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Honduras. “Con Xiomara, estaremos en la CELAC y volveremos al ALBA-TCP" Honduras vive una nueva etapa a partir del ascenso al gobierno de Xiomara Castro, una mujer que durante años estuvo enrolada en la resistencia junto a su pueblo, mientras la dictadura destruía sistemáticamente el país. A Xiomara no le espera un lecho de rosas sino que va a tener que armarse de más coraje para enfrentar a los sectores de la derecha local e internacional que intentarán presionarla para torcer sus intenciones de trabajar para la emancipación hondureña. De todo esto hemos hablado con el dirigente del Partido Libre y representante de ALBA Movimientos en Honduras, Gilberto Ríos. 

- Hay que medir esta victoria en clave digamos regional, midiendo la coyuntura internacional. Primero hay que decir que si los norteamericanos han permitido la democracia en estas elecciones, es producto de dos preocupaciones fundamentales que ellos tienen en esta región. La primera es el tema de la migración, que se había acentuado y que había creado éxodos masivos de hondureños hacia Estados Unidos. La otra es la presencia de China en la región que los presiona para abrir la válvula social, para evitar que nos

entreguemos a los brazos de China. Esas dos condiciones llevaron a  BIden a dar respaldo a la transición, porque además era impresentable seguir apoyando al gobierno abiertamente narcotraficante como el de Juan Orlando Hernández. Entonces, esto significa que las líneas rojas siguen exactamente en su mismo lugar. Si es un gobierno de izquierda el de Honduras, va a tener que enfrentarse a todos esos intereses que mantiene al país en la pobreza, en la miseria y en la exclusión. Y ahí creo que los norteamericanos ya no nos van a acompañar, por el contrario,  van a empezar a tratar de sabotear el proyecto.

- ¿Lo ocurrido recientemente con los diputados tránsfugas es parte de eso?

- Así es, ya lo hicieron tratando de comprar candidatos del Congreso nacional; compraron 18 diputados. Porque también a este Congreso le corresponde la elección de las fiscalías de la República, del Congreso y de la Corte Suprema de Justicia. Hay intereses muy grandes que se van a seguir manteniendo durante un tiempo, si lo vemos desde la lógica institucional. A menos que el pueblo rebase el tema institucional, tengamos en cuenta que hay una nueva condición de la lucha ahora que tenemos el control del Ejecutivo y de al menos 50 alcaldías. Dentro de estas últimas  las dos más importantes del país, una de ellas la Capital de la República, y también la de la capital industrial, que es San Pedro Sula, están  en manos de Libertad y Refundación. Tenemos una masa consciente deseosa de cambiar, que también podría ponerse en esa línea de la lucha por la transformación del país para competir contra un Congreso que tenemos saboteado, por esta venta de los diputados y contra una Corte Suprema totalmente parcializada por  todos los poderes fácticos. Entonces si, empezamos con esas dificultades, sin embargo, me llena de mucho optimismo ver el rol que juega Xiomara.

- ¿La ve con agallas a Xiomara para el tiempo que se le viene encima? 

- Hay un elemento que hay que caracterizar: Xiomara es diferente del expresidente Zelaya. Zelaya es un político conciliador, eso lo hizo ejecutar algunas políticas conciliadoras de clase para aceptar ciertas condiciones, y en ese sentido Xiomara es lo contrario, más confrontativa y digamos menos tolerante con los grupos de poder. La semana pasada, llena de optimismo, con la crisis del Congreso, no hizo una convocatoria para que el pueblo estuviera ahí, sino que hizo una convocatoria diciendo “acompáñenme, yo voy a estar ahí” y eso llenó de optimismo, porque hay una voluntad de Xiomara de enfrentar los problemas del país, empezando, sobre todo, con los de la política que son los que más a ella le corresponden. Entonces, este no va ser un gobierno como el de Alberto Fernández, como el de López Obrador, menos como el Pedro Castillo, que, si bien nos alegra que no esté la derecha en estos países, la verdad es que nos preocupa que se hayan flexibilizado tanto los programas de la nación y que no se le ponga un stop más definitivo al neoliberalismo.  En ese sentido creo que Xiomara va a llegar más lejos, y que incluso podríamos ser referencia de esa izquierda que nosotros anhelamos en el poder, una izquierda que se identifica con las bases, que combate los privilegios, que logra la distribución de la riqueza social y también la propiedad, que ataca a los grandes intereses económicos y que construye junto a su pueblo y con su pueblo.

Gilberto hablabas de los deseos de cambio de la base hondureña y te pregunto, cuáles son las principales metas posibles que Xiomara tiene que encarar a partir de ahora, también teniendo en cuenta que es un gobierno de coalición y que Xiomara es Xiomara y Salvador Nasralla es Salvador Nasralla, no son lo mismo.

Entonces, teniendo en cuenta eso y el parlamento hostil ¿cuáles son las prioridades que tiene que abordar para que no sea un gobierno “progre» más y sí que sea un gobierno de izquierda en serio?

Gilberto Ríos.

