Una Comisión del Congreso de Estados Unidos (EEUU) reconoció el fracaso de su Guerra contra las drogas y concluyó que deben reorientarla parcialmente, seguramente para proseguir la estrategia de Guerra perpetua que los sostiene como imperio.
Según EEUU fue exitoso el componente antisubversivo del Plan Colombia, pero para las mayorías nacionales la pacificación que lograron se reduce a desmovilizar a una guerrilla a quien le echan la culpa de todo, mientras empeora la crisis del país; obsoleto modelo de Proceso de Paz que está mandado a recoger.
El fracaso de la Guerra contra las drogas impuesta por EEUU se mide en el crecimiento de adictos en Norteamérica, en la propagación de cultivos de uso ilícito en Suramérica y en la reproducción de Carteles del narcotráfico, aliados necesarios de sus operaciones antisubversivas, brazos siniestros con los que exterminan opositores políticos, siguiendo la Doctrina de Seguridad que los clasifica como Enemigo Interno; vínculos criminales sobre los que el Teniente Coronel Hernán Orozco Castro dice que, “los paramilitares son la amante del militar, que no se puede llevar a la casa pero hay que tenerla”.
Como instrumento de sus planes de Guerra los EEUU sostienen dictaduras mafiosas como la de Uribe Vélez, que coloca en la Presidencia a personajes como Iván Duque, por medio de la intimidación y compra de votos realizadas por los Carteles de la cocaína; régimen de extrema derecha violenta que niega los más mínimos Derechos Humanos a las y los colombianos, mientras los sojuzga por medio del terror.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos hecha por la ONU el 10 de diciembre de 1948, recuerda a los pueblos sojuzgados que deben acudir al supremo recurso de la rebelión, para abolir regímenes que les destruyen derechos inalienables como la vida, la paz, la libertad y la felicidad, que implica arrebatarles una vida digna.
Por fortuna las grandes mayorías de Colombia rebeladas en las calles presionan para quitar este mal Gobierno, e instituir otro que garantice sus Derechos Humanos y desarrolle una Solución Política del Conflicto con la que se avance en tener una nación democrática, soberana, en paz y equidad.
El ELN como fuerza rebelde alzada en armas prosigue su actividad político-militar y suma esfuerzos a la lucha popular y revolucionaria, para acercar el momento en que el poder esté en manos del pueblo.