El Ministerio del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género y la Unión Nacional de Mujeres (Unamujer) suscribieron este viernes un comunicado contra la imposición del patriarcado y el racismo en Brasil, evidenciado en el golpe parlamentario contra Dilma Rousseff.
A continuación, el texto íntegro:
El patriarcado se impone en Brasil, el gobierno golpista designó a 24 hombres en su gabinete, no hay ni una sola mujer. El presidente del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) que apoya a Temer, aseguró que "habrá mujeres designadas en cargos de secretarías, que tienen menos relevancia que los ministerios". Es por eso que su primera medida ha sido eliminar el Ministerio de las Mujeres, Igualdad Racial y Derechos Humanos, diluyéndolo en el Ministerio de Justicia y Ciudadanía.
Sin duda que estamos en presencia de uno de los retrocesos más grandes alcanzados por las mujeres de Brasil y lo que significa para los avances en los mecanismos de adelanto para desarrollar políticas específicas de las necesidades sentidas de las mujeres y la institucionalidad con la cual las mujeres se identifican.
Es necesario destacar el valor histórico que han tenido la creación de Ministerios de la Mujer en los países de América Latina y el Caribe, siendo el primero en la República Bolivariana de Venezuela, lo siguió Ecuador, Bolivia, Perú, Brasil y ahora Chile. No se trata de una mera creación institucional, sino la necesidad de hacer un cambio cultural de un Estado patriarcal hacia uno donde mujeres y hombres tengan los mismos derechos y oportunidades.
Esto fue un impacto para los demás países del mundo, sobre todo el protagonismo alcanzado por las mujeres en la defensa de sus derechos y de las políticas desarrolladas por los gobiernos, principalmente los progresistas. También ha sido reconocido por Naciones Unidas a través de la ONU-Mujeres, donde se logra tener presencia en la toma de decisiones y en las agendas de gobierno. Logro de uno de los principales acuerdos establecidos por las mujeres en la Plataforma de Beijing y en CEDAW.
Es por ello que vemos con indignación la eliminación de un ministerio que defiende los derechos humanos de las mujeres, son nuestras hermanas, las mulatas o negras como ellas se denominan que ahora nuevamente comienzan a hacer tratadas como seres inferiores, fundamento principal del patriarcado y el racismo, se quedan sin protección del Estado.
Las feministas han señalado que están presentando un modelo de mujer de los años 40, eliminando la figura de las mujeres trabajadoras, las activistas políticas y las que disfrutan de la capacidad de ocio, lo que empieza a vislumbrase es que la desigualdad es tratada con naturalidad, en años recientes las mujeres y la población afrodescendiente habían ganado espacios en el gobierno y quedan anulados con el asalto al poder de parte de la derecha.
El senado brasileño se ha caracterizado por la misoginia logrando su primer objetivo fascista, acusar y enjuiciar a la primera mujer Presidenta del Brasil, nuestra compañera y hermana Dilma Russeff. Sus antecedentes discriminatorios y de odio hacia las mujeres lo plasmaron limitando el proyecto presentado por el Ministerio de Derechos Humanos para legalizar el aborto de las mujeres violadas. Elemento que ha sido validado por las instancias internacionales. Es la cultura conservadora de la derecha, el pueblo-mujer es nuevamente vulnerado por hombres que no reconocen a la mujer como iguales.
El Ministerio del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género y la Unión Nacional de Mujeres (UNAMUJER), no puede dejar de pronunciarse ante este hecho sombrío que atropella a las mujeres como ciudadanas de una República, que forman parte de una sociedad y que son seres humanos con derechos. Rechazamos este procedimiento y hacemos un llamado a la ONU-Mujeres, porque Brasil es un Estado Parte y el gobierno golpista debe cumplir con los acuerdos internacionales. También le decimos a todas las mujeres del mundo, que demos un grito de rechazo por esta medida indignante de eliminar el ministerio de las mujeres en Brasil, este retroceso para las hermanas brasileñas significa una amenaza para los logros de todas las mujeres en materia de derechos humanos.