Lavrov señaló que cuando se publicaron los hecho en Bucha, las tropas rusas ya se habían ido de la ciudad hace tres días.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, denunció este martes que los hechos suscitados en la ciudad de Bucha son una provocación que buscan entorpecer las negociaciones que se adelantan con Ucrania en pro de poner fin al conflicto.
Al mismo tiempo, el canciller ruso aseveró que los militares rusos no tienen nada que ver en los asesinatos de civiles en Bucha, "¿Cuál es la causa de esa provocación obvia y embustera cuya veracidad no se puede confirmar? Estamos dispuestos a pensar que la causa es el deseo de encontrar un pretexto para frustrar las negociaciones en curso", acotó.
Lavrov detalló que los medios occidentales empezaron a mostrar los cadáveres en Bucha para acusar infamente a las tropas rusas, en el preciso momento en que se conoció los avances de las negociaciones entre Moscú y Kiev.
"Por primera vez, la parte ucraniana puso sobre el papel su disposición a declarar su Estado neutral, no alineado, no nuclear, y por primera vez declaró su disposición a negarse a desplegar armas de Estados extranjeros en su territorio y a realizar ejercicios en su territorio con la participación de personal militar extranjero, excepto con el consentimiento de todos los países garantes de este tratado, el futuro tratado, esperamos, incluida Rusia", manifestó Lavrov.
El canciller ratificó que cuando se publicaron los hechos en Bucha, ya las tropas rusas se habían ido de la ciudad, "tres días después de que nuestros militares salieran de la ciudad de Bucha, allí fue organizada la provocación de la que estamos hablando", agregó.
"La parte rusa está dispuesta a trabajar honesta y sistemáticamente en la mesa de negociaciones. Pero si la delegación ucraniana continúa declarando que son necesarios pasos adicionales por parte de nosostros, si continúa rechazando incluso discutir las tareas de la desnazificación y desmilitarización, el restablecimiento de los derechos de la lengua rusa", aseguró el ministro de Relaciones Exteriores ruso.