- Pienso que primero, hay que aclarar lo de la coalición, a nosotros se nos introdujo a esa negociación para que ese fragmento de la coalición representará esos intereses norteamericanos, digamos del gobierno de Biden. Digamos que ahí no hay una sustancia importante, tampoco hay una cantidad importante, nosotros podemos decir que el 95% de las elecciones la ganó la militancia de Libertad y Refundación. Entonces, en eso sí que podemos hacer concesiones, ahora mismo se ha nombrado un ministro de salud. Nada más y nada menos que en una cartera tan importante, a un miembro de la oposición que era un conservador del Opus Dei. Ya está comenzaron las protestas de las bases del partido Libre y de los sindicatos porque quieren a alguien  progresista. Pero no obstante lo ministros responden a la línea de Xiomara Castro, a pesar de donde provienen, me parece que van a ejecutar la línea de acompañar a Xiomara en una lógica progresista, de avanzada. Pero son pequeños escollos que tenemos que enfrentar por haber aceptado la alianza que fue la que nos permitió que los Estados Unidos hayan aprobado que hubiera democracia. Pero en general me parece que la línea roja con lo que tiene que ver con las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, o lo organismos financieros con la banca nacional, con los contratos leoninos que se firmaron con el estado, con las privatizaciones, con todo lo que es el modelo neoliberal, en eso hay un plan bastante ambicioso confrontativo con esos intereses, creo que si no metemos en la ecuación al pueblo, no vamos a poder avanzar sobre eso. Ese es el gran desafío que tenemos, mantener al pueblo con nosotros y hasta el momento, creo que  lo estamos consiguiendo.

- Supongo que eres consciente de que ahora, hay gobiernos progresistas que lo primero que dicen al llegar, o incluso en campaña, “nosotros no tenemos nada que ver con Venezuela, con Cuba y con Nicaragua”, por eso nos alegra muchísimo que Honduras ya está restableciendo relaciones con Venezuela. Suponemos que en ese sentido Xiomara no va a ser Boric ni tampoco Fernández. ¿Cómo ves la posibilidad de que Honduras se vuelva a subir al ALBA-TCP, un paso que en su momento tanto le costó a Zelaya?

- Pienso que, siguiendo con lo que fue la tradición del presidente Zelaya como de Xiomara Castro durante los 12 años de dictadura, siempre fue de respaldo a la revolución bolivariana,  de respaldo y cercanía con Cuba y con buenas relaciones con Nicaragua, incluso en los momentos más difíciles. Aún por ejemplo el 18 de abril de Nicaragua que se generó tanta confusión, sobre todo con la izquierda light y la izquierda comprometida. En esa instancia el presidente Zelaya tuiteó su apoyo a la revolución sandinista y al presidente Ortega y nunca hemos perdido la  relación con ninguno de los gobiernos o con el pueblo. El primer dia que acompañamos al vicecanciller Rander Peña a la residencia de la embajada venezolana, estoy hablando del 27 de enero cuando asumió Xiomara, por la tarde fuimos a hacer toma de posición también de la embajada y first planes para el restablecimiento pleno de las relaciones diplomáticas con Venezuela. Con Cuba no se han roto relaciones, de hecho, el régimen anterior por algún motivo mantuvo buenas relaciones con Cuba, fue respetuosa de la revolución cubana, ahi se merece un gran aplauso la diplomacia cubana, ya que supieron jugar su papel y mantenerse con buenas relaciones con Orlando Hernádez pese a ser un gobierno ilegítimo. Y luego con Nicaragua, el régimen anterior, un poco para pelearse con Estados Unidos, por eso de que ya no los estaba apoyando, fueron a  la toma de poder de Daniel Ortega. Con Venezuela sí había que restablecer relaciones, ya que en eso si que fue obediente Don Orlando, reconoció a Guaidó, retiró la diplomacia que estaba nombrada, aceptó cartas credenciales de la diplomacia de Guaidó, cosa que para nosotros era totalmente inaceptable, pero como he dicho, se están restituyendo desde el primer día. Claro que volvemos a CELAC, claro que volvemos al ALBA y a todos los mecanismos de integración y de cooperación latinoamericanos. Este es el momento más oportuno para hacerlo con toda la fuerza que podamos tener como nuevo gobierno.

- Un párrafo del discurso de Xiomara en la asunción del cargo fue dedicado a las mujeres hondureñas que han estado en la resistencia como un factor fundamental y que vienen sufriendo feminicidios y múltiples persecuciones ¿cómo ves esa impronta de Xiomara como mujer, al frente de esas reivindicaciones?

