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Cientos de mujeres y niños permanecen sentados para obtener provisiones de la ONU.

Esta situación se repite en varios lugares de Sudán del Sur donde aún no han sido declarados en hambruna.

Habitantes de Sudán del Sur deben recurrir a técnicas extremas como comer hojas de árboles o semillas para no morir de hambre, incluso en zonas donde aún no se ha declarado la hambruna, informó este lunes el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC, por su sigla en inglés).

 

"Las comunidades que intentan sobrevivir a una crisis alimentaria aguda han recurrido a estrategias de adaptación consistentes en comer alimentos silvestres apenas comestibles", destaca en un comunicado Rehana Zawa, directora del NRC para Sudán del Sur.

 

"Las hojas de sabor amargo que comen las familias con las que hemos hablado provienen del árbol de Lalop y tienen un valor nutricional limitado. Si las familias comen esas hojas y casi ninguna otra cosa, la malnutrición aparece rápidamente", advirtió Zawar.

Foto: Reuters

El 20 de febrero, el Gobierno de Sudán del Sur declaró el estado de hambruna en los condados de Leer y Mayendit (norte), mientras que la ONU cifró en 100.000 el número de personas directamente amenazadas.

"El consumo de semillas es especialmente alarmante. Sin semillas para los cultivos, las familias no tendrán nada qué plantar para la próxima temporada. Esto podría agravar la crisis alimentaria y amenaza con extender la hambruna", agregó el NRC.

En lo que va de 2017, unos 60.000 sursudaneses han huido de su región para refugiarse en Sudán en búsqueda de alimentos. 

¿Qué está pasando en Sudán del Sur?

El 9 de julio de 2016, Sudán del Sur cumplió cinco años de independencia en medio de ataques violentos que dejó numerosas víctimas civiles tanto en Juba (capital), como en Wau y Bentiu. 

Considerada la nación más joven del mundo, el resurgimiento de la violencia en Sudán del Sur ha empeorado la situación humanitaria y miles de personas han huido hacia Etiopía, Kenia, Sudán y Uganda.

Cifras de la Acnur señalan que hay 450.000 refugiados de Sudán del Sur en los país mencionados, y más de 1,2 millones de personas desplazadas internamente.