Aviso

"Racismo e hipocresía": Amnistía Internacional acusa a Polonia de detener arbitrariamente a refugiados y abusar de ellos 

La organización no gubernamental Amnistía Internacional (AI) ha acusado a Polonia de detener arbitrariamente a refugiados y de abusar de muchos de ellos, según un comunicado publicado este lunes en su página web.

Concretamente, el organismo indica que las autoridades polacas han arrestado de forma arbitraria a casi 2.000 personas solicitantes de asilo que en 2021 entraron desde Bielorrusia, sometiendo a muchas de ellas a abusos, incluidos registros corporales sin ropa en centros insalubres y masificados.

Según AI, en la frontera polaca los migrantes se encuentran con vallas de alambre de púas y muchos son devueltos de forma sumaria, algunos de ellos bajo la amenaza de armas de fuego y el uso excesivo de la fuerza. En ocasiones, los guardias les obligan a firmar documentos en polaco que, sospechan, incluyen datos autoinculpatorios para justificar su devolución.

Tratos abusivos

Los que evitan la devolución forzosa, son detenidos de manera automática sin evaluar la situación individual de cada persona y el impacto que la detención podría tener en su salud física y mental. Tras esto, se les recluye durante largos períodos de tiempo en centros de detención donde conviven hasta 24 personas en salas de apenas ocho metros cuadrados.

Allí los guardias les someten a tratos abusivos, como sedación forzada y disparos de armas Taser, según la ONG. También se les niega el contacto con el mundo exterior, apenas tienen intimidad y disponen de un acceso limitado a instalaciones de aseo, profesionales médicos, psicólogos o asistencia jurídica.

"Este trato violento y degradante contrasta enormemente con la cálida bienvenida que Polonia brinda a las personas desplazadas que llegan desde Ucrania", aseveró Jelena Sesar, Investigadora regional de Amnistía Internacional.

En este sentido, indicó que la conducta de las autoridades polacas "denota racismo e hipocresía". "Polonia debe extender la admirable compasión que muestra hacia quienes entran en el país desde Ucrania a todas las personas que cruzan sus fronteras en busca de seguridad", añadió.

"Bienvenidos a Guantánamo"

De acuerdo con los testimonios de refugiados que han hablado con el personal de la organización, al llegar al centro de detención de Wedrzyn, que forma parte de una base militar activa, los guardias les decían "bienvenidos a Guantánamo". Además, la mayoría de días les despertaban con sonidos de tanques y helicópteros seguidos de disparos y explosiones.

Por su parte, los solicitantes de asilo del centro de detención de Lesznowola denunciaron que se les daba un trato inhumano, ya que el personal los llamaba por su número de expediente en lugar de por su nombre y les aplicaban castigos excesivos, como el aislamiento, por pedir una toalla o más comida. Casi todos ellos aseguran que fueron víctimas de insultos, comentarios racistas y otras prácticas que demuestran malos tratos psicológicos.

Además, los voluntarios y activistas no tienen acceso a la frontera entre Polonia y Bielorrusia, y algunos de los que trataron de facilitar asistencia vital a los refugiados el mes pasado fueron detenidos y ahora se enfrentan a "cargos potencialmente graves", aseguran desde AI.

"El Gobierno polaco debe detener inmediatamente las devoluciones sumarias, que son ilegales, no importa cómo trate de justificarlas", continuó Sesar. "La comunidad internacional, y especialmente la UE, debe exigir que las personas atrapadas en la frontera de Polonia con Bielorrusia reciban el mismo acceso a territorio de la Unión que cualquier otro grupo que busque refugio en Europa", concluyó.