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De acuerdo a organizaciones y redes sociales, otra jornada de muerte acabó con la vida de varios líderes sociales y la ejecución de una matanza en el departamento del Cauca en Santander de Quilichao.

Indepaz informó el asesinato del dirigente popular Juan Carlos Petins, un comunero indígena del resguardo Nega Cxhab-Belalcazar de Páez, Cauca; convirtiéndose en el líder social 281 ultimado en el 2020.

Por su parte, el Consejo Regional de Indígena del Cauca, CRIC, notificó que la noche de este sábado fue asesinado Carlos Escue del Resguardo de Munchique Los Tigres, en el norte del Cauca. Carlos era músico y coordinador de agrupaciones juveniles. También el CRIC comunicó el crimen de Eduardo Pino Julicue de 31 años, comunero indígena, hijo de la ex consejera de la ACIN, Luz Eida Julicue.

El senador indígena Feliciano Valencia denunció en su cuenta de Twitter: «Tres indígenas asesinados hace pocos minutos en el Cauca, 2 en Santander de Quilichao y 1 en Caloto, los hechos ocurrieron a 10 minutos de las cabeceras municipales.»

Igualmente fue verificada la muerte en un atentado del coordinador de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial La Macarena, Cormacarena, Javier Francisco Parra Cubillos, quien recibió cinco impactos de bala en su cuerpo.

Las causas de tanta muerte que ha convertido a Colombia en un campo colmado de sangre preciosa se encuentran, entre otros factores, en los intereses del narcotráfico y la industria extractivista, que disputan territorios legítimamente usados por campesinos, indígenas y afrodescendientes.

Los medios que emplea el narco Estado terrorista y genocida, administrado por el régimen uribista de Iván Duque, son el sicariato, el paramilitarismo y el propio ejército y policías. Asimismo, están involucrados, al menos una facción, de los intereses del Estado corporativo de Estados Unidos. Al respecto, sólo hace unos días una comisión legislativa del congreso estadounidense puntualizó que 20 años de inversión contra el narcotráfico y la producción de drogas en Colombia para el mercado norteamericano, no han resuelto para nada el problema. Por el contrario, la industria del narcotráfico se ha intensificado. De hecho, los principales carteles de droga de México, los más poderosos del mundo, han subsumido a los colombianos en los últimos tiempos, fenómeno que ha recrudecido la violencia.

De acuerdo a las fuerzas democráticas y que apuestan a la paz con justicia social de Colombia, la única solución a la estela de muerte que azota al pueblo colombiano, es la más amplia y plural lucha y movilizaciones sociales, ciudadanas y populares.