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El economista Paulo Guedes (izq.), junto al presidente electo brasileño, Jair Bolsonaro. 

El Gobierno del ultraderechista de Jair Bolsonaro cambiará el modelo económico socialdemócrata de Brasil impulsado por los Ejecutivos de Lula y Rousseff.

“Brasil tiene 30 años de expansión de gastos públicos descontrolados (...), ese modelo corrompió la política, hizo subir los impuestos, los intereses e hizo crecer la deuda como bola de nieve”, argumentó el lunes de madrugada Paulo Guedes, a quien el electo presidente brasileño nombrará posiblemente ministro de Hacienda.

En una rueda de prensa ofrecida en un hotel en Río de Janeiro, Guedes, un economista ultraliberal formado en la escuela de Chicago, fustigó “el modelo socialdemócrata” calificándolo de “pésimo”. Añade que condujo la economía brasileña a un bajo nivel de crecimiento por los altos impuestos e intereses que han ahuyentado a los demás países del comercio con Brasil.

El futuro ministro anticipó que las primeras medidas económicas de Bolsonaro, que asumirá el cargo el 1 de enero, se centrarán en el control del gasto público. Para ello, precisó que la sociedad brasileña necesita “una reforma del régimen de jubilaciones”.

Por otro lado, también anunció que el nuevo Ejecutivo —de corte extrema derecha— prevé acelerar las privatizaciones, porque, en sus palabras, “no es razonable que Brasil gaste 100 000 millones de dólares en intereses de la deuda pública”.

Para terminar, Guedes subrayó que el plan económico de Bolsonaro prevé igualmente una reforma del Estado y una “simplificación y reducción de impuestos”.

Bolsonaro, excapitán del ejército de 63 años, se convirtió el domingo en presidente electo de Brasil con el 55,15 % de los votos, frente al 44,85 % de su adversario, el candidato izquierdista del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad.

Apodado “el Donald Trump brasileño”, Bolsonaro se caracteriza por su discurso misógino y racista, y su defensa de la tenencia de armas, además airea con bombo y platillo su admiración por el mandatario estadounidense. 

Con tal bagaje, no es raro que el expresidente encarcelado brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, alertaba el pasado miércoles en una carta de que, si Bolsonaro alcanzaba la Presidencia, Brasil estaría a las puertas de una “aventura fascista”. A su juicio, Bolsonaro no dudará en revertir todas las políticas sociales que él y su sucesora, Dilma Rousseff, promovieron durante sus respectivos mandatos para afianzar el bienestar de la sociedad brasileña.