Unas 200 organizaciones sociales y populares de El Salvador volvieron a exigir a la Asamblea Legislativa la aprobación inmediata de la Ley de Soberanía Alimentaria y Nutricional, cuyo anteproyecto fue presentado en octubre de 2013 y actualmente está siendo analizado, sin mayores avances, por la Comisión Agropecuaria.
Ante la expansión de la siembra de monocultivos agroindustriales, principalmente café y caña de azúcar, durante los últimos 6 años los gobiernos de Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén han privilegiado políticas de siembra de alimentos.
En el marco del Plan de Agricultura Familiar, el país logró aumentar la producción de granos básicos, estabilizar los precios y garantizar buena parte de la demanda interna de frijoles, sorgo y maíz.
Miles de familias campesinas en situación de pobreza extrema han sido beneficiadas con la entrega de paquetes agrícolas, al tiempo que se ha promovido el encadenamiento productivo y el fortalecimiento del modelo cooperativo agropecuario.
Pese al histórico rezago, resultado de la implementación del modelo neoliberal a partir de los años 90 y del CAFTA-DR (Tratado de libre comercio de Centroamérica y República Dominicana con Estados Unidos) a principio del nuevo siglo, los resultados de este esfuerzo han sido evidentes.
La última Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), elaborada por la Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC) del Ministerio de Economía, señala que entre 2008 y 2013, la cantidad de hogares en pobreza bajó del 40 al 29 por ciento. Se trata del índice más bajo en la historia reciente del país.
En el campo, los pobres pasaron del 49 al 35,9 por ciento. Unas 250 mil personas del área rural salieron de la economía de subsistencia.
La Encuesta Nacional de Salud (2014) evidenció que la desnutrición crónica infantil para menores de 5 años en El Salvador se redujo desde 2008 en un 34 por ciento, pasando de 21 a 14 por ciento.
Adicionalmente, se redujo en más de la mitad (55 por ciento) la desnutrición global, pasando de 11,2 por ciento en 1991 a un 5 por ciento en 2014.
Aun así falta mucho por hacer y hay brechas por cerrar.
Urge Ley de Soberanía Alimentaria
Sociedad movilizada
De acuerdo con datos de la Mesa por la Soberanía Alimentaria, instancia que integran cientos de organizaciones que exigen la aprobación de la Ley de Soberanía Alimentaria y Nutricional, los sectores que producen entre el 70 y el 80 por ciento de los alimentos son los que más hambre pasan.
Ante esta situación estructural y los efectos cada vez más devastadores del cambio climático, dicha instancia considera impostergable que las autoridades profundicen las acciones para proteger, promover y garantizar el derecho de la población a contar con alimentos suficientes, de calidad y en todo momento.
“Necesitamos urgentemente de políticas públicas que regulen la producción y comercialización de alimentos, que promuevan el rescate y uso de nuestras semillas criollas, que impulsen la agricultura familiar y la agroecología para la producción de alimentos sanos, nutritivos y libres de agrotóxicos”, dijo a La Rel, José Ángel Coto, vicepresidente de la Federación de Cooperativas de la Reforma Agraria de Oriente (FECORAO).
Prepararse y adaptarse a los efectos del cambio climático y promover el involucramiento y el protagonismo de jóvenes y mujeres en las políticas agrícolas, son otros de los puntos que caracterizan la propuesta.
Actualmente , tanto la Cámara Agropecuaria y Agroindustrial de El Salvador (CAMAGRO) como la Asociación de Proveedores Agrícolas (APA), caja de resonancia de los intereses de Monsanto en el país, impulsan el uso de semillas transgénicas para, supuestamente, elevar la producción de alimentos y combatir la sequía.
“El sector empresarial presiona para que el país se abra a los transgénicos como falsa solución a los embates del cambio climáticos, y mira a nuestra propuesta como un obstáculo a sus negocios. No podemos esperar más”, afirmó Coto.
Las organizaciones que integran la Mesa por la Soberanía Alimentaria esperan que la normativa pueda ser aprobada el próximo 16 de octubre, Día Mundial de la Alimentación.
“Mientras tanto, continuamos socializando la propuesta de ley con la población, seguimos sumando adhesiones de organizaciones y hemos intensificado la labor para sensibilizar a los legisladores”, explicó el también miembro del Equipo Gremial y de Incidencia de la Confederación de Reforma Agraria Salvadoreña (CONFRAS).
Capital nacional y transnacional al acecho
Peligra derecho humano a la alimentación
Pese a una larga e intensa lucha, el 30 de abril pasado venció el plazo para la ratificación de la enmienda al artículo 69 de la Constitución, que introducía, garantizaba y velaba por el derecho humano a la alimentación y al agua en El Salvador.
El nuevo inciso establecía, entre otros puntos, que “toda persona tiene derecho a una alimentación adecuada” y que es obligación del Estado “crear una política de seguridad alimentaria y nutricional para todos los habitantes”.
También definía al agua como “un recurso esencial para la vida” y que, mediante políticas públicas, el Estado deberá “provechar y preservar los recursos hídricos y procurar su acceso a los habitantes”.
La férrea oposición de los diputados de la derecha salvadoreña, fieles protectores de los intereses de la oligarquía nacional y el capital transnacional, impidió la aprobación de la reforma constitucional.
“Vamos a seguir presionando y movilizándonos para que se acelere el proceso de discusión y aprobación de la Ley de Soberanía Alimentaria y Nutricional”, concluyó el miembro de la CONFRAS.
Fuente: Rel-UITA y LINyM