Nicaragua espera el primer embarque de petróleo tras la firma de convenios con Irán para el suministro de crudo y sus derivados, acuerdos que, a juicio de analistas entrevistados por Sputnik, beneficiarán a los países de América Latina y el Caribe y abrirán la posibilidad de estrategias como Petrocaribe, alianza regional surgida en 2005.
Según el secretario de la Comisión de Energía del Parlamento de Irán, Hossein Hosseinzadeh, el envío acontecerá en poco más de una semana y tendrá también como destino a la República Bolivariana de Venezuela. Sumado a ello, el ministro de Petróleo iraní Javab Owji, en visita oficial de dos días a Managua, anunció el 6 de mayo último la firma de contratos que incluyen la construcción de una refinería y la exploración de petróleo y gas.
Para Andrea Pérez, licenciada en Relaciones Internacionales y Derecho, del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), la República Islámica brinda especial reconocimiento a las relaciones amistosas con los países de América Latina y el Caribe, especialmente, con Nicaragua.
En este sentido, los compromisos previstos resultan de gran apoyo para la reducción de los costos del combustible en su país, si bien, apuntó a Sputnik, el Gobierno del FSLN presidido por Daniel Ortega y Rosario Murillo ya había acordado asumir el 100% del incremento del precio del gas licuado, gasolina y diésel.
El 29 de abril pasado, el Instituto Nicaragüense de Energía y el Ministerio de Energía y Minas anunció en un comunicado esa disposición, adoptada como consecuencia del aumento constante de los montos internacionales del petróleo y sus derivados, desde comienzos del año 2021, y como apoyo a las familias y las actividades económicas de los ciudadanos.
"El conflicto en Ucrania contribuyó al agravamiento de ese panorama mundial, unido a las sanciones impuestas a Rusia por la Unión Europea y Estados Unidos. Por tanto, el descenso en el precio de la gasolina propicia la reducción del valor de la canasta básica. Esta cooperación supondría también un peligro para los intereses estadounidenses y su hegemonía en el sector", puntualizó.
¿Posibles alianzas regionales?
Leonardo González, docente titular de derecho en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), opina que estos acuerdos entre su país e Irán representan una segunda gran oportunidad para la región de América Latina y el Caribe, donde una vez más los actores principales serán los Estados independientes, progresistas y soberanos.
De acuerdo con el académico, ya el área experimentó una fase emancipatoria de mecanismos como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y Petrocaribe, durante el período de 2000 a 2013, impulsados entre otros por los líderes Fidel Castro, de Cuba, y Hugo Chávez, de Venezuela.
"Esos bloques regionales les permitieron a naciones como Nicaragua, Cuba, Ecuador, Argentina, Brasil y las islas de las Antillas, el impulso de sus procesos sociopolíticos a partir de una sólida matriz energética, basada en el intercambio. Luego vino la crisis petrolera, el bloqueo contra Caracas y el constante asedio promovido por Washington", puntualizó.
Unido a ello, desde el año 2020, el mundo experimenta las consecuencias negativas de la pandemia COVID-19, y más recientemente el conflicto en Ucrania. Por tanto, los convenios ayudarían a reducir los costos del combustible en Managua, de manera directa.
"La concreción de la refinería tendrá un efecto significativo y beneficioso y disminuiría la dependencia energética de esta zona geográfica hacia potencias como Estados Unidos. Es una estrategia práctica y necesaria como ya lo había advertido el dirigente bolivariano Hugo Chávez y su propósito de construir aquí una instalación de ese tipo", afirmó.
En 2007, el entonces presidente venezolano manifestó su compromiso de enviar a Nicaragua 10.000 barriles de petróleo al día a un precio subvencionado y, en paralelo, firmó un acuerdo mediante el cual Caracas construiría en la nación centroamericana una refinería capaz de procesar más de 100.000 barriles de crudo diarios.
Por esa época, Chávez colocó la primera piedra del complejo petrolero, aún inconcluso, bautizado como El Supremo Sueño de Bolívar, ubicado a cerca de 60 kilómetros de la ciudad capital. "Es el momento de que pasemos de aquella gran idea, papeles y planos a la materialización, gracias a la colaboración del pueblo persa lo vamos a lograr", sentenció el académico.
