Las contradicciones y problemas que se señalarán van del interior del movimiento hacia el exterior representado el conjunto de alianzas que ha venido desarrollando.
Problemas internos
1.Centralismo: sin duda Gustavo Petro ha sido el artífice de este movimiento tanto en lo práctico como teórico. Sin embargo, la centralización de toma de decisión en sus manos es una contradicción que no va solo en contravía de los estatutos, sino también contra el mismo horizonte ideológico que defendemos, pues Bogotá termina siendo el lugar donde se piensan las dinámicas políticas de todo el país.
La estructura nodal del movimiento implica que los simpatizantes y militantes se reuniesen entorno a causas y se encontraran en las asambleas territoriales, siendo este el espacio para diseñar, coordinar y desplegar la fuerza del
movimiento con el ánimo de generar autonomía política y estratégica. En los estatutos está claramente señalado el principio democrático y participativo en relación con la toma de decisiones que siempre se guiarán por espacios asamblearios.
2.Machismo: la Colombia Humana debe eliminar tanto de su dirigencia como de simpatizantes y militantes toda actitud y comportamiento sexista y machista, pues va en contravía de nuestra lucha interseccional que busca erradicar todas las formas de opresión. Si bien gran parte de la dirigencia, militantes y simpatizantes se formó tanto en lo político como en lo familiar bajo el patriarcado, esto no constituye una excusa para comenzar a construir nuevas formas de relacionamiento y masculinidades, toma de conciencia y reconocimiento de este tipo de comportamientos con el ánimo de deconstruirse. Para cambiar una sociedad, es necesario cambiar nosotros primero.
3.Homofobia: la diversidad de orientación sexual debe no solo ser protegida, sino también reconocida al interior del movimiento. Al igual que la misoginia, la homofobia ha permanecido como un enemigo oculto e interno que no va a permitir desplegar las fuerzas de cambio al interior del país.
4.Xenofobia: el odio, desdeño y mirada opresora hacia el extranjero, especialmente, el venezolano constituye uno de los problemas internos más problemáticos, pues este desdeño al extranjero, que ha venido en aumento en el país, también golpea al movimiento. Esta mirada discriminatoria constituye las bases psicológicas y políticas del fascismo. Permitir que el fascismo ingrese al movimiento silenciosamente es un peligro inminente.
Problemas externos:
1.Autonomía: Colombia Humana debe pensarse como un movimiento ciudadano que tiene una organicidad expresada en los estatutos. La alianza con la Unión Patriótica debe ser vista como una alianza que nos permita tener un instrumento político para disputar los espacios institucionales de participación democrática tales como el congreso, concejo, alcaldía, asamblea, gobernación, entre otros. En ningún momento, la alianza con la UP puede ser vista como una renuncia a nuestros estatutos y programa. Al igual que en Bolivia, debemos ver en esta alianza como un primer paso para la conformación de un gran frente político que busque romper con las causas estructurales que han causado el conflicto armado, el racismo, el machismo y la inequidad en Colombia.
2.Antagonismo entre feminismos e indigenismo: los feminismos buscan eliminar todo tipo de discriminación y desigualdad entre los hombres y las mujeres. Dicha desigualdad y discriminación puede reflejarse, por ejemplo, en el pago inequitativo al realizar una misma labor, la falta de participación y representación política, la división sexual del trabajo -trabajos del cuidado-, las relaciones sexo afectivas construidas de forma tóxica y violenta, la cultura patriarcal expresada en muchos campos del saber.
El indigenismo, por su parte, busca eliminar todo tipo de discriminación y desigualdad entre indígenas y mestizos o blancos. Dicha desigualdad se refleja en el no respeto de la autonomía política, en el no respeto del territorio para realizar proyectos extractivistas, en el racismo que se expresa en la discriminación frente a otras lenguas, vestimentas y formas de sociedad diferentes a la occidental, en la instrumentalización política y social de su movimiento, en la falta de representación política.
En este sentido, se podría decir que no existe una contradicción entre estos dos movimientos sociales, pues ambos buscan la materialización de la igualdad y la lucha contra la discriminación, ya sea bajo la matriz de la opresión étnica, o bajo la opresión patriarcal. La disputa en Bogotá entre el sector feminista de la Colombia Humana y el sector avalado por el MAIS en cabeza de Hollman Morris, podrías ser un síntoma de dicho antagonismo.
3.Antagonismo con el MOIR: las diferencias históricas que se ha tenido con el MOIR residen en su análisis del antiimperialismo y defensa de la soberanía nacional. Este movimiento busca alianzas con la burguesía y pequeña burguesía nacionalista que creen en la producción nacional. Consideran que dicha alianza permitiría romper la dependencia económica con USA y de esta forma desarrollar la producción colombiana dejando atrás formas pre-modernas de producción. Para alcanzar el socialismo, primero se debe desarrollar el capitalismo, dicen.
Considero que no hay contradicción con el MOIR, pues Colombia Humana piensa que para el desarrollo agroindustrial de Colombia debemos fortalecer nuestro mercado interno, democratizar la tierra y, sobre todo, reducir la contradicción entre el capital y el trabajo a través de crédito público, utilización de redes para reducir la cadena de producción, entre otras políticas.
4.Contradicción con la Iglesia Católica: una de las principales contradicciones que se ha vivido entre la Iglesia y los sectores progresistas es que se considera que la religión es una forma de opresión, pues promueve la sumisión y la creencia en el mundo inmaterial. Ahora bien, la teología de la liberación nos ha enseñado que para lograr la liberación de los oprimidos se debe construir y buscar la liberación terrenal como camino para la liberación espiritual. Un sector de la iglesia católica colombiana ha acompañado el proceso de paz, defiende la reforma agraria, ha acompañado la lucha de los indígenas y, sobre todo, ha tratado de reconstruir el tejido social destruido por años de conflicto.
5.Antagonismo con el proceso de paz y las FARC: hemos criticado en varios momentos el proceso de paz con las FARC, no con el ánimo de evitar que se cumpla o se lleva a cabo, sino con el ánimo de evidenciar que la pacificación de las élites solo busca desarmar una guerrilla, sin llevar a cabo cambios estructurales en la salud, educación, modelo económico y trabajo. La línea roja establecida por Juan Manuel Santos no dejó que el proceso de paz fuese un pretexto para realizar un gran pacto transformador en Colombia. Defendemos el proceso de paz, pero consideramos que es solamente un paso que abre el espectro de la lucha democrática que debe profundizarse.
6.Contradicción con la revolución bolivariana: El modelo venezolano se encuentra en una encrucijada: ha cimentado su revolución en el combustible del capitalismo: el petróleo. Las luchas contra el cambio climático implican una transición ecológica que significa la transformación paulatina de la relaciones y formas de producción basadas en la combustión fósil. En este sentido, nuestro programa reside en la implementación de energías renovables, lo que permitiría estar en armonía con la preservación de la naturaleza y la biodiversidad superando la relación de conflicto entre humano-animal.
Síntesis problemas internos y problemas externos
–Contradicción Forma movimiento – forma partido: existen varias formas de la acción política que cambian dependiendo de la época. La forma partido político ha sido la hegemónica en la democracia liberal occidental, pues se armoniza con la lógica parlamentaria imperante. Sin embargo, la forma partido no evita que esta estrategia termine absorbida por el establecimiento, como lo ha mostrado el ejemplo de la socialdemocracia mundial.
Ahora bien, la revolución rusa consolidó la tesis según la cual un partido revolucionario de masas, organizado, vertical y disciplinado puede conducir a las masas, provocando la revolución sin recorrer la vía parlamentaria. Esta tesis es aquella defendida por Lenin y muchos intelectuales del marxismo. En Colombia, partidos, sindicatos y organizaciones han funcionan bajo esta lógica, cuyo centralismo democrático es la máxima expresión.
Por otro lado, la forma movimiento obedece a una lógica diferente, la cual reside en la horizontalidad, heterogeneidad de reivindicaciones y, sobre todo, en el desplazamiento de la identidad política rectora como ya hemos visto. La forma movimiento busca en muchas ocasiones reivindicaciones más puntuales que obedecen a un momento coyuntural claro. Los movimientos sociales son un ejemplo de dicha lógica.
–Colombia Humana debe ser un movimiento social y ciudadano con un instrumento político CH-UP y cuyos objetivos políticos y sociales no deben limitarse a la lucha parlamentaria, sino también a la lucha social a través de una organización nodal en donde cada nodo sea la expresión autónoma más clara de nuestro programa. Esto evita el centralismo y respeta los estatutos.
La estructura de Partido estaría en sincronía con la estructura de Movimiento. En otras palabras, que cada nodo contenga en sí el conjunto de reivindicaciones de Colombia Humana (lo general en lo particular), así haya desconexión con la dirigencia nacional y, a su vez, que la forma Partido contenga las reivindicaciones territoriales de los nodos, así no tenga comunicación con todos los nodos en el país (lo particular en lo general).
* Héctor Valencia es filósofo, colaborador para Colombia Informa