El frío no es menos letal para quienes viven a la intemperie, escasos de ropa y alimentos, padeciendo todos los escarnios y estigmatizaciones los encontramos a diario en las calles empujando carros cargados de cartones.
Son miles y miles, invisibilizados por los medios de comunicación y esta situación de infamia pretende ser naturalizada en la sociedad del exitismo y la crueldad.
Un célebre cuadro de Ernesto De La Cárcova se titula sin pan y sin trabajo, las imágenes impactan, la madre con su criatura en brazos y el proletario observan por la ventana la causa de sus miserias, la crisis generadas por el sistema predador de vidas, el capitalismo.
No es solo un testimonio del pasado es el rostro patético de este sórdido tiempo del desprecio institucionalizado.
Decía el escritor Thomas Mann que era buena la tolerancia como forma de convivencia social pero con un límite muy preciso es inadmisible la tolerancia de la crueldad.
Carlos A. Solero