- A mí me parece que el compromiso de Xiomara, además de su condición de mujer, trasciende el debate del feminismo liberal. En América Latina hay una fuerte influencia del feminismo liberal y que ahora se traduce en ONGs y fondos de cooperación, que tienen una visión limitada y superficial del problema de las mujeres, que no lo asumen de manera estructural. Lo podemos comparar con las acciones que hicieron los países socialistas hace 100  años, por ejemplo, en la Unión Soviética, o en diferentes revoluciones donde las mujeres llegaron a tener condiciones de vida y en derechos muy parecidas a los hombres, y en algunos casos superiores, porque había políticas públicas profundas dedicadas a eso. Creo que ese debe ser nuestro parámetro y no este juego del lenguaje que si bien es importante, lo asumimos, y de la discriminación positiva, el tema de las cuotas, que también asumimos, pero que también tiene ese corte liberal y que no profundiza en las asimetrías y el verdadero problema que enfrentan las mujeres. El 25 de enero de 1955 se aprobó en Honduras el derecho al sufragio, gracias a un movimiento sufragista de maestras y mujeres intelectuales que hubo en la primera mitad del siglo pasado, por la participación decidida de las mujeres en la famosa huelga de 1954, la huelga bananera que detuvo al país más de 60 días. Entonces, el feminismo que nosotros suscribimos, está relacionado con dos tipos de feminismos,  uno,  el de los feminismos sufragistas que es el de los derechos civiles y políticos y el otro el feminismo obrero que es uno de los más ocultos por la tendencia liberal y a ese estamos más bien pegados. Creo que Xiomara tiene identidad plena con ese tipo de reivindicaciones. Hay que decir que 67 años después de haber aprobado el voto femenino en Honduras, tenemos a la primera presidenta mujer y además es la primera presidenta por un partido que no ha gobernado nunca, ya que había sido el bipartidismo de 135 años el que regía en  Honduras, con el partido liberal y el partido nacional.

- Otros dos temas importantes: uno es el de los presos políticos, supongo que es una reivindicación a cumplir  dentro de lo que cabe a un gobierno como este.

- Somos parte, con nuestra organización de base, desde hace mucho tiempo del  Comité para la Liberación de los Presos Políticos, tenemos reuniones semanales y además damos acompañamiento a los familiares y a los procesos judiciales, estoy empapado del tema, lo que quiero decir, es que sobre las personas que están con proceso judiciales, la  presidenta no puede hacer nada, porque solo de los sentenciados puede dar indultos, es lo que puede hacer el poder ejecutivo. Pero sí hay voluntad presidencial de acompañar estos procesos y presionar para que los temas de justicia que estén en manos de la narcodictadura pueda fallar a favor de los compañeros. Hay muchos casos de violación a los derechos humanos sobre loa que se va a tener que encontrar un mecanismo desde el ejecutivo para resolverlos, lo más importante es que tenemos la voluntad. Pero eso ha logrado en el inconsciente colectivo, el miedo a manifestarse, el miedo a protestar, eso lo que querían lograr con la enorme cuota de represión y sí había desmovilización de los sectores sociales, sobre todo por el tema de la persecución judicial. Esto a partir de ahora cambiará. Creo que también vamos a tener unos  movimientos sociales más fuertes, más vigorosos que se entiende que no van a tener policías y ejército persiguiéndolos, creo que va a cambiar la situación de nuestro país. Desde la presión social y el acompañamiento del Ejecutivo podríamos lograr que los compañeros estén en libertad;  la mayoría son presos ambientales, presos por pelear contra las transnacionales que llegaron a destruir los ríos en sus comunidades; historia que estamos enfrentando ahora en América Latina  con el extractivismo. 

– ¿Qué planea hacer el nuevo gobierno con respecto a los y las migrantes,  esas miles de personas desesperadas por la miseria y por el hambre, que han tenido que salir de sus pueblos buscando una vida un poco mejor?

- En cuanto a los migrantes, hay dos millones de hondureños en el extranjero sobre un país de 9 millones y medio. Siete millones y medio vivimos en el país, hay más de un millón y medio de hondureños que están en Estados Unidos, cerca de 400 mil en España y el resto en diferentes países del mundo. Se quería avanzar sobre una agenda de migraciones, nosotros como organización de base formamos parte de algunas alianzas de hondureños en Estados Unidos y Europa, por ejemplo. Sus demandas son importantes, se presentaron 47 documentos a la comisión de traspaso de migración que tiene que ver con las personas que están acá y se quieren  ir, también, las personas que están en tránsito y las que están allí, son tres etapas distintas. Allá lo que te piden es que tengamos más consulados, porque solo hay 14 en Estados Unidos y se necesitan 52. Se pide también un mecanismo para que financieramente las remesas no sean tan debilitadas por el poder financiero, sino que puedan llegar con mayor libertad al propio país. Para los que están en tránsito se pide respeto de los derechos humanos. El presidente AMLO y su canciller Marcelo Ebrard, han dicho que Xiomara puede revisar los convenios que existen y que solicite o explique los que deberían reformularse porque todo es una voluntad de trabajar conjuntamente con el gobierno. Es el tramo más largo, donde más violaciones de DDHH se cometen. Como verán hay un abanico de propuestas, están las atenciones a los lisiados, el drama de lxs desaparecidxs. Contamos por miles en los últimos 12 años a los desaparecidos en el trayecto a Estados Unidos, el drama más triste es el de los niños encarcelados, separados de sus familias en cárceles para niños de frontera, es una medida estadounidense que también hay que enfrentar, no solo es el retorno como fin último, sino que el hondureño y la hondureña que sientan, que viven en el exterior, con la posibilidad de volver a Honduras. Hace falta mucho camino para recorrer ahí, lo que sí tenemos, insisto, es la voluntad de la presidenta Xiomara.