Aviso

 

En los últimos acontecimientos de manifestaciones populares por justas reivindicaciones, la población de Ciudad Bolívar, ha tenido una activa participación. Ante la adversidad los habitantes exigen a las instituciones locales y distritales las ayudas humanitarias para garantizar el confinamiento en medio de la pandemia. En la mayoría de casos la Policía – ESMAD  fue la única respuesta, estando allí como medida para contener la fuerza social, evidenciando su actuar antidemocrático y de brutalidad. Hechos que vulneran la integridad de las comunidades, que desposeídas en el contexto actual de pandemia, ahora son reprimidos y estigmatizados.

Casos como el de la Altos de la Estancia o Brisas del Volador, en las que la fuerza pública arremete con total apatía, acumulan indignación, incertidumbre y sosiego. Acciones que reproducen más violencia y escepticismo en la capacidad de las instituciones locales como distritales, para resolver las necesidades inmediatas, además de construir políticas para los problemas de la expansión urbana de la ciudad.

¿Qué pueden esperar las comunidades si no se organizan?

Demostrado esta que la movilización y la construcción colectiva permitió el avance de las reivindicaciones de las comunidades. Aunque, las  circunstancias rebasaron la capacidad, estas exhortaron a la conciencia colectiva, a la  resistencia y la unidad.

Esta experiencia permitió ampliar el panorama y estrechar lazos en pro de tejer redes, sistematizar experiencia y construir propuesta desde liderazgos nativos del territorio, todo junto la Caravana Humanitaria.

En este sentido, la mejor pretensión que puede recoger los intereses de las comunidades, sin duda es la que el movimiento social organizativo puede sugerir. Lugar donde la participación autonónoma y empática son fundamentales. Es de ahí donde se gesta una acción popular orientada por organizaciones, autogestionando ayudas y caracterizando el grado de marginalización que atraviesa la población; además de evidenciar la descomposición cultural derivada del abandono estatal.

Esta iniciativa no buscó promover personalismos ni proselitismos partidistas, como lo aseguró la Alcaldesa Claudia López. En cambio, sí, para empoderar a quienes se sintieron identificados en cada actividad, quienes se incluyeron en las dinámicas y en contacto directo con una realidad de las comunidades.

“El papel lo aguanta todo” fue la frase de muchos pobladores quienes presenciaron el afán de las instituciones por “solucionar todo”, mientras que en la realidad solo se evidenció la negligencia, mientras que los casos de las familias se incrementaban en medio de la cuarentena.

Ante el abandono y la negligencia en diferentes actividades y evidenciando las necesidades, de las comunidades surge la propuesta de Refugio Humanitario, ocupación transitoria que no promete nada a las comunidades, más allá, de poder negociar pacíficamente con las entidades e instituciones pertinentes.

Esta experiencia de ocupación transitoria, deja muchas reflexiones. Por ejemplo, población diferencial en condiciones de pobreza extrema y multidimensional, así como población con mejores condiciones que aprovecharon la oportunidad para hacerse a un predio (un pedazo de tierra como le llamaban) desconociendo el carácter de la acción popular. Comunidad indígena, afro, víctimas del desplazamiento, recicladores, madres cabeza de hogar y más de un centenar de desempleados, quienes tomaron la opción de aguantar las inclemencias climáticas, hacer la vaca para el sancocho; o  de aportar para las polisombras, plásticos, tejas, palos, o todo lo que pudiese servir para un cambuche o simplemente carpas; todo, con tal de ser escuchados, tenidos en cuenta por las entidades locales y distritales.

El Refugio Humanitario se caracterizó por la organización, comunicación y respeto, siempre promulgando consignas de humanismo, solidaridad cooperación y apoyo. Desde el primer día la presencia de la Policía fue evidente, cada día aumentando la cantidad de efectivos dispuestos para el desalojo. De parte de estos y las entidades no prometía ser pacífico, mas sí de parte de las comunidades. Esto se evidenció en videos y fotos que las mismas comunidades masificaban, que se compartieron en medios alternativos inicialmente y luego, por los medios masivos.

Familias de diferentes lugares de la ciudad y la región confluyeron en esta acción popular; podemos decir que allí se ha reflejado la multiculturalidad, lo que es en sí Ciudad Bolívar. En la medida que los días transcurrieron con una tensa calma, se sumaban nuevas familias que  aún descontextualizadas del carácter del refugio, recurrían al espacio con las mismas necesidades,  labor didáctica y pedagógica que asumieron los refugiados para explicar el qué y porqué de la acción y las exigencias colectivas.

En los alrededores se rumoraba sobre la ocupación, se decía que era más una invasión ilegal de ñeros marihuaneros, basuqueros y demás, y que eso podría ser un nuevo Bronx. Alejados de la realidad muchos desconocían el carácter del refugio. Día a día se aumentaba el personal de Policía y ESMAD en el lugar, pero no la disposición de los entes locales y distritales para definir junto a las comunidades sobre sus necesidades.

Las más de mil familias que ocuparon transitoriamente el lugar, presionaron para que  se realizaran espacios de conciliación y mediación, muchos esperaban el loteo o parcelación del predio, pero encontraron escenarios de discusión sobre la propiedad privada, las necesidades colectivas y ¿el bien material y el bien moral son de carácter equitativo y de valor para la jurisprudencia y la administración de turno?

Aunque el Refugio Humanitario culminó en  la negociación de la comunidad con los funcionarios de las entidades pertinentes para atender la situación, esta lucha  apenas inicia.  Verificar el cumplimiento de lo pactado, construir junto a las familias beneficiadas y estar a  la expectativa de que se concrete será la tarea de todos, mientras se apoyan y planean nuevas dinámicas de intervenciones colectivas para exigir justas reivindicaciones enmarcadas en derechos fundamentales constitucionales.

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