Cuando Colombia llega a 66 mil muertos por Covid-19 y pasan de 14 mil los contagios diarios, el tercer Gobierno de Uribe decide aplicar su tercera Reforma Tributaria para gravar los alimentos esenciales y continuar regalando exenciones de impuestos a los súper ricos.
La pandemia aumentó el desempleo al 16 por ciento, subió la pobreza cerca del 40 por ciento y sumió en la informalidad a dos tercios de los 50 millones de habitantes del país; mientras tanto los banqueros se enriquecieron aún más en 2020. Sarmiento Angulo subió su fortuna a 11.000 millones de dólares, los Santo Domingo a 9.600 y Gilinski a 3.800; por esto el economista Salomón Kalmanovitz propone que «en vez de agobiar a la clase media y a los pobres con más IVA, debieran eliminarse las exenciones que permiten que el sector financiero pagara en 2020 sólo 1,9 por ciento de sus utilidades de 121 billones de pesos».
Por su parte el doctor en economía Luis Jorge Garay dice que la reforma del IVA acarreará una tremenda catástrofe social: “gravar los alimentos con el 19 por ciento ocasionaría que el 23 por ciento de los hogares pobres caigan a la indigencia, 16 por ciento de los hogares vulnerables pasarían a ser pobres y, 24 por ciento de la clase media se convertiría en población vulnerable”.
Este modelo económico a favor del 1 por ciento de los súper ricos y en contra de la gran mayoría de la sociedad es sostenido con la dictadura mafiosa que acaudilla el ex Presidente Uribe, a quien defienden “a capa y espada” desde los grandes medios de comunicación como el diario El Tiempo y la revista Semana, cuyos propietarios Sarmiento Angulo y Gilinski respectivamente, los tienen destinados a desarrollar una Guerra mediática contra los que protestan y se oponen a este régimen.
El gran soporte de este régimen de terror de Estado es el imperio norteamericano, quien se lucra despojando los bienes comunes de Colombia, mientras usa sus Fuerzas Armadas y los narcoparamilitares para los planes de Guerra perpetua en el continente, que justifica con su fracasada Guerra contra las drogas. Mientras Uribe mueve sus fichas para capturar por cuarta vez el Gobierno en 2022, diversas fuerzas políticas buscan instaurar un Gobierno que sirva a la gran mayoría, que formule una política antidrogas sin Guerra, desarrolle el Proceso de Paz, trabaje por la justicia social y la soberanía nacional.
Comando Central
Ejército de Liberación Nacional, ELN
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