"Tenemos un punto de partida muy importante que es el proyecto que se instaló con el ALBA, con el comandante (Hugo) Chávez", dijo Ortega al referirse a PetroCaribe, mediante el cual los países adherentes "recibían cooperación incondicional de parte de Venezuela".
González recordó el acuerdo firmado en 2021 por Irán y Venezuela, reactivado a comienzos de este mes, mediante el cual la petrolera estatal PDVSA importa el crudo procedente de la República Islámica a cambio de la distribución del petróleo procesado por la Compañía Nacional de Petróleo de Irán —NIOC por su sigla en inglés—, pese a las amenazas militares en mares y puertos y a la piratería occidental.
El profesor universitario subrayó el carácter colonialista de las medidas impuestas contra Moscú y aseguró que el conflicto "ha servido para generar congelamientos, atropellos y violaciones al derecho internacional, a criterios jurídicos y legales y pisotear la diplomacia, en nombre de los intereses occidentales y estadounidenses", añadió.
Economía en Nicaragua
Frank Matus, economista, abogado, notario público y máster en Administración Pública, detalló que el impacto en Nicaragua del conflicto ucraniano resulta perceptible en el aumento del precio de algunos commodities, particularmente, trigo e hidrocarburos, así como, de los bienes y servicios.
"El nuestro no es un país productor de petróleo, cuyo valor incide considerablemente en el de otros productos del mercado y constituye el bien con mayores posibilidades de encadenamientos. De ahí que, frente al shock externo y la inflación asociada, debimos implementar diversas medidas económicas para el subsidio y el control de los costos", anotó.
Unido a ello, indicó el experto, el Ejecutivo nicaragüense amplió sus acciones en términos de política comercial, definida como el manejo conjunto de instrumentos al alcance del Estado para mantener o modificar las relaciones en esa esfera, en la búsqueda de nuevos mercados, la diversificación de las exportaciones, aprovechamiento de los convenios regionales, la atracción a la inversión extranjera y la articulación con otras estrategias nacionales.
En los vínculos con Irán, reveló, median además las posturas ideológicas afines, posiciones de lucha por la independencia y la soberanía: "Desde hace varios desarrollamos iniciativas bilaterales, afianzadas tras la visita del vicepresidente de Asuntos Económicos, Mohsen Rezaeí, y su presencia en la toma de posesión de Ortega".
Matus aludió a la asistencia del funcionario iraní, el 10 de enero último, a esa ceremonia oficial que marcó la continuidad en la dirección del país del FSLN y de sus máximas figuras. A partir de ese momento, "se intensificaron las negociaciones y firma de memorándums de entendimiento en áreas como agricultura, petróleo e infraestructura productiva".
Como resultado de ello, el 5 de mayo pasado llegó a Managua una comitiva encabezada por el ministro de petróleo de Irán, Javab Owji, para extender los lazos en todos los ámbitos posibles, y la implementación de contratos suscritos con el canciller Denis Moncada y con el propio mandatario Ortega, incluida la mencionada refinería.
"En el marco del ALBA-TCP, Nicaragua invirtió hasta 432 millones de dólares para la primera etapa de El Supremo Sueño de Bolívar, situada en el Pacífico, que comprendía la planta de almacenamiento y distribución de combustible. Con el reimpulso de esta refinería, Nicaragua podría procesar hasta 150.000 barriles de crudo diarios, de ellos sólo consumiría un tercio, y el resto lo podría exportar hacia otros destinos", comunicó.
La idea, explicó Matus, es que Irán realice inversiones encaminadas a la construcción de esa instalación, valoradas en un aproximado de 6.500 millones de dólares; con ello, fortalecería la seguridad energética, frente a los continuos ataques provenientes de Washington y en respuesta a uno de los objetivos prioritarios dentro del plan gubernamental.
El economista y abogado destacó la mejora en la balanza comercial, si tenemos en cuenta que Nicaragua se transformaría en una nación exportadora de productos derivados del petróleo ya refinados, y contribuiría a la generación de empleos calificados, con el consiguiente aumento de los ingresos familiares.