Tras casi siete años de la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), varios excombatientes de esa guerrilla siguen su proceso de reincorporación a la vida civil con pequeñas empresas.
Uno de esos emprendimientos es una cervecería en Bogotá, cuyos dueños y fundadores son excombatientes de las FARC que abandonaron las armas como parte de los acuerdos de paz. Todo en el local hace alusión a las reivindicaciones ideológicas de los excombatientes y a la memoria de quienes cayeron durante la lucha armada.
"La mayoría somos exprisioneros políticos, los que conformamos este grupo. Soy la única mujer del equipo y soy la que está más al frente de toda esa responsabilidad. Y nosotros inicialmente solo íbamos a hacer cerveza artesanal, La Trocha, y el proyecto devino en uno mucho más amplio", relata Doris Suárez, firmante de paz.
La moda como puente para la paz
Los emprendimientos surgidos a raíz de dichos acuerdos han sido variados, pero todas tienen un denominador común: destacar la importancia de la convivencia pacífica dentro de Colombia. La confección de prendas de ropa por parte de personas desmovilizadas con frases que hacen alusión a esta realidad es uno de los ejemplos más frecuentes.
Muchos jóvenes también se suman a este tipo de iniciativas. Nacieron dentro de una Colombia dividida y violenta y ahora exigen que se respete el pacto firmado en La Habana en 2016, que buscaba poner fin a uno de los conflictos internos más duraderos en América Latina.
"Usualmente se dice que la moda es un asunto superficial, pero aquí jóvenes de la sociedad civil queríamos demostrar que la moda puede construir un país diferente. Por eso trabajamos con exguerrilleros de las FARC y víctimas del conflicto armado produciendo prendas desde las montañas de Colombia, que vienen aquí a comercializarse en Bogotá", dijo la empresaria por la paz y fundadora de la marca Manifiesta, Ángela Herrera.
Trabas para los excombatientes
Carlos Grajales, gerente de otra cervecería bogotana, explica que no todas las formas de reinserción social ideadas para los excombatientes han sido exitosas. Se queja de que mantener un comercio para un exguerrillero es complejo y muchas de las garantías plasmadas en los documentos de La Habana han sido ignoradas por las autoridades.
"Yo creo que frente al Gobierno de Petro hay una gran expectativa. Obviamente, lleva muy poco tiempo, ha cumplido, ha venido reorganizando la estructura misma de todo el proceso de implementación del acuerdo. Sin embargo, no es fácil. Son cuatro años que está retrasado el acuerdo", lamentó Grajales.
A pesar de las trabas, estos pequeños emprendimientos suponen motivos de esperanza para aquellos que sueñan con una Colombia pacífica.