El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, en el estrado virtual que estableció la XX Reunión de Cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), condenó las medidas coercitivas unilaterales aplicadas por el Gobierno de Estados Unidos contra varios países del área.
En pro de la emancipación continental, ya es un principio que Cuba haga tanto como dice; pues si el internacionalismo que prodiga es su mejor modo de hacer, toda tribuna le resulta importante para hablar y denunciar, por ella y por los pueblos que sufren, a los grandes culpables de sus males, promotores del saqueo, la división, la degradación social y el subdesarrollo crónico.
Apenas tres días después de sus palabras contundentes en el foro universal de la ONU, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, ocupó el estrado virtual continental que estableció la XX Reunión de Cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en la cual volvió a condenar con fuerza las medidas coercitivas unilaterales aplicadas por el Gobierno de Estados Unidos contra varios países del área.
Rodríguez Parrilla abordó temas peliagudos para los 33 países que componen este mecanismo de integración, como los efectos del SARS-COV-2 en el desarrollo de nuestras naciones, las estrategias imperialistas y sus amenazas para la paz, y comentó que las agresiones de la administración estadounidense obstaculizan las respuestas a la pandemia y violan el Derecho Internacional, los postulados de la Carta de las Naciones Unidas y de la Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
«Unidos, sin exclusiones de ninguna naturaleza, complementándonos y compartiendo los recursos a nuestro alcance, podemos enfrentar en mejores condiciones los retos comunes», señaló el Canciller, quien también denunció la ferocidad sin precedentes en la aplicación del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba desde Washington.
En palabras del Ministro, la Isla dio su respaldo a los pueblos y Gobiernos de Venezuela y Nicaragua, ante las constantes amenazas yanquis a su bienestar, seguridad y paz. Igualmente, condenó el inadmisible irrespeto y manipulación de los organismos internacionales por parte del Gobierno de Estados Unidos.
Rodríguez Parrilla denunció que, como parte de su campaña deshonesta para desacreditar la cooperación médica internacional de Cuba, EE.UU. impuso a la Organización Panamericana de la Salud, sin ningún mandato de los Estados miembros, una evaluación de su papel en el Programa Más Médicos en Brasil, que benefició a amplios sectores de su población.
Entre las propuestas de la delegación cubana estuvo retomar la concertación y hacer efectiva la gestión de la Celac en los foros multilaterales y, cuando las condiciones sanitarias lo permitan, relanzar el diálogo político regional al más alto nivel posible.
Esta reunión de la Celac tiene lugar en un contexto convulso. Se prevé que la pandemia provocará la mayor contracción económica de la historia de América Latina y el Caribe. La pobreza se incrementará en cerca de 45 millones de personas, que se sumarán a los 186 millones que ya vivían en esa situación, como resultado de décadas de fallidas políticas neoliberales